lunes, 30 de septiembre de 2013

GRRReat readers: "Guess How Much I Love You" by Sam McBratney

EL GRUPO LEO EN FLORIDA
Lecturas en inglés

María Signes Perelló
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Guess How Much I Love You
by
Sam McBratney



"Guess How Much I Love You" is the sweetest book about parent and child openly expressing their affection to each other.

READ ALOUD:

Little Nutbrown Hare wants his daddy, Big Nutbrown Hare, to know just how much he really loves him. Having a difficult time putting it into words and not knowing how to express his love for his father, Little Nutbrown Hare keeps coming up with more and more as his father tries to outdo him each time. After the little bunny falls asleep, the father wins with an expression of love that can’t be outdone.

Fun to read together and endearing to moms, dads, and children everywhere, this tale brings home the ‘I love you more’ game. Bedtime or not, this is one story that you will want to share over and over again, and who knows, it may even help you come up with more ways to express your love for your little ones.


ACTIVITY:
Have you loved someone in your live as much as Little Nutbrown Hare loves Big Nutbrown Hare?
Who is she or he?
Is he/she your mum, dad, brother, sister, grandmother, grandfather, best friend…?

You could tell them how big your love is by making this special card and writing your feelings:

Some sentences you can use:

domingo, 29 de septiembre de 2013

Lectura de "Un superhéroe muy especial" de Carmen Lloret Pérez

Lectura de obras finalistas en el XVIII Concurso Literario Provincial Grupo Leo - Editorial AguaClara 2013.
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Obra: Un superhéroe muy especial
Autor: Carmen Lloret Pérez
Curso: 5º Primaria del CEIP Benalúa de Alicante
© El Autor. Todos los derechos reservados

(Pulsa sobre las imágenes para ampliarlas)
©  Carmen Lloret Pérez. Todos los derechos reservados

Los libros del mes de septiembre 2013 del Grupo Leo en La Tiza: "Un reloj con plumas"

Los libros del mes del Grupo Leo
en La Tiza

Artículo visto en:
Suplemento de Educación Infantil "La Tiza" 25-09-2013
Diario Información de Alicante con el Patrocinio de la Fundación CajaMurcia y COES
Un reloj con plumas

El autor: Roberto Aliaga (Argamasilla de Alba (Ciudad Real), 1976 -):
Biólogo y escritor de literatura infantil y juvenil. Comenzó en la LIJ en 2005 y, a partir de la buena acogida de crítica y público de Cactus del desierto, ha ido publicando a buen ritmo y cada año más obras que el anterior. Junto al ilustrador catalán Roger Olmos ganó, en 2008, el Premio Lazarillo de álbum infantil ilustrado por El príncipe de los enredos, y en 2009 la Biblioteca Juvenil de Múnich ha incluido en su prestigiosa selección White Raven la novela «fetiche» de este autor, Cactus del desierto.
Recientemente ha conseguido la medalla de plata al mejor Libro Ilustrado Infantil, en los IPPY Awards 2013 (Independent Publisher Book Awards) por "Cuento de Noche" en su versión en inglés.

El ilustrador: Óscar Villán (Valladolid, 1972 - ):
Estudió Bellas Artes en Pontevedra. Trabaja en Santiago de Compostela ilustrando libros, revistas y carteles.
En 1999 recibió el Premio Nacional de Ilustración.

Argumento:
Había una vez un reloj despertador que no sabía contar, pero lo que es sonar, sabía sonar de maravilla. Un día lo echaron del escaparate de la relojería, y al pobre reloj no le quedó más remedio que encontrar una solución a su falta de precisión.

La Tiza de la Lectura. Leo, leo, que me animo a leer.
Un cuento:
UN RELOJ CON PLUMAS

Había una vez un reloj despertador que vivía en el escaparate de una relojería.
Allí llevaba muchísimo tiempo.
Nadie lo quería comprar porque nunca iba en hora.
¿Y como iba a ir en hora si no sabía contar?

