jueves, 2 de octubre de 2014

Los libros del mes de octubre de 2014 del
Grupo Leo


EL AUTOR

Leandro Sagristà (Barcelona, 1975) es licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y trabaja como profesor de lengua y literatura en Secundaria. Ha publicado los poemarios Cenit del calendario y Pasaje hacia la luz. El caso del manuscrito robado, su primera novela, refleja su pasión por la literatura y el mundo de la educación en una trama que combina ficción, realidad histórica y juego metaliterario. Sin duda la lectura de esta novela despertará en el lector juvenil el deseo de profundizar en el conocimiento de la obra de Gustavo Adolfo Bécquer, escritor y poeta cuya obra se enmarca en el Romanticismo español.
EL LIBRO
Alguien ha robado el manuscrito de las Rimas, el poemario que Gustavo Adolfo Bécquer está a punto de publicar. Don Federico Salinas, reputado investigador privado, y su pupilo Gonzalo reciben el misterioso encargo de descubrir al ladrón. Pero este caso es diferente a cualquier otro. Para desenmascarar al culpable, deberán enfrentarse a un juego de enigmas que les llevará por algunos escenarios determinantes en la obra de Bécquer –como el monasterio de Fitero y el Monte de las Ánimas, entre otros– y les hará vivir una aventura sembrada de claves ocultas.

EL CASO DEL MANUSCRITO ROBADO

El manuscrito
Después de una opípara comida con la que don Federico me obsequió –migas canas de primero, lomo escabechado de segundo y harinados de postre, buscamos alojamiento y nos retiramos a nuestros cuartos para descansar. Solo los abandonamos para realizar una frugal cena e intercambiar algunas ideas sobre la expedición que realizaríamos al cabo de unas horas. A las diez de la noche ya estábamos en la cama, pero yo apenas pude pegar ojo en toda la noche.
Salimos de nuestro hotel en dirección a El Burgo poco después de las seis de la mañana. El frío era realmente espantoso y una bruma densa se alzaba desde las márgenes del Duero confiriendo a las calles, todavía desiertas, un aspecto fantasmal. En las zonas más altas del Moncayo se divisaba el manto blanco de la nieve y un denso aroma a naturaleza viva impregnaba el ambiente.
Al igual que Pedro, que ya nos aguardaba en el parador frente a una aromática taza de café, llegamos puntuales a nuestra cita y, sin demasiada demora, ensillamos los caballos e iniciamos el ascenso rumbo al Monte de las Ánimas.
El camino trepaba montaña arriba en un serpenteo sinuoso custodiado por frondosos árboles cuyas ramas, que se abatían como brazos, debíamos apartar para evitar arañazos en el rostro. El rumor del río, que discurría en paralelo, nos acompañaba como una melodía incesante y se escuchaban también gorjeos de pájaros y ladridos de perros en la lejanía.
Los márgenes del sendero se hallaban cubiertos por finas placas de hielo sobre las que, a poco que uno se despistase, resbalaban los cascos de los caballos, de modo que el ascenso, pese a no ser demasiado largo, resultó dificultoso.
Nos detuvimos cuando llegamos al convento de San Juan de Duero, del que no quedaban en pie más que su iglesia –una pequeña construcción de estilo románico de una sola nave con presbiterio y ábside- y el claustro cuadrangular, magnífico pesa a haber perdido la techumbre. Atamos los caballos en una arboleda cercana y nos demoramos un par de horas recorriendo el convento y sus alrededores.
- Este es aproximadamente el lugar donde se sitúan los hechos de la leyenda – me susurró don Federico, aprovechando que Pedro se había acercado hasta los caballos para coger algo de comer de las alforjas-. Aunque las referencias geográficas no sean exactas, es aquí donde espero que el ladrón deje una nueva pista. Debemos tomar buena nota del recorrido, porque deberemos volver a realizarlo cuando sea noche cerrada, lo que nos dificultará enormemente la orientación.
- ¿Quiere decir que vamos a regresar y volver después cuando haya anochecido? – pregunté incrédulo.
Como vi que el detective cabeceaba afirmativamente, añadí:
- ¿Y no sería más lógico aguardar aquí y sorprenderlo in fraganti? Si, como usted supone, debe venir a dejar una nueva pista, sería el momento ideal para apresarlo y recuperar el manuscrito.
- Estás equivocado, Gonzalo –respondió para mi sorpresa-. Nuestra misión es, en efecto, recuperar el manuscrito pero no nos enfrentamos a un vulgar ladrón. Nuestro hombre no quiere nada a cambio de él, nada salvo que nos prestemos a obedecer sus reglas del juego, y estas están bien claras: desafía nuestra inteligencia, nuestra capacidad para dar solución a los enigmas que va planteando. De esta manera demuestra su astucia para relacionar las pistas con las leyendas de Gustavo Adolfo. Si pretendemos detenerlo antes de que complete su obra, corremos el riesgo de hacerle enfadar y eso no nos conviene. Tal vez haya dado órdenes de que, si lo detenemos, el manuscrito sea destruido.
- Entiendo –afirmé.
- Recuerda que dejó claro que no quería que la policía se inmiscuyera en el asunto. A estas alturas ya debe saber que no es Bécquer quien está resolviendo los enigmas que plantea y, sin embargo, eso no parece importarle o nos lo habría comunicado. Nos sigue la corriente porque no se siente amenazado. Somos los peones que va moviendo a su interés por el tablero y, de momento, el desarrollo de la partida le satisface. Debemos ser cautos y continuar como hasta ahora. No quiero correr riesgos, al menos por el momento.
Iba a añadir algo, pero se detuvo al ver que Pedro regresaba con las alforjas a la espalda.
- Prepararé el almuerzo –nos dijo sonriendo-. Vamos a reponer fuerzas antes de seguir con la excursión.
Fragmento del libro: El caso del manuscrito robado
Autor: Leandro Sagristà
Editorial: Algar
Colección: Algar joven



Actividades:
  1. El fragmento que acabas de leer pertenece a una novela de misterio. Señala dos características de este subgénero narrativo que se hallen presentes en el texto.
  2. “- La magia no existe – aseveró don Federico tajante-. Son los hombres quienes dan explicaciones supersticiosas a las cosas que no son capaces de explicar. La ciencia, pequeño amigo, tiene todas las respuestas a nuestras preguntas.” (Pág. 8). ¿Estás de acuerdo con estas palabras de don Federico? Justifica tu respuesta con argumentos a favor o en contra (extensión máxima: 6 líneas).
  3. Escribe un cuento  sobre un manuscrito encontrado que revela un hecho misterioso y envíalo acompañado de un dibujo y de tu nombre, apellidos, curso, colegio y nº de teléfono particular a:


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Apartado de correos 3008
 03080 ALICANTE
o por e-mail a: grupoleoalicante@gmail.com


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