miércoles, 8 de febrero de 2017

Los libros del mes: "Palabras de Caramelo"


Reseña:
Kori es un niño de ocho años que vive en un asentamiento saharaui. Es el tercero de cinco hermanos y no puede oír, es sordo. Lee los movimientos de los labios e imagina lo que dicen los demás.
Asiste a una escuela especial con niños que tienen otras dificultades.
Gracias a su maestra, la única persona de su comunidad que le comprende, aprende a escribir. Siempre va con un pequeño cuaderno y un lápiz para recoger los pensamientos y palabras que cree reconocer en los labios de su mejor amigo, un pequeño camello llamado Caramelo.
Kori no sabe que los camellos se pasan la vida rumiando y moviendo los labios. Piensa que le cuentan cosas y así las interpreta y escribe.
Cuando Caramelo se hace adulto, su dueño decide sacrificarlo para dar de comer a la comunidad. Kori no entiende ésto y se escapa con él al desierto. Buscan un oasis donde establecerse. Su familia sale en su búsqueda hasta que dan con él y devuelven a Caramelo para que lo sacrifiquen.
Tras su muerte Kori recoge todas las palabras que creyó entender al camello y escribe una preciosa poesía.
Edad recomendada: a partir de 9-10 años.

El autor:
Gonzalo Moure Trénor, nacido en Valencia en 1951, es un escritor dedicado a la literatura juvenil, campo en el que ha ganado premios tan importantes como el Gran Angular, el Ala Delta, el Primavera o el Barco de Vapor, entre otros.
Estudió Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid. Antes de dedicarse por completo a la escritura, Moure trabajó también como periodista, guionista y publicista. Su obra es conocida por la atención que presta a los problemas de tipo social y también a la relación entre padres y adolescentes (Maito Panduro, El síndrome de Mozart, entre otros).
Actualmente vive en Asturias, yendo a bibliotecas, institutos y colegios para dar charlas sobre sus libros. Cabe constatar también la gran labor de cooperación que realiza, dando a conocer a los jóvenes españoles de la situación del Sáhara Occidental, así como a través del Bubisher, un bibliobús que en su primer año de vida ha visitado todas las aulas de los campamentos.

El ilustrador:

Fernando M. Godoy, nació en Zaragoza en 1975. En cuanto fue capaz de agarrar un lápiz, se puso a dibujar y hasta el momento no ha parado.
Licenciado en Bellas Artes, trabaja regularmente con varias galerías de arte y participa en exposiciones colectivas, certámenes y encuentros en España y en el extranjero. Es uno de los artistas aragoneses de mayor proyección nacional. Como ilustrador acompaña muchas de las obras de Gonzalo Moure.


PALABRAS DE CARAMELO

Kori visitaba a Caramelo todos los días. Se pasaba las tardes con él, junto al corral, aunque hiciera mucho calor, aunque hiciera viento, o aunque hubiera, incluso, una de las terribles tormentas de arena que solían azotar el campamento.
Para Kori, Caramelo era el amigo que no había tenido nunca. Con él, trataba de hacer lo que creía que hacían los demás: pensaba lo que iba a decir, movía los labios para comunicarle a Caramelo aquellos pensamientos, y Caramelo contestaba moviendo los suyos.
Al principio, le costaba entender lo que decía el huar pero, poco a poco, lo fue logrando.
Kori trataba de leer en sus labios, y creía que Caramelo le hablaba del desierto, de cuánto le gustaría estar allí, donde había hierba verde por todos lados, y cientos de camellos, y fogatas junto a las jaimas, y otros huars con los que jugar.
Todo eso, le decía Caramelo a Kori, se lo había contado a él su madre.
La madre de Caramelo había vivido en el desierto muchos años, con un rebaño de más de cuarenta camellos, y juntos habían recorrido muchos kilómetros, muchos, en compañía de hombres, mujeres y niños, trasladando el campamento detrás de las lluvias, que significaban más pasto.
Caramelo le contaba aquello a Kori con frases maravillosas, con descripciones que hacían soñar a Kori y que le hacían pensar en palabras dulces, palabras de caramelo.
Kori no sabía lo que era una poesía. Los saharauis aman la poesía, y se recitan unos a otros poemas bellísimos. Pero Kori era sordo, y no podía escucharlos. En su mente, ni siquiera existía la palabra “poesía”, porque en su mente no existían las palabras. Solo las ideas. En su imaginación, sin embargo, escuchaba a Caramelo decir cosas así:

Los hombres serios del cielo
con sus mecheros encienden,
cuando la noche se extiende,
farolitos de hielo.

Algunos niños de la escuela especial a la que iba Kori cada día, aprendían a…………
ESCRIBIR.
Kori no sabía muy bien qué eran aquellos signos que otros niños aprendían a dibujar en sus cuadernos, pero veía a la maestra trazando líneas, como dunas, en la pizarra.
Y los niños los copiaban, y luego los leían, moviendo los labios despacio.
¿Escribían palabras de Caramelo, como “agua de cristal”, como “farolitos de hielo”?
La maestra de Kori se llamaba Fatimetu. Dientes contra labios, Boca abierta, Dientes apretados, Labios estirados, Labios pegados, Labios apretados con un agujerito en el centro: Fa-ti-me-tu.
Fatimetu era buena. Acariciaba siempre a Kori como Kori acariciaba a Caramelo. Le enseñaba a atarse los zapatos y a dibujar. ¿Le enseñaría a escribir también? Quería escribir las palabras hermosas que Caramelo le decía por las tardes.
Una mañana, agarró a Fatimetu por la manga y señaló con el dedo la pizarra, el cuaderno de otro niño, el bolígrafo. Fatimetu le entendió, sabía que quería aprender a escribir y a leer. ¿Pero cómo enseñarle a él, un niño sordo?
Le acarició el pelo, formó en su boca una sonrisa triste y dijo que no con la cabeza.
Kori lloró toda la mañana, toda la tarde, toda la noche.
Cuando llegó de nuevo a la escuela, se sentó en su pupitre, hundió la cabeza entre los brazos y no quiso hacer nada. Tampoco en casa. Comió sin ganas y al acabar corrió a los corrales con un puñado de hierba bajo su camisa, y estuvo toda la tarde junto a Caramelo.
El camello le hablaba de las vastas praderas que había más allá de la arena y las piedras, pero Kori no podía escribir “ríos frescos”, ni “mares de hierba”.
¡Era injusto que no pudiera escribir las palabras de Caramelo!
Y por la noche, en la jaima, ni siquiera quiso cenar, no quiso tampoco beber té, ni quiso las caricias de su madre, que no sabía qué le pasaba a su hijo.
Al día siguiente, nada más llegar a la escuela, incluso antes se sentarse, volvió a agarrar a la maestra por la manga, y la llevó hasta la tarima, señalando la pizarra, el cuaderno, a él… Mientras lo hacía emitía sonidos llenos de energía, que al fin, conmovieron a Fatimetu.
– Te enseñaré, Kori, te enseñaré. No sé cómo, pero te enseñaré.

Tomado del libro: Palabras de Caramelo
Editorial: Anaya
 

ACTIVIDADES:
1. Busca información sobre los Saharauis y reflexiona sobre su situación.
2. Haz con cartulina formas de caramelos y escribe dentro palabras dulces. Pégalas en un mural en el pasillo del cole.
3. Imagina y describe la vida en el desierto. Escríbela y la envías acompañada de un dibujo y de tu nombre, apellidos, curso, colegio y número de teléfono particular a:

Concurso literario Grupo Leo
Apartado 3008
03080 Alicante


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