El pobre reloj lo había intentado con todas sus fuerzas.
Imitaba la hora que tenían los demás relojes y marcaba el compás de los segundos con un pie.
Pero como no sabía contar, decía:
“Siete, quince, ocho, veintitrés…”
¿Y nunca llegaba a sesenta!
Así pues, el relojito cambiaba de minuto cuando le parecía bien, unas veces antes…, otras después.

El resultado era que enseguida se despistaba…
O bien se le cansaban las agujas de estar apuntando hacia arriba…
O le picaba en la mejilla junto al número tres, y tenía que rascarse.
Después, nunca se acordaba de qué hora era, y terminaba pasando el día de brazos caídos, marcando con tristeza la hora de la merienda.

Eso sí, sonar se le daba de maravilla.
¿Y sabía tocar sus campanas de varias formas!
A veces movía la cabeza de izquierda a derecha, provocando un gracioso tilín que le habían enseñado las cajitas de música.
Pero ¡otras veces sonaba más que el más sonoro de los relojes!
Daba saltos sin parar.
Triples saltos mortales, como los equilibristas de los circos.
Giraba sobre sí mismo, temblando y retemblando, hasta que se ponía rojo omo un tomate:
“¡Ringgg, ringgg, ringgg…!
 
No se había fabricado un reloj que tocara las campanas como él.
Pero este relojito casi nunca sonaba.
Porque…¿de qué servía sonar a cualquier hora sin saber para qué?

Una tarde gris, el relojero se cansó de verlo en el escaparate.
Abrió la puerta de la relojería y señalando hacia la calle le dijo:

-Vete ahora mismo de mi tienda.
 -Un despertador que nunca va en hora no sirve para nada.

El relojito salió por la puerta muy triste.
Hacía frío, y tan solo llevaba una bufanda.
Comenzó a caminar.
Las lágrimas se escurrían por sus manecillas.

Cuando se estaba poniendo el sol, el reloj se detuvo junto a una farola que acababa de iluminarse.
Le regaló una sonrisa y le dijo:

-Hola señora farola. Nunca voy en hora, porque no sé contar…
¡Pero sueno de lo lindo!
-y movió la cabeza de izquierda a derecha, emitiendo un gracioso tilín-
¿Puedo quedarme con usted para hacer sonar mis campanas cada vez que encienda su luz?
La farola lanzó una carcajada y respondió:
 -¡Pues claro que no!  Todos queréis que os ilumine y brillar a mi costa.
 ¡Lárgate de aquí! Mi luz no necesita de campanas para hacerse notar.

El pequeño reloj se cruzó la bufanda y siguió caminando.

Hacia la madrugada comenzó a llover.
El reloj despertador se acercó a un buzón de correos, le regaló una sonrisa y le dijo:
 -Hola, señor buzón. Nunca voy en hora porque no sé contar…¡Pero sueno de lo lindo!
-y movió la cabeza de izquierda a derecha, emitiendo un gracioso tilín-.
¿puedo quedarme dentro de usted para hacer sonar mis campanas cada vez que alguien eche un sobre en su interior?
 –Lo siento mucho, mi querido amigo. Serías una buena compañía, sin duda…pero ya nadie echa cartas a mi estómago.
Antes me llenaban de cartas hasta arriba…
Ellas se lo pasaban tan bien, hablando y jugando las unas con las otras…
-el buzón se detuvo un momento y suspiró-:
Pero eso era antes. Ahora estoy vacío. Ni una sola carta en tres meses…
No puedo dejar que te quedes conmigo. Aquí nunca harías sonar tus campanas.
No es este tu lugar.
El pequeño reloj se cruzó la bufanda y siguió caminando.
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Fragmento del libro: Un reloj con plumas
Ilustraciones: Óscar Villán
Editorial: MacMillan
Colección: Librosaurio + 6 años
ISBN: 978-84-7942-193-9
Actividades:
  1. ¿Qué regaló el reloj a la farola y al buzón cuando se acercó a ellos?
  2. ¿Por qué creéis que ya nadie echa cartas en el buzón?
  3. Escribe un cuento o un poema cuyo protagonista sea un reloj  acompañado de un dibujo y envíalo al Grupo Leo. Escribid vuestro nombre, apellidos, curso, colegio y nº de teléfono o e-mail:
Grupo Leo
Apartado 3008
03080 Alicante
o por e-mail a: grupoleoalicante@gmail.com
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grupoleo@terra.com

jueves, 19 de septiembre de 2013

Los libros del mes de septiembre 2013 del Grupo Leo en La Tiza: "Muna"

