Los alumnos de sexto de Primaria del Colegio Fundación Antonio Bonny de El Campello han realizado un taller literario en el que han leído y redactado diferentes producciones escritas. De entre todas ellas, han escogido este relato breve que han escrito de forma cooperativa con ilusión para su publicación en nuestra querida Tiza.
EL MISTERIO DEL MEDITERRÁNEO
Como hacían habitualmente entre semana, los alumnos de sexto de Primaria fueron al colegio. Pensaban que era un día cualquiera, pero su sorpresa fue mayúscula cuando su profesora Marianela les dijo que iban a organizar una fiesta para recaudar fondos y así poder irse de viaje de fin de curso.
Todos se entusiasmaron
muchísimo por la gran noticia y decidieron hacer la fiesta en diciembre, una
excelente época para vender detalles navideños.
Toda la clase se puso manos a la obra y se organizaron por grupos. Unos decoraron la clase, otros vendieron productos elaborados por ellos mismos e incluso varios alumnos se dedicaron a tocar la guitarra y a cantar villancicos.
Fue una fiesta magnífica y
vendieron todos los farolillos, adornos navideños, postres caseros y calendarios
que habían elaborado y cocinado.
El éxito fue tan grande que recaudaron el dinero suficiente para irse al viaje que todos deseaban… ¡¡un crucero por el Mediterráneo!!
Llegó el esperado día. Una
tarde de junio, todos fueron al puerto de Alicante con sus maletas, se
despidieron de sus familiares y subieron emocionados a bordo del crucero. ¡Era espectacular!
Jaime, el capitán del barco los esperaba en el salón principal para darles la bienvenida. Les explicó los lugares que visitarían y las actividades que harían en los cuatro días de crucero. Era un hombre alto y serio, pero educado.
Cada uno de los niños de la clase eligió con quién compartiría camarote y, una vez en ellos, deshicieron rápidamente sus maletas y se pusieron los bañadores para ir a la piscina. Se divirtieron en grande bañándose y deslizándose por los toboganes y, cuando llegó la hora, se cambiaron para subir a cenar al comedor. La cena era tipo bufet y se pusieron las botas.
Cuando llegó la hora de acostarse, Leyre y Nahila no podían dormirse pues estaban muy emocionadas. Salieron del camarote y fueron a la cocina a por un vaso de agua. De camino, se encontraron con su amigo Juan Cristóbal que les dijo que las acompañaba. Por el pasillo se escucharon unos sonidos extraños provenientes del piso de abajo. Aunque se asustaron, intrigados, decidieron averiguar de dónde procedían. Bajaron las escaleras y se encontraron con dos pasillos. Decidieron separarse, Juan Cristóbal fue por el pasillo de la derecha y, Leyre y Nahila, por el de la izquierda. Al cabo de unos minutos las amigas escucharon a Juan Cristóbal gritar. Fueron corriendo a buscarlo, pero no lo encontraron. Muy asustadas volvieron a su camarote.
A la mañana siguiente, en
el desayuno faltaba Juan Cristóbal. Nadie sabía donde estaba. Leyre y Nahila
les contaron lo sucedido la noche anterior al resto del grupo y todos se
preocuparon mucho. Ya en la piscina, Nahila se tiró de cabeza y, al tocar el
fondo, notó algo raro. Lo cogió y al salir comprobó que era una llave muy
extraña. Se la enseñó a su amiga Leyre. A las dos les intrigó saber qué abriría
esa llave y pensaron que lo tenían que descubrir.
Al llegar la noche, las dos
amigas volvieron a salir a hurtadillas de su camarote para averiguar dónde
estaba su amigo Juan Cristóbal. ¿Y si estaba encerrado en algún sitio? ¿La
llave encontrada en la piscina tendría algo que ver con ese lugar?
Probaron todas las puertas
que había cerca de la piscina e incluso las del pasillo en el que había
desaparecido Juan Cristóbal, sin ningún acierto.
