miércoles, 28 de noviembre de 2018

Los libros del mes de noviembre: "La última isla pirata"


Reseña:
Kambo, un niño de ocho años, vive con los piratas en una preciosa isla del Caribe. Es feliz. Los piratas le quieren mucho, goza de la playa y el mar y tiene como amigos a los monos que pueblan la isla. Pero Kambo tiene todavía un gran deseo: salir un día en barco a alta mar y llegar a ser pirata de verdad.
Libro recomendado para 3º y 4º de E. Primaria.

La autora:
Mercedes Carlón Sánchez nació en Oviedo, sin embargo, ya en Alemania tras su matrimonio con el hispanista Hans Neuschäfer, tomó el apellido de su marido por lo que se la ha conocido siempre con el nombre de Mercedes Neuschäfer-Carlón. Ejerció como funcionaria durante un tiempo, pero como las letras le interesaban más que los números, pidió la excedencia y comenzó a estudiar la carrera de Filosofía y Letras en las universidades de Oviedo y de Madrid. Ya en Alemania fue profesora de la Universidad de Giessen, y después dio clases a los niños españoles, hijos de los emigrantes en Alemania. Al final de sus clases siempre les leía algunas páginas de sus libros. En 1975 ganó el Premio Amade, el premio infantil/juvenil mejor dotado en España. Su primera editora fue Rosa Regas con “Una fotografía mal hecha”, novela de corte policiaco. Otra de sus obras, “La cabaña abandonada” se tradujo pronto al alemán, y en España apareció como primer libro de autor español, en la recién fundada colección infantil y juvenil de Alfaguara. Siguieron más de una veintena de libros publicados en España y también en otras lenguas y países. La mayoría de ellos para jóvenes y niños. ”La infancia, de la que guardo un recuerdo muy vivo, me interesa especialmente. Creo que el gozo de un niño leyendo un libro que le va es superior al de un adulto. El pequeño lector quiere ir conociendo y comprendiendo el mundo que le rodea, así como a los otros y a sí mismo. Leyendo, además, desarrolla su fantasía y disfruta con ella.”

La ilustradora:
Esther Gili nació en Madrid en 1981. Dibuja desde que tiene uso de razón y disfruta interpretando el mundo a su manera. Estudió ilustración en la Escuela de Arte nº 10 de Madrid. Desde entonces trabaja como ilustradora para varias editoriales y colabora en proyectos de cine y de publicidad. Su técnica favorita es la acuarela y la usa siempre que puede. En sus obras solemos encontrar mujeres con carácter que nos hablan desde el silencio del papel.

LECTURAS Y AVENTURAS

Un buen día Sulima comenzó o contar a Kambo cosas de su mundo. Un mundo que él nunca había conocido, aunque sí sabía de él por las historias de Ruipansa. Allí había elegantes damas y caballeros; palacios con grandes parques; lujosas carrozas tiradas por caballos.
Sus juegos eran ahora imaginar que vivían en un palacio y que se paseaban en carrozas. Pero, fuera de pasearse y darse importancia, poco más se podía hacer en aquellos juegos. Y como comenzaron a resultarles aburridos, pronto los dejaron. Sin embargo, también habló una vez Sulima de los colegios a los que iban allí los niños. Y eso sí le interesó a Kambo.
–¿Fuiste tú a uno de esos, Sulima?– le preguntó.
–Pues, claro.
–¿Y qué se hace en los colegios?
–Muchas cosas: contar, leer, escribir, dibujar. También jugar…
Y, tras una pausa, Sulima siguió:
–Verás, vamos a jugar a los colegios y te enseño así cómo son… Yo voy a ser la maestra y tú eres el alumno. Anda, toma este libro y empieza a leer– le dijo, poniéndose muy seria y estirada.
–¿Leer? Yo no sé leer– confesó Kambo y se sintió a disgusto.
–¿No sabes? Con casi nueve años… Pues tienes que aprender que ya es tiempo.– Sulima estaba muy contenta de saber algo mejor que Kambo y ser ella ahora la que enseñaba.
Y comenzaron las lecciones. Pero a Kambo no le gustaba que aquellos raros dibujos fueran la a, la e, o la i… Ni que la eme con la a dijese ma, con la e me o mo con la o.
–¿La eme con la a?– le preguntaba Sulima.
–Mu– respondía el chico.
–¡No, hombre, no!–le corregía la niña–Dice ma.
“Huy, qué complicado y qué aburrido es”, pensaba Kambo.
Por eso enseguida interrumpía la lección para decir:
–Anda, vamos a salir un rato con la lancha para pescar.
Pero Sulima contestaba:
–No, ahora aprendes un poco más.
Al poco el chico miraba hacia arriba y decía:
–Ahí en ese árbol hay unas papayas estupendas. Voy a subir a por ellas que están ya maduras.
–¡No, no y no! Te esperas unos minutos. Todavía no es la hora del recreo. Vamos a seguir– ordenaba la profesora Sulima, seria y severa.
Kambo pensaba que mejor no hubiera preguntado nunca cómo eran los colegios y trataba de convencer a su amiga/profesora, diciéndole:
–Mira, si salimos con la lancha a pescar, vamos a traer peces bien frescos y ricos, ¿no es así?
–Sí, claro– contestaba Sulima.
–Y si me subo a este árbol, ¿puedo atrapar frutos maduros, verdad?– seguía razonando Kambo.
–Bueno, sí– reconocía Sulima.