Los libros del mes del Grupo Leo
en La Tiza

Artículo visto en:
Suplemento de Educación Infantil "La Tiza" 19-09-2013
Diario Información de Alicante con el Patrocinio de la Fundación CajaMurcia y COES
Muna
La autora: Beatriz Berrocal (Benavente (Zamora), 1962 -):
Beatriz Berrocal nació en Benavente (Zamora) y reside en León, donde ejerce su profesión de enfermera. 
Aparte del trabajo, su otra pasión es la escritura, afición que desarrolla desde niña. Ha ganado diversos concursos y ha quedado finalista en otros muchos con relatos y novelas para adultos, aunque se siente muy cómoda escribiendo para el público infantil y juvenil.

La ilustradora: Claudia Legnazzi (Argentina, 1956 - ):
Claudia Legnazzi nació en 1956. Estudió pintura y desde 1985 se dedica a la ilustración de literatura infantil, tanto de otros autores como de sus propios libros. Ha recibido numerosos premios, otorgados por diferentes instituciones. Sus trabajos fueron adquiridos por el Chichiro Art Museum de Japón y forman parte de su colección permanente.

Reseña:
Esta historia, narrada por Robert, un niño de diez años, nos acerca a una realidad diferente pero muy próxima: 
su vivencia y la de toda su familia durante un verano un tanto diferente, pero maravilloso. La presencia de Muna, una niña procedente del Sahara, sensibiliza a toda la familia sobre la realidad de niños y niñas de otras partes del mundo y en su misma situación y nos acerca a las vivencias que muchas familias sienten cuando acogen temporalmente a un niño o niña de un país cuyas condiciones de vida son muy duras.
Nos muestra cómo la perspectiva de no salir de casa durante todo el verano puede no ser tan desastrosa. Podemos conocer otros mundos y otras formas de vivir sin movernos de casa, sólo prestando atención y escuchando a las personas con las que aparentemente no tenemos nada en común, porque nos parecen muy diferentes.
Ésta es una sencilla historia, un atractivo relato lleno de sensaciones y complicidades, del cual no podemos deshacernos hasta llegar al final. A lo largo de toda la historia vamos viendo cómo, tanto Robert como toda la familia, van cambiando de actitud y se hacen más sensibles hacia la nueva situación y hacia la presencia, en principio perturbadora, de un nuevo miembro, aunque sea transitorio, de la unidad familiar. Muna ya nunca más será una extraña y pasará a ser un nuevo miembro de la familia por méritos propios. 

La Tiza de la Lectura. Leo, leo, que me animo a leer.
Un cuento:
La niña que vino del Sahara
_Robert, Susa, os presento a Muna, la niña que viene del Sahara para pasar el verano con nosotros. Vamos, ¿no vais a darle un beso?

