jueves, 7 de enero de 2010

Lectura de "Soñando" de Nerea Ruíz Cañibano

Soñando

Érase una vez una niña llamada Carla. Tenía trece años y siempre quería tener la razón y no era muy buena estudiante. Su hermano se llamaba Fernando y tenía dieciséis años. Era muy tímido y, a veces, tenía miedo de decir las cosas a la cara. Carla y Fernando vivían en un pequeño pueblo de Alicante, Relleu. Sus padres se llamaban Jorge y Virginia.

Como todos los días de clase, iban al colegio. Estaba un poco lejos, pero les llevaba el autobús escolar. Fernando iba a tercero de secundaria y Carla a primero. Tocó la campana y cada uno fue a su clase.

En la clase de Carla estaban muy nerviosos ya que el día anterior habían tenido un examen de Naturales. El profesor, llamado Andrés, parecía un poco enfadado.

-Andrés, ¿tienes los exámenes corregidos? -dijo Carla.

- Sí, los tengo -contestó el profesor con un tono muy serio.

Andrés explicó la lección como todos los días. Cuando ya faltaban cinco minutos para que la clase acabara, repartió los exámenes. Menuda sorpresa que se llevó Carla, ¡había suspendido! Estuvo a punto de llorar, pero se contuvo.
Al llegar a casa, rápidamente, escondió el examen para que sus padres no lo vieran.
A la mañana siguiente su hermana pequeña de tan solo once meses enfermó. Su madre se quedó cuidándola. Carla y Fernando se fueron al colegio y su padre Jorge a trabajar.
Mientras que Virginia limpiaba el polvo de la habitación de Carla, encontró el examen suspendido de Naturales. ¡Qué disgusto se llevó al ver la nota! Cuando llegó su padre de trabajar se lo contó y pensó decirle algo a su hija por la noche en la cena.
Cuando los dos hermanos llegaron, hicieron sus deberes y empezaron a cenar.
- Carla, ¿no nos tienes nada que decir? -dijo Jorge.
- No, ¿por?
- Ayer, limpiando el polvo de tu habitación encontré tu examen suspendido de Naturales y no nos lo habías dicho.
- Lo siento, pensé que me castigaríais -dijo Carla llorando.
En ese momento se fue corriendo a su habitación. Fernando fue para consolarla. Y al final, se quedaron dormidos. Carla soñó que estaba en un precioso bosque y se encontraba con su hermano Fernando.
- Fernando, ¿estás soñando? -dijo Carla.
- Sí, me parece que sí -contestó-. Pero si tú estás soñando y yo también y estamos los dos aquí, ¡estamos en el mismo sueño!
- ¡Aah! Es verdad -dijo Carla sorprendida.
Carla notó que algo le tiraba del pantalón. Miró hacia abajo. Era un gnomo llamado Pedrín.
- Hola, me llamo Pedrín.
- ¡Hola! -contestó amablemente Carla.
- ¿Por qué estamos aquí? -preguntó Fernando.
- Eso ya lo averiguaréis -dijo el gnomo-. En este sueño tenéis que pasar unas pruebas.
En ese momento Carla y Fernando estaban en una cueva, al lado de un gigante.
- Hooolaaa, soy Gigon, el gigante de esta cueva -dijo el gigante con una voz muy grave-. Si queréis salir de aquí solo tenéis que responder correctamente a esta sencilla pregunta. ¿Estáis preparados?
- No.
- Vale, pues empezamos. ¿El Sol gira alrededor de la Tierra o la Tierra alrededor del Sol?
- ¡Toma ya! Encima de Naturales -dijo enfadada Carla.
- La Tierra gira alrededor del Sol, ¿no?
- Pues no, Fernando, es al revés.
- ¡Que no! -dijo Fernando chillando-. Confía en mí.
- Cinco, cuatro... -dijo Gigon riéndose.
- ¡Uf! La Tierra gira alrededor del Sol.
De repente, los dos hermanos se encontraron al lado de Pedrín.
- ¿Lo ves Carla, como no siempre tienes la razón?
- Es verdad, siempre quiero tener yo la razón y eso no está bien.
- Carla, ya has aprendido la lección -dijo Pedrín-. Ahora, ¡chas!
De repente el gnomo desapareció y Carla y Fernando se encontraron en el colegio. Al lado de Fernando estaba Lucía.
- Fernando, ¿qué era eso que me tenías que decir? -dijo Lucía nerviosa.
- Em... no sé...
- Vamos Fernando -dijo la voz de Pedrín en el oído.
En ese mismo instante, Fernando ya sabía lo que tenía que decirle, pero no sabía cómo.
- Es que... me da vergüenza...
- Tranqui, no pasa nada.
- Bueno, lo diré... ¡Me gustas! -dijo Fernando rojo como un tomate.
En ese momento, Lucía se rió y dijo:
- Es que ¡a mí también! Jajajaja.
- ¿En serio? -dijo sorprendido Fernando.
- Pues claro -en ese momento se abrazaron.
- ¡Ooh! Qué bonito -dijo Carla.
De repente Carla y Fernando se encontraban de nuevo junto al gnomo Pedrín.
- He aprendido que no tengo que ser vergonzoso.
- Y yo a no tener siempre la razón.
- Muy bien, ahora... ¡a despertarse! -dijo el gnomo alegremente.
- Carla, Fernando ¡arriba! -dijo Virginia.
Los dos se levantaron de un salto. Virginia se sorprendió de lo rápido que habían sido en obedecer. Desayunaron, se vistieron, se lavaron y cogieron el autobús.
Cuando llegaron al colegio, Lucía esperaba a Fernando en la puerta. Fernando dio un beso a su hermana y ella se marchó. Lucía y Fernando se quedaron solos y se abrazaron. Fueron hacia la clase cogidos de la mano.
Ahora, todo estaba bien. Fernando ya no era tan vergonzoso y ya tenía novia. Carla aprendió que no siempre tiene la razón y ahora aprobaba todos los exámenes de todas las asignaturas, era mejor estudiante.
¡TODO SE HABÍA HECHO REALIDAD!

© 2009. Texto y dibujo: Nerea Ruiz Cañibano

Curso: Primero de ESO. Colegio Don Bosco - Alicante

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