–Pero eso que me estás enseñando de la a, de la e y de la i, y de ma, me, mi es aburrido y pesado. Y además, ¿para qué vale?
Tardó un poco la niña en contestar, pero al fin dijo:
–Pues vale para leer luego libros bonitos y escribir cartas y otras cosas que se te ocurran. El que no sabe leer ni escribir es un analfa…, o un analba…– pero como Sulima no estaba segura de cómo era la palabra analfabeto, terminó: –Bueno, un borrico.
A kambo no le gustó lo de analfa o analba y menos lo de borrico.
–Eso lo serás tú– le contestó enfadado. Y Mister, que estaba presente, se dio cuenta de que reñían y defendió a su amo llamando “¡bruja, bruja!” a Sulima.
Entonces esta, furiosa dijo:
–En un colegio los niños obedecen al profesor y a ninguno se le ocurre insultarlo.
–Esto no es un colegio. Esto es…Bueno, que yo me voy.
Y se largó, no sin decirle antes:
–Quédate con tu Mister y su pico. Y así seguirás siendo un borrico.
Aquel día no se hablaron y cada uno anduvo por su lado. Como si no se conocieran.
Sin embargo, no se sentían bien estando enfadados. Y…
Kambo estaba triste.
Sulima lo estaba también.
–¿Qué os pasa?– les preguntó Ruipansa aquella noche, dándose cuenta de que entre ellos las cosas no iban bien.
No querían contarlo y contestaron los dos a una:
–Nada.
Pero luego Sulima se animó a decir:
–Kambo no quiere aprender a leer.
–No es verdad, yo sí quiero; pero es tan difícil y tan aburrido…Y Sulima me ha llamado además algo muy raro. Algo así como analba o analfa…
–¡Ah!– rio Ruipansa. –Será analfabeto.
–¡Sí, sí,eso!– confirmó la niña.
–Veréis, yo os puedo ayudar. Enseñar a leer no es tan fácil y se necesita paciencia, mucha paciencia. Hubo un tiempo en que yo enseñé a leer a niños, y a mayores también, pero al dueño de las tierras donde trabajaban, no le gustaba que aprendiesen. Pensaba que, al que no sabe leer, se le puede engañar más fácilmente. No era un hombre bueno.


Ilustraciones de: Esther Gili
Editado por: Editorial Edebé


ACTIVIDADES
1.-Además de las cosas que se hacen en tu colegio, ¿qué otras cosas te gustaría que se hicieran en él?
2.-¿Por qué crees que es importante saber leer? ¿Te imaginas un lugar donde no hubiera libros ni nada que leer…?
3.-Este libro trata de piratas. ¿Te gustan los libros de piratas? ¿Por qué no buscas en la biblioteca de tu cole alguno y te lo lees?
4.-Escribe una historia en la que unos piratas secuestran a unos niños y estos montan una escuela en su isla y les enseñan a leer. Envíala acompañado de tu nombre, teléfono, colegio, curso y de un dibujo a:
grupoleoalicante@gmail.com

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