No podía creer lo que estaba viendo, solo a mi madre se le podía ocurrir traer a casa un niño de fuera y, para ponerme más contento todavía, no tuvo mejor idea que traer una niña, ¡otra niña!
Susa se acercó a ella un poco asustada, y cuando mi madre le dijo que tenía que besar a la niña, ella la miró a la cara y después dijo:
_Susa es de un “coló” la nena de “oto” “coló”.
_Sí, cariño, Muna es de otro color, pero no importa, es igual que tú y que Rober, y vamos a quererla mucho, ¿verdad?
Mi hermana besó a la niña y después yo tuve que hacer lo mismo para evitar que mi madre me diese un tirón de orejas de esos que da sin que nadie se entere cuando no puede reñir porque hay gente delante.
La verdad era que la niña estaba más cortada que nosotros; al fin y al cabo nosotros estábamos en nuestra casa, y ella no nos conocía, ni conocía el barrio, ni la gente, ni nada.
En qué idioma habla?_le pregunté a mi madre.
_Con su familia habla árabe, pero sabe español porque en el Sahara mucha gente lo habla.
_Hola, Rober, hola, Susa dijo con una vocecita muy fina, como con miedo de hablar.
Yo me quedé helado porque hablaba estupendamente y además conocía nuestros nombres, cuando yo ni siquiera me había enterado de cómo había dicho mi madre que se llamaba.
Como si me hubiera leído el pensamiento, dijo:
_Yo, Muna. Significa querer.
_Bienvenida a casa, Muna le dijo mi padre que estaba llegando en ese momento. Se acercó a ella y le dio un beso ¿ya conoces a tus amigos? Espero que os llevéis bien los tres, porque tenéis mucho tiempo por delante para estar juntos.
Yo no decía nada, porque la verdad es que no sabía qué decir, pero Susa, que ya he dicho que es una pelota y ni les lleva la contraria a mis padres, ni ellos se la llevan a ella, fue al lado de Muna e hizo algo que nos dejó admirados porque era la primera vez en la vida entera que mi hermana hacía una cosa así.
_Muna, esto es “dasca”.
Y ofreciéndole su almohada  medio rota, le indicó cómo tenía que hacer para “rascar” como ella, porque claro, Susa cree que es la única persona en el mundo capaz de rascar la funda de una almohada hasta hacerle un agujero, y la verdad es que, ahora que lo pienso, a lo mejor tiene razón, tal vez lo sea.
De esta manera tan sencilla, así, como si no nos diéramos cuenta, nos colaron a la niña en casa y, hala, a pasar el verano sin que nadie se preocupe de lo que van a decir tus amigos y todos los chicos que te conocen cuando te vean por la calle paseando a “la nueva”.
La verdad era que la niña daba un poco de pena, no se separaba de mi madre ni a sol ni a sombra, y tenía todo el rato los ojos llenos de lágrimas, como si estuviese a punto de ponerse a llorar pero no se atreviese a empezar.
_¿Sabes llorar en español?_le dije por si acaso era eso lo que le pasaba.
_¡Pero que cosas tienes, hijo! Se te ocurre cada idea...
Susa nos miró muy atenta y, como siempre que quiere ayudar, que lo estropea todo, se puso a darle clases de llanto, para que no hubiera duda de cómo se lloraba en nuestra casa.
_”Mía”, ya “veas”, se “lloa” así: ¡Mamaaaaaaaá, ha sido “Dober”! Y ya está.
La verdad es que mi hermana tiene un morro que se lo pisa, porque lo hace tal y como lo cuenta, y encima cuela, todo el mundo la cree porque como “la niña”  es pequeña...
_Bueno Rober, estarás contento de tener una nueva amiga. Ya puedes cuidar de las dos como un hombrecito, ¿vale hijo?
Mi padre es así, se cree que esto es como en las películas, pero vamos, las chicas que yo conozco no necesitan que nadie las cuide, saben defenderse ellas solitas de maravilla, y mi hermana no es menos, desde luego.
Lo primero que hicimos una vez terminadas las presentaciones fue enseñarle a Muna cómo era nuestra casa; era curioso porque íbamos todos en fila atendiendo a las explicaciones que le daba mi madre, como si nosotros tampoco conociésemos el sitio. Después, fuimos a cenar, menos mal, porque yo tenía un hambre que no veía.
_ Si no te gusta lo que he puesto de cena, me lo dices y te haré otra cosa.
Era increíble, con la cantidad de veces que le he dicho yo a mi madre que no me gusta lo que me ha puesto y siempre me contesta que hay que comer de todo y que cuántos niños habrá en el mundo a los que les encantaría comerse un plato de acelgas de esas tan verdes y que a mí no me gustan nada.
Me parecía que empezar con tantos privilegios no estaba bien, porque ella no era hija nuestra, bueno, quiero decir que no era de la familia y nosotros sí, y encima nos obligaban a comer de todo.
Para mi sorpresa, el plato de Muna se quedó en un instante tan limpio como si lo hubiesen fregado.
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Fragmento del libro: Muna
Ilustraciones: Claudia Legnazzi
Editorial: Everest
Colección: Leer es vivir + 10 años
ISBN: 978-84-241-9586-1