De pronto, se apagaron las luces y volvieron a escuchar unos quejidos espeluznantes. Salieron corriendo muertas de miedo y casi llegando a su camarote, se dieron cuenta de que los quejidos provenían de la habitación de Juan Cristóbal. Entraron en ella y se encontraron a Miguel Ángel muy asustado.
- ¿Qué te pasa?
¿Dónde está Juan Cristóbal?
Miguel Ángel les contó que
llevaba todo el día sin verle y que no había vuelto a dormir a su camarote.
Estaba muy preocupado y encima había tenido una pesadilla horrible. Había
soñado que un Kraken devoraba el crucero con todos dentro, mientras el capitán se
reía a carcajadas.
- Ha sido tan
real…
Las chicas le calmaron y le contaron lo sucedido la noche anterior. Los
tres buscarían juntos a Juan Cristóbal.
Siguieron probando con la llave hasta que dieron con la puerta adecuada. Era una sala espeluznante, con tarros de cristal llenos de tentáculos, ojos y trozos de animales muy extraños, pero ni rastro de Juan Cristóbal. De repente, apareció el capitán y les pidió que se marcharan inmediatamente de allí. Los tres salieron corriendo y se escondieron en sus camarotes.
Al día siguiente, por mucho
que buscaban a su profesora para contarle lo ocurrido, no la encontraban por
ninguna parte. Todo era muy extraño y cada vez tenían más miedo por lo que le
podía haber ocurrido a su amigo.
Cuando bajaron a sus
camarotes, Leyre fue a dejar sus cosas en la mesita de noche.
- ¡La llave ha desaparecido!
Había llegado el último día
del viaje. Leyre, Nahila y Miguel Ángel enviaron notas a todos sus compañeros
para que se reunieran en el salón de juegos.
- En este barco
están pasando cosas muy extrañas. ¡Y lo peor de todo es que Juan Cristóbal ha
desaparecido!
Todos se miraron extrañados
y antes de que dijesen nada, entró el capitán. Les dijo que como actividad
final en el crucero habían organizado un juego de pistas. Debían encontrar un
misterioso premio.
Con el miedo en el cuerpo
por lo que sus amigas les habían contado, comenzaron el juego. Fueron siguiendo
las pistas propuestas y descubriendo enigmas hasta llegar a un sótano muy
oscuro.
- ¡Socorro!, – gritó Miguel Ángel.
Al oírlo, todos empezaron a gritar asustados. En ese momento, se
encendieron las luces.
La sala era espléndida, llena de luces de colores y guirnaldas. Había
unas mesas al fondo con platos deliciosos y hasta una zona de baile.
El capitán les dijo:
- Todos habéis
descifrado las pistas y, como premio, vamos a celebrarlo con una gran fiesta.
Al fondo de la sala estaba su amigo Juan Cristóbal con su profesora. Marianela
les contó que se había ausentado pues Juan Cristóbal se cayó la primera noche y
se rompió el cúbito y el radio y que habían tenido que llevarlo urgentemente al
hospital, sin darle tiempo a avisarles de lo sucedido.
Juan Cristóbal, al ver a sus amigos, les guiñó un ojo y les dijo:
- ¿Me habéis
echado de menos?
Todos se rieron y fueron corriendo a darle un abrazo.
- No sabes todo
lo que nos ha pasado…
El capitán se acercó hasta donde estaban y les dijo:
- Gracias por encontrar la llave de la sala de investigación.
Llevábamos días buscándola. Me dijo la encargada de la limpieza que la encontró
en vuestro camarote. Como premio, os regalo un descuento para que volváis al
crucero con vuestros familiares.
Y así fue cómo un tranquilo viaje de fin de curso se convirtió en la mayor aventura de sus vidas.
ACTIVIDAD
Escribe un cuento o poema acompañado de un dibujo y envíalo por email a:
No
olvides poner tu nombre y apellidos, curso y colegio. Podrá ser publicado en
nuestro BLOG o en el suplemento La Tiza del periódico Información.
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