jueves, 24 de mayo de 2012

Leo Leo que me animo a leer: El primer día de cole

Artículo visto en:
Suplemento de Educación Infantil "La Tiza" 23-05-2012
Diario Información de Alicante


El primer día de cole


José comienza hoy su ciclo de Primaria. Para él no es un día cualquiera y se pregunta cómo lo va a poder afrontar. Tras superar el hecho de levantarse, todo le molesta: los calcetines, los zapatos, la ropa...  Definitivamente, preferiría haberse quedado en la cama. ¿Acaso tiene miedo?
Su madre, que lo adivina todo (igual que les sucede a todas las madres), lo coge en brazos. José se encuentra muy a gusto en su cálido regazo, pero tiene que vestirse, y desayunar, y preparar la mochila, y peinarse, y hacer pipí, y lavarse los dientes... ¡Ufff!, cuánto trabajo!
Se sientan alrededor de la mesa para desayunar. Entre pensamiento y pensamiento, mira a su hermano y se sorprende de verlo tan  tranquilo. ¡Menuda sangre fría! Claro, él está ya en quinto y por eso no tiene los mismos nervios. Por fin, se decide a preguntarle una de las muchas cosas que le inquietan.
_¿Cómo es?
_¿Cómo es el qué? –Le responde Fernando.
_El recreo
Y es que ha oído cosas inquietantes; que los mayores no dejan jugar, que les quitan los balones a los más pequeños...
Su hermano no le aclara mucho. Más bien lo inquieta de nuevo con su misteriosa respuesta.
_Mantente alerta, que  pueden caer chuzos de punta.
¡Menudo panorama! Se le remueven las tripas. Quiere ser valiente, pero no le llega la camisa al cuerpo.
Y para colmo, ni siquiera puede llevar su mochila de ositos, esa que le ha acompañado casi desde que nació. Es que ahora ya no toca utilizar cosas de mañacos, debe estrenar una de mayor porque no quiere que nadie se le ría, pero es más fea, y  pesa, pesa mucho con tantos libros y cuadernos. ¿Será todo necesario? Su madre le ha puesto hasta pinturas de colores, y bolígrafos, y lápiz, y sacapuntas, y goma de borrar...
Aunque no tiene ni pizca de hambre, se acaba la leche con cereales mientras su padre se mira el reloj con evidente impaciencia. Eso no contribuye precisamente a tranquilizarlo en este difícil momento. ¿Cómo es posible que nadie lo entienda?
_¡Que llegaremos tarde!
Salen corriendo. Por suerte, viven cerca del colegio. Tan sólo cuatro bloques de urbanizaciones, y dos calles, y ya se ve la valla. Ahora, ya se ven las rejas. Un poco más, y  ya se ven  otros niños de su misma edad. ¡Oh, qué panorama!: uno se aferra gritando a los barrotes; otro, llorando a moco tendido, se agarra al jersey de su mamá hasta hacérselo grandioso... ¡Menuda panda de cagones son estos pequeños!
A José le dan ganas de volverse a casa. ¡Y todavía falta conocer a la maestra!  ¿Y si es una señora con cara de ogro que grita mucho? ¿Y si es un señor con cara de león que grita más? Pero no, de pronto, ha aparecido en la entrada con una sonrisa. ¡Menos mal! Eso es buena señal. Por el aspecto, es seguro que será amable como su madre y como su abuela. Esa idea lo tranquiliza un poco, pero todavía quedan muchas incógnitas sin despejar.  Entre o tras, cómo será una clase. ¿Cuadrada? ¿Redonda? ¿Con muchas puertas que se cerrarán de golpe?  ¿Podrá ver la calle desde las ventanas?
Es hora de despedirse y entrar al colegio, ese lugar misterioso en el que les van a enseñar a leer y a escribir. También a sumar, y a restar, y a contar del uno al diez en inglés... ¡Agobiante!
“¡Es joven y guapa esta maestra! ¿Qué años tendrá? Parece más joven que mi madre”.
Ella, ajena a tanta inquietud infantil, se levanta muy decidida y escribe unos garabatos en la pizarra... Hay que estar muy atentos.
José ha superado  la primera hora. Los nervios ya se van calmando, la ropa le aprieta menos, y hasta han dejado de picarle los calcetines, pero los zapatos nuevos le siguen molestando en el dedo gordo de cada pie. Estas incomodidades no ayudan a serenarse.
 A pesar de que quiere ser valiente, hoy no es un día cualquiera. Por otra parte, piensa que su hermano Fernando es un ejemplo claro de que todo se supera, así que él también lo conseguirá. Pero el miedo no se aparta de su lado.
La historia de José en este primer día de colegio, no ha hecho más que comenzar. ¿Qué nuevos peligros le acechan? ¿Cómo se comportarán los otros compañeros? ¿Cómo será el famoso recreo?  Y...¿Qué será eso de los “chuzos de punta” que le ha dicho su hermano? Habrá de tener paciencia y leer nuestro libro para descubrirlo.
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Tomado del libro:
El primer día de cole
Autor: Pasqual Alapont
Ilustraciones: Enric Solbes
Editorial: Algar
Actividades:
  1. ¿Por qué hoy no es un día cualquiera para José?
  2. ¿Qué respuesta misteriosa le da su hermano Fernando?
  3. ¿Qué pasa en el recreo de su colegio?
  4.  Escribe un cuento o poema que tengan a José como protagonista 
    y envíalo acompañado de un dibujo original a:
     Grupo Leo, Apartado 3008, 03080 Alicante. O por Email, a la siguiente dirección: grupoleoalicante@gmail.com
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grupoleo@terra.es

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