Actividades:
  1. ¿Qué es lo que sorprende tanto a Rober y Susa a principios de verano?
  2. Busca en Internet información sobre los campamentos saharauis y conoce la historia de los niños del Sahara que pasan el verano en una familia de acogida.
  3. ¿Te gustaría que algún niño o niña del Sahara pasara el verano en tu casa? Escribe una historia sobre un niño o niña que viene a tu casa desde un campamento de refugiados a pasar el verano contigo. Envíala acompañada de un dibujo original y con tus datos personales, incluido teléfono o e-mail, para poder conectar contigo a:
 Grupo Leo
Apartado 3008
03080 Alicante
o por e-mail a: grupoleoalicante@gmail.com
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lunes, 16 de septiembre de 2013

Lectura de "Encadenado" de Ángela Baldó y "La luna" de David Alcaina

Lectura de obras finalistas en el XVIII Concurso Literario Provincial Grupo Leo - Editorial AguaClara 2013.
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Obra: Pareados, Pregones, Adivinanzas, Conjuros, Encadenados...
Autor: Varios
Curso: 3º Primaria del CEIP Sagrados Corazones de Redován
© El Autor. Todos los derechos reservados

(Pulsa sobre las imágenes para ampliarlas)
© 3º Primaria del CEIP Sagrados Corazones de Redován. Todos los derechos reservados

jueves, 12 de septiembre de 2013

Los libros del mes de septiembre de 2013 del Grupo Leo en La Tiza: "Las aventuras del hada Marcela"

Los libros del mes del Grupo Leo
en La Tiza

Artículo visto en:
Suplemento de Educación Infantil "La Tiza" 11-09-2013
Diario Información de Alicante con el  Patrocinio de la Fundación CajaMurcia y COES


Las aventuras del hada Marcela

Autora: Carmen Gil (La Línea de la Concepción, Cadiz, 1976 -):

La autora lleva bastantes años dedicada a la enseñanza y a escribir para niños. Para ellos, y con ellos, ha hecho un poquito de todo: teatro, títeres, cuentacuentos, talleres de danzas del mundo...y ¡hasta algo de magia! Pero lo que más le gusta es jugar con las palabras, por eso se dedica a escribir.
Tiene más de noventa libros publicados con editoriales como Oxford, Lumen, SM, Hiperión, Kalandraka, Oqo, Casals...

Ilustraciones: Ana Cobos (-):


Reseña:
Hace meses que nadie contrata a Marcela como hada madrina a domicilio y está muy aburrida. Hartas de sus meteduras de pata, las hadas Anastasia y Apolonia le encomendarán una misión complicada para tenerla entretenida.

La Tiza de la Lectura. Leo, leo, que me animo a leer.
Un cuento:

¡Vaya viajecito!

