Reseña:
Kambo,
un niño de ocho años, vive con los piratas en una preciosa isla del Caribe. Es
feliz. Los piratas le quieren mucho, goza de la playa y el mar y tiene como
amigos a los monos que pueblan la isla. Pero Kambo tiene todavía un gran deseo:
salir un día en barco a alta mar y llegar a ser pirata de verdad.
Libro
recomendado para 3º y 4º de E. Primaria.
La autora:
Mercedes
Carlón Sánchez nació en Oviedo, sin embargo, ya en Alemania tras
su matrimonio con el hispanista Hans Neuschäfer, tomó el apellido de su marido
por lo que se la ha conocido siempre con el nombre de Mercedes Neuschäfer-Carlón.
Ejerció como funcionaria durante un tiempo, pero como las letras le interesaban
más que los números, pidió la excedencia y comenzó a estudiar la carrera de
Filosofía y Letras en las universidades de Oviedo y de Madrid. Ya en Alemania
fue profesora de la Universidad de Giessen, y después dio clases a los niños
españoles, hijos de los emigrantes en Alemania. Al final de sus clases siempre
les leía algunas páginas de sus libros. En 1975 ganó el Premio Amade, el premio
infantil/juvenil mejor dotado en España. Su primera editora fue Rosa Regas con
“Una fotografía mal hecha”, novela de corte policiaco. Otra de sus obras, “La
cabaña abandonada” se tradujo pronto al alemán, y en España apareció como
primer libro de autor español, en la recién fundada colección infantil y
juvenil de Alfaguara. Siguieron más de una veintena de libros publicados en
España y también en otras lenguas y países. La mayoría de ellos para jóvenes y
niños.
”La infancia, de la que guardo un recuerdo muy vivo, me interesa especialmente.
Creo que el gozo de un niño leyendo un libro que le va es superior al de un
adulto. El pequeño lector quiere ir conociendo y comprendiendo el mundo que le
rodea, así como a los otros y a sí mismo. Leyendo, además, desarrolla su
fantasía y disfruta con ella.”
La
ilustradora:
Esther
Gili
nació en Madrid en 1981. Dibuja desde que tiene uso de razón y disfruta
interpretando el mundo a su manera. Estudió ilustración en la Escuela de Arte
nº 10 de Madrid. Desde entonces trabaja como ilustradora para varias
editoriales y colabora en proyectos de cine y de publicidad. Su técnica
favorita es la acuarela y la usa siempre que puede. En sus obras solemos
encontrar mujeres con carácter que nos hablan desde el silencio del papel.
LECTURAS Y
AVENTURAS
Un buen día Sulima comenzó o
contar a Kambo cosas de su mundo. Un mundo que él nunca había conocido, aunque
sí sabía de él por las historias de Ruipansa. Allí había elegantes damas y
caballeros; palacios con grandes parques; lujosas carrozas tiradas por
caballos.
Sus juegos eran ahora imaginar
que vivían en un palacio y que se paseaban en carrozas. Pero, fuera de pasearse
y darse importancia, poco más se podía hacer en aquellos juegos. Y como
comenzaron a resultarles aburridos, pronto los dejaron. Sin embargo, también
habló una vez Sulima de los colegios a los que iban allí los niños. Y eso sí le
interesó a Kambo.
–¿Fuiste tú a uno de esos,
Sulima?– le preguntó.
–Pues, claro.
–¿Y qué se hace en los
colegios?
–Muchas cosas: contar, leer,
escribir, dibujar. También jugar…
Y, tras una pausa, Sulima
siguió:
–Verás, vamos a jugar a los
colegios y te enseño así cómo son… Yo voy a ser la maestra y tú eres el alumno.
Anda, toma este libro y empieza a leer– le dijo, poniéndose muy seria y estirada.
–¿Leer? Yo no sé leer– confesó
Kambo y se sintió a disgusto.
–¿No sabes? Con casi nueve
años… Pues tienes que aprender que ya es tiempo.– Sulima estaba muy contenta de
saber algo mejor que Kambo y ser ella ahora la que enseñaba.
Y comenzaron las lecciones.
Pero a Kambo no le gustaba que aquellos raros dibujos fueran la a, la e, o la
i… Ni que la eme con la a dijese ma, con la e me o mo con la o.
–¿La eme con la a?– le
preguntaba Sulima.
–Mu– respondía el chico.
