Triste al acostarme
miré hacia la ventana.
La ciudad estaba a oscuras,
la noche era amarga.
Como un destello brillante
vi una estrella fugaz.
Pedí un humilde deseo;
"que por fin llegase la Navidad".
En la oscuridad de la noche
se vieron luces brillar,
eran polvos de estrella
que cubrieron la ciudad.
Las calles adornadas
alegraban el paseo
y en los tejados de las casas
se realizaba mi deseo.
Me apresuré camino al salón
y admiré un pino dorado;
sostenía pomposos adornos
y coloridos decorados.
Mis padres y mis abuelos
junto al árbol se reunían.
Cantaban villancicos
y comían chucherías.
Finalizada aquella noche
preparé dulces y galletas,
ya que al apagar las últimas brasas
vi bajar una enorme escalera.
La mañana de Navidad
fue un grandioso día.
Abrimos los regalos
y disfrutamos en familia.
© 2009. Texto: Laura Ostolaza Yagüe
Curso: Segundo de ESO. IES Valle de Elda
Curso: Segundo de ESO. IES Valle de Elda
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