Lucas no hacía más que darle vueltas a la cabeza. El trabajo puesto por el profe era muy complicado:”Una ciudad del futuro”.
¿Cómo iba a saber él cómo sería una ciudad del futuro? En Internet no había encontrado demasiada información. ¡Y el trabajo era para el día siguiente! Estaba desesperado y daba paseos por su habitación.
-          ¿Quieres pararte de una vez, que me estás poniendo nerviosa?- le regaño el hada Marcela.
-          Guau guaga, guau –ladró Trufo. Con esto venía a decir”: Y a mí también
A pesar de las recriminaciones, Lucas no podía dejar de moverse. Estaba preocupado. Era puntual con sus trabajos y en este estaba bloqueado.
     -    Ayúdame, Marcela, pidió con cara de pena al hada.
     -    De acuerdo, pero no creas que te voy a dar la tarea hecha. Vamos a hacer un pequeño viaje para que te inspires. ¡Nos vamos al futuro!
     -    Sí, sí, al futuro. Agárrate que despegamos.
     -    Guagua gua-ladró Trufo. En su lenguaje:"Ni se os ocurra dejarme atrás”.
Marcela consultó su libro electrónico, empuñó su varita y recitó un sortilegio:
Diro tani pori rempo, que viajemos en el tiempo. Que nos lleve este conjuro al futuro.
Tras sufrir una sacudida los tres viajaron en el tiempo, pero no al futuro, sino a la prehistoria y se encontraron ante un gran dinosaurio.
-          Hemos retrocedido ciento cincuenta millones de años-¡Es un Turiasaurus riodevensis!-gritó Marcela que sabía mucho de la prehistoria.
-          A lo mejor le gusta más la hierba que los niños, los perros o las hadas- susurró Lucas escondiéndose detrás de una roca.
-          Me temo que no. Es un dinosaurio carnívoro.
-          Grrrrruam-gruño el imponente animal
-          ¡Ayyyyy!-gritó Lucas.
-          Auuuuuu-aulló Trufo.
-          ¡Cáspitas- exclamó Marcela, que apenas atinaba a sacar su varita y pronunciar las palabra mágicas: Diro tani pori rempo que nos lleve este conjuro rápidamente al futuro.
Esta vez el hechizo surtió efecto y los llevó hasta el futuro, pero no  al que ellos deseaban. Aparecieron en una plaza pública y en medio de una muchedumbre, una chica vestida de colores hacía juegos malabares y recitaba versos.
Lucas y Trufo estaban extasiados escuchando la historia que contaba aquella chica tan divertida. Marcela se sentía enojada consigo misma y no disfrutaba.
-          ¿Qué te pasa? ¿No te gusta? –dijo Lucas.
-          Sí me gusta. Es una juglaresa – dijo Marcela- ¡hemos ido a parar a la Edad Media! Y tú tienes que hacer un trabajo del futuro. Pues vamos al futuro.
Marcela sacó su varita y pronunció de nuevo su conjuro.
Esta vez sí que el hechizo hizo efecto. Los tres, como metidos en una batidora gigante, empezaron a dar vueltas y fueron a parar al año 2187.Estaban en una ciudad del siglo XXII. La gente paseaba alegremente con sus mascotas: gatos de color violeta, perros verdes con tres rabos, tortugas con alegre lunares. Lucas observaba todo: Autómatas con luces en el cuerpo que limpiaban los jardines y  calles con  modernas aspiradoras. Otros dirigían el tráfico.
-          Bienvenidos a nuestra ciudad- les dijo un robot que brillaba con la luz del sol.
Quedaron asombrados por: bicicletas supersónicas, coches eléctricos voladores al ras del suelo, robots que trajinaban sin parar. Llegaron a un parque en el que una chica ofrecía viajes al espacio en cohete.
A Trufo aquella señorita le gustó y, como siempre, intentó demostrarle su afecto a base de lametones. Pero, inexplicablemente su lengua atravesó a la chica como si fuera de aire.
       - No te canses, le dijo Marcela, no es un ser humano sino un holograma.
Lucas estaba embobado observando su entorno:¡El mundo había cambiado tanto!....Todas las casas tenían paneles solares, cada cincuenta metros había contenedores, sobre las montañas campos de molinos eólicos, la gente se desplazaba en bicicleta y los automóviles repostaban en las electroleras. A pesar de ello  no era una sociedad perfecta pudieron comprobar como una pandilla de adolescentes maltrataban a un gatito en un descampado. Esto motivó que el hada Marcela convirtiera a los adolescentes, con su hechizo, en gatos que no dejaban de correr espantados.
Lucas no había dejado de tomar notas. Marcela tuvo que advertirle:
      - Ni se te ocurra hablar de hadas madrinas en tu trabajo de Conocimiento del Medio, pueden pensar que estás loco.
Lucas ya tenía información suficiente y Marcela consideró que era el momento de volver, pero falló en su conjuro y aparecieron de pronto en la playa.¡Sabía que ni a Lucas ni a Trufo les gustaba el agua. Mientras Marcela consultaba su libro para corregir el rumbo, Lucas divisó el barquito de Claudia que navegaba lentamente y que de pronto una ola inesperada lo volcó. La niña, agarrada a la embarcación, pedía auxilio.
Sin pensarlo y olvidando su miedo al agua, Lucas se tiró vestido y nadó hasta Claudia. Trufo le siguió y se lanzó tras él. Al llegar al barco, entre los dos lograron enderezarlo y subieron a la niña.
-          Gracias- le dijo Claudia. Y besó a Lucas en la mejilla.
Él sintió que en su interior revoloteaban cientos de mariposas.
-          ¿Os dais cuenta? –dijo Marcela- en cuanto habéis visto en peligro a una persona querida habéis superado vuestro miedo sin necesidad de magia-¡Es fantástico!
Como Claudia se había recuperado pronto, los tres se fueron caminando para casa. Marcela revoloteaba sobre ellos cantando una canción.
Una vez en casa, Lucas y Trufo contentos se revolcaban por la alfombra. Marcela los miraba con ternura. Sabía que ya no la necesitaban y que por amor habían superado sus miedos. Pensó que cuando cayeran dormidos, ella saldría volando por la ventana, rumbo a las nubes. ¡Las despedidas no le gustaban nada!
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 Tomado del libro: Las aventuras del hada Marcela
Autora: Carmen Gil
Ilustradora: Ana Cobos
Editorial: Algar
Colección: Calcetín +9 años
Actividades:
  1. ¿A qué épocas y lugares les trasladó el hada? Haz un dibujo de una de ellas
  2. ¿Por qué se lanzaron al agua Lucas y Trufo
  3. Escribe un cuento en el que, por amor y amistad, realizarías una hazaña que nunca  creerías haber podido hacer. Envíalo acompañada de un dibujo y con tus datos personales, incluido teléfono o e-mail, para poder conectar contigo a:
 Grupo Leo

