domingo, 18 de marzo de 2012

Leo Leo que me animo a leer: Alicia en el país del chocolate

Artículo visto en:
Suplemento de Educación Infantil "La Tiza" 14-03-2012
Diario Información de Alicante


A la búsqueda del Chocolate

En fin, ya tenía claras dos direcciones. El primer “derecha” se refería a su propia derecha, en dirección al lirio negro. El primer “izquierda” se refería a la izquierda de Flora. El problema era encontrar la referencia de cada dirección.
El camino parecía ser más largo de lo que pensaba.
-          Espero que no esté muy lejos, si no, me despertaré antes de llegar. Mira que si me despierto nada mas encontrar el chocolate....eso pasa  mucho en los sueños.
Alicia continuaba razonando como si estuviera en un sueño, aunque todo resultaba muy real. Tan real que de vez en cuando dudaba de que realmente se tratara de lo que se empeñaba en creer. Normalmente en sueños se cortaban y se entrecruzaban historias, pero allí siempre se trataba del mismo asunto y el mismo camino. De todas maneras, prefirió pensar que estaba en un sueño a pensar que estaba chiflada.
La senda era muy bonita, con muchas plantas en los bordes. La verdad es que tenía suerte de que hubiera luna llena. Sin la luna no se habría visto nada y podría haber resultado peligroso. De hecho en un momento de distracción escuchó un chof  bajo su pie derecho. También sintió cómo una humedad fría le entraba por el zapato.
-          Me parece que he encontrado el estanque- dijo sacando el pie del  charco.
-          ¡Hola! ¿Quién hay ahí? – dijo una voz entre los árboles.
Sintió un poco de miedo. A pesar de haber luna llena, estaba sola en un bosque y era de noche. Se escondió en el agujero de un árbol cercano y preguntó también:
-          ¿Quién es?
-          Yo he preguntado primero -respondió la voz, que ahora atribuyó a una mujer joven.
-          Ya, pero yo soy forastera.
-          ¿Y eso qué tiene que ver?
-          Que hay que ser educada con las visitas, ¿no?
-          Y tú también con los anfitriones.
-          Está bien. Haremos una cosa.
Contamos tres y salimos al mismo tiempo.
-          Bien. Una...,dos.. y... tres.
Ninguna de las dos salió de su escondrijo.
-          Bien, creo que tendremos que volver a intentarlo- dijo la voz femenina-. Pero ahora sin trampas.
-          Eso vale, las dos- añadió Alicia-. Bien: ¡una...dos... y ...tres!
Las dos saltaron al camino al mismo tiempo y, casualmente, por el mismo lugar, y se produjo un choque que se oyó hasta la otra punta del bosque.
-          ¡Ay!- gritaron al mismo tiempo.
Se miraron enfadadas y estaban a punto de reñir cuando, de repente, La joven esbozó una sonrisa. Alicia no pudo reprimir otra sonrisa, que pasó a ser una carcajada. La nueva compañera también empezó a reír. Aquella situación había sido ridícula.
-          Ha sido gracioso- dijo Alicia.
-          Sí, mucho. ¡Mira que saltar por el mismo lugar!
-          Verónica, princesa Verónica.
-          Alicia...niña Alicia. –Evidentemente, nuestra amiga no tenía claro cuál debía ser su tratamiento.
-          ¿Y qué haces aquí sola a estas horas?
-          ¿Y tú?
-          Busco la Casa de la Moneda para ver si me pueden dar chocolate del que no sirve.
-          ¡Ah! A mí me encanta el chocolate. Tengo una prima que es princesa y no come más que manzanas. Es un rollo guardar la línea......Un poco de chocolate de vez en cuando tampoco es tan malo ¿no?
-          Creía que estaba prohibido.
-          Y lo está. Sin embargo, a veces hacer cosas  que la gente cree que están mal es una aventura.
La princesa Verónica ponía cara de maquinar una maldad  como si estuviera imaginando las travesuras que era capaz de hacer,
-          En mi país comer chocolate no está prohibido pero mi madre me lo prohíbe.
-          La madres tienen esa cosas.
-          No tranquila, ya estoy acostumbrada
Por cierto, ¿qué haces aquí a estas horas?- le preguntó
-Busco ranas.
-¿Ahora? ¿Y para qué?.
-          Mira, le das un beso y, a menudo, son príncipes encantados. Rompes su hechizo y pueden hacer cosas increíbles por ti.
-          ¡Ah! Claro, ¡ y después te casas con ellos!- afirmó la niña.
-          ¡Que dices! Si me caso no puedo volver a hacerlo- dijo la princesa asustada
-          ¿Quieres probar? Llevo una en el bolsillo.
-          No, gracias. Me gustaría encontrar la Casa de la Moneda.
-          Es muy fácil. Coges el camino de la izquierda y, cuando llegas a una cueva con un cochinillo en la puerta, es derecha, tres saltitos y pataplof .
-          Pues, nada......Muchas gracias. Suerte con los príncipes.
-          Gracias. Suerte con el chocolate.-Se despidió moviendo de un lado a otro la rana.
Mientras se alejaba, oyó un pequeño casquido y una bella voz masculina que decía:
-          Princesa Verónica, pedid lo que queráis.
“Muy divertido, realmente este sueño es muy divertido” pensó Alicia mientras caminaba”.
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Tomado del libro:
Actividades:
  1. ¿Con quién se encontró Alicia en el bosque? ¿Cómo se encontraron?
  2. ¿Qué buscaba Alicia?
  3.  Escribe un cuento en el que una princesa transforma una rana en un príncipe encantado. Envíalo, acompañada de una ilustración original, al Concurso de Poemas y Cuentos del Grupo Leo 2012:

Grupo Leo,

Apartado 3008

03080 Alicante

También puedes enviarlo por e-mail: grupoleoalicante@gmail.com

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