–¡No, hombre, no!–le corregía
la niña–Dice ma.
“Huy, qué complicado y qué
aburrido es”, pensaba Kambo.
Por eso enseguida interrumpía
la lección para decir:
–Anda, vamos a salir un rato
con la lancha para pescar.
Pero Sulima contestaba:
–No, ahora aprendes un poco
más.
Al poco el chico miraba hacia
arriba y decía:
–Ahí en ese árbol hay unas
papayas estupendas. Voy a subir a por ellas que están ya maduras.
–¡No, no y no! Te esperas unos
minutos. Todavía no es la hora del recreo. Vamos a seguir– ordenaba la
profesora Sulima, seria y severa.
Kambo pensaba que mejor no
hubiera preguntado nunca cómo eran los colegios y trataba de convencer a su
amiga/profesora, diciéndole:
–Mira, si salimos con la
lancha a pescar, vamos a traer peces bien frescos y ricos, ¿no es así?
–Sí, claro– contestaba Sulima.
–Y si me subo a este árbol, ¿puedo
atrapar frutos maduros, verdad?– seguía razonando Kambo.
–Bueno, sí– reconocía Sulima.
–Pero eso que me estás
enseñando de la a, de la e y de la i, y de ma, me, mi es aburrido y pesado. Y
además, ¿para qué vale?
Tardó un poco la niña en contestar,
pero al fin dijo:
–Pues vale para leer luego
libros bonitos y escribir cartas y otras cosas que se te ocurran. El que no
sabe leer ni escribir es un analfa…, o un analba…– pero como Sulima no estaba
segura de cómo era la palabra analfabeto, terminó: –Bueno, un borrico.
A kambo no le gustó lo de
analfa o analba y menos lo de borrico.
–Eso lo serás tú– le contestó
enfadado. Y Mister, que estaba presente, se dio cuenta de que reñían y defendió
a su amo llamando “¡bruja, bruja!” a Sulima.
Entonces esta, furiosa dijo:
–En un colegio los niños
obedecen al profesor y a ninguno se le ocurre insultarlo.
–Esto no es un colegio. Esto
es…Bueno, que yo me voy.
Y se largó, no sin decirle
antes:
–Quédate con tu Mister y su
pico. Y así seguirás siendo un borrico.
Aquel día no se hablaron y
cada uno anduvo por su lado. Como si no se conocieran.
Sin embargo, no se sentían
bien estando enfadados. Y…
Kambo estaba triste.
Sulima lo estaba también.
–¿Qué os pasa?– les preguntó
Ruipansa aquella noche, dándose cuenta de que entre ellos las cosas no iban
bien.
No querían contarlo y
contestaron los dos a una:
–Nada.
Pero luego Sulima se animó a
decir:
–Kambo no quiere aprender a
leer.
–No es verdad, yo sí quiero; pero
es tan difícil y tan aburrido…Y Sulima me ha llamado además algo muy raro. Algo
así como analba o analfa…
–¡Ah!– rio Ruipansa. –Será
analfabeto.
–¡Sí, sí,eso!– confirmó la
niña.
–Veréis, yo os puedo ayudar.
Enseñar a leer no es tan fácil y se necesita paciencia, mucha paciencia. Hubo
un tiempo en que yo enseñé a leer a niños, y a mayores también, pero al dueño
de las tierras donde trabajaban, no le gustaba que aprendiesen. Pensaba que, al
que no sabe leer, se le puede engañar más fácilmente. No era un hombre bueno.
Tomado
de:
La última isla pirata
Autora: MercedesNeuschäfer-Carlón
Ilustraciones
de:
Esther Gili
Editado
por:
Editorial Edebé
ACTIVIDADES
1.-Además de las cosas que se
hacen en tu colegio, ¿qué otras cosas te gustaría que se hicieran en él?
2.-¿Por qué crees que es
importante saber leer? ¿Te imaginas un lugar donde no hubiera libros ni nada
que leer…?
3.-Este libro trata de piratas.
¿Te gustan los libros de piratas? ¿Por qué no buscas en la biblioteca de tu
cole alguno y te lo lees?
4.-Escribe
una historia en la que unos piratas secuestran a unos niños y estos montan una
escuela en su isla y les enseñan a leer. Envíala
acompañado de tu nombre, teléfono, colegio, curso y de un dibujo a:
grupoleoalicante@gmail.com