Apartado 3008

03080 Alicante
o por e-mail a: grupoleoalicante@gmail.com
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lunes, 9 de septiembre de 2013

GRRReat readers: "CLICK, CLACK, MOO COWS THAT TYPE by Doreen Cronin"

EL GRUPO LEO EN FLORIDA
Lecturas en inglés

María Signes Perelló
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CLICK, CLACK, MOO COWS THAT TYPE
by Doreen Cronin

Age: 5-7
Genre: Comedy and Humor, Series
 Last year we had an awesome fieldtrip to the theater!!
My students and I saw the play “Click, Clack, Moo Cows That Type”.
And we really had fun!
So, this is why I strongly recommend reading the book.

ABOUT THIS BOOK
Farmer Brown
has a problem.
His cows like to type.
All day long he hears
Click, clack, MOO.
Click, clack, MOO.
Clickety, clack, MOO.
Farmer Brown thinks it's odd when he hears typing sounds coming from the barn. But his troubles really begin when his cows start leaving him notes. First they demand better working conditions, then they stage a strike...
The hens support the cows. The farmer types notes back. The ducks mediate the dispute, carrying typed notes between house and barn!
This highly amusing tale combines several styles of writing: straight prose, letter-writing and sounds.

Other versions that you may enjoy:
  • Dooby Dooby Moo by Doreen Cronin

  • Thump, Quack, Moo: A Whacky Adventure by Doreen Cronin and Betsky Lewin. 
READ ALOUD


IT´S TIME TO WRITE: 

  • Choose an animal of the farm and write a letter to the farmer Brown thinking that you are this animal.
If you don't know how to write a letter, don´t worry, here are some clues that will help you to write correctly.
Have fun and be creative :)

HEADING: Includes the address and the date. In some cases, it is OK to just write the date.
GREETING: The greeting usually starts with 'Dear' and is followed the person's name and then a comma.
BODY: After skipping a line, you begin the body of your letter which is the main text of your letter. Indent for each new paragraph.
CLOSING: The closing includes a short capitalized expression such as 'Sincerely' or 'Love' and is followed by a comma. Skip a line after the body before writing your closing.
SIGNATURE: You sign your name beginning directly below the closing.
Sometimes you may add a POSTSCRIPT at the end of your letter. You write P.S., add a note and then end it with your initials.
Grupo Leo