viernes, 10 de abril de 2020

Los libros del mes de abril: "Triscuspascos"


Reseña:
Triscuspascos es el primer libro que le publican a este joven escritor de la villa de Ibi, pero presumo que no debe ser este el primer libro que escribe, y que algún otro debe estar escondido tras los misteriosos pasos de la letra impresa. Triscuspasos nos cuenta una ingeniosa historia donde la fantasía, el humor y el suspense se entremezclan a lo largo de sus ocho capítulos (siete noches y una mañana).
Sofía, inventa una inquietante historia que cuenta el encuentro que ha tenido con un extraño ser que habita en un agujero del suelo del jardín de su casa, y noche a noche va impresionando a su hermano pequeño con los episodios que supuestamente vive con este extraño personaje. Este es un libro narrado con el arte de la sencillez, con ritmo ágil, con guiños léxicos que encantan a los niños:
–“¿Riscos picus trospes…? –Triscuspascos piscas piscos– Triscuscuscus piscusruscus”–que invitan al juego y a recrear el eco de las palabras y a convertir la lectura en algo muy placentero para los niños.
“¡Tris! ¡Tris! ¡Tris! ¡Tris! Cus! Cus! Cus! Cus! ¡Pas! ¡Pas! ¡Pas! ¡Pas!¡Cos!
¡Cos! ¡Cos! ¡Cos!”
Ambientada en un marco familiar en el que asoman las travesuras, los celos de Sofía , una pizca de miedo, la noche como encubridora y la sospechas de un hermano pequeño que no acaba de fiarse de su hermana mayor, hacen de este libro que la animación esté asegurada y que sea un libro muy recomendable para el Segundo ciclo de Primaria ( 3º y 4º).

El autor:
Octavio Ferrero es ingenioso, claro, sencillo y escribe bonito y con mucho estilo. Embellecen esta obra las ilustraciones de David Pintor que complementan el texto con un relato gráfico que se enriquece con dibujos muy sugerentes y expresivos llenos de movimiento y con un colorido muy adecuado.
Merece citarse en el buen hacer de Octavio Ferrero la editorial que tiene en su querido pueblo de Ibi, la editorial Degomagom con la que difunde la buena literatura y las mejores imágenes. El cómic y el álbum ilustrado son sus herramientas y hasta tiene una maravillosa revista digital, Opticks Magazine.
Destacan en Octavio Ferrero el afán de dinámico emprendedor que sabe crecerse ante las adversidades y que siempre tiene ánimos para seguir adelante. y sabe reunirse de muy buenos ilustradores (Miguel Calatayud, Pablo Auladell, David Pintor, Eva Sánchez…) que embellecen todo lo que tocan sus manos.
El ilustrador:
David Pintor es un prestigioso ilustrador de origen gallego, caricaturista, humorista gráfico que a veces aparece con el seudónimo de Pinto& Chinto. Sus ilustraciones han aparecido en las más destacadas editoriales de nuestro país como Anaya, Everest, Editorial SM, Kalandraka, Alfaguara, Combel, Degomagom…
En varias ocasiones ha sido seleccionado para la muestra de ilustraciones de la Feria de Bolonia y Para La Bienal de Ilustración de Bratislava.

TRISCUSPASCOS

De no haber sido por aquella piña que cayó del árbol justito encima del pie desnudo de la tía Dalia… Con el susto, la tía Dalia dio una patada a la mesa del desayuno. En la mesa había una gran jarra de zumo recién exprimido, papá saltó por los aires intentando atraparla y, al caer su silla hacia atrás, arrastró una baldosa dejando al descubierto un agujero en el suelo. Con el lío del zumo, sólo yo me di cuenta. Así fue como empezó todo.
La jarra cayó, se rompió en mil pedazos y el zumo se perdió por entre las baldosas de la piscina.
–¡Cuidado con los cristales! –Mamá siempre chillando.

–¡Se acabó el descanso! ¡Mucho estaba ya durando! –espetó la tía Dalia levantándose de un salto.
Mamá intentando volver a levantar la mesa, papá y la tía barriendo los cristales… Yo solo podía mirar al agujero negro del suelo. ¡Imagínate! El agujero sería del tamaño de tu cabeza, más o menos, igual exagero, y de repente aparecieron dos enormes globos de color amarillo.
–¡Hala! ¡Deja de contar mentiras!
–¡No son mentiras, te lo cuento como pasó! Pero si quieres, aquí lo dejamos…
–No, no, sigue, ¿qué eran los globos?
–Aparecieron de pronto. Pensé en dos luciérnagas, todos los veranos se ven algunas en el jardín. Luego, tan rápido como habían aparecido, desaparecieron y volvieron aparecer los dos al mismo tiempo.
–¿Cómo puede ser?
–Sí, tonto. Porque eran dos ojos, y pestañearon. Una, dos y tres veces.
–¡Maaaaaaaaááááááááááááá!
–VUELVE A contarme la historia de los globos amarillos, Sofía.
–¿Para qué? ¿Para que vuelvas a llamar a mamá? No, ya no te cuento más.
–Pero, entonces, ¿pasó de verdad?
A ver, yo tampoco me lo podía creer. Me miraban desde la oscuridad del agujero, de eso estaba segura. Así nos quedamos un buen rato, observándonos desde lejos. De no haber sido por aquel pájaro…Yo lo vi. Se posó en la rama, la hizo tambalear y por eso cayó la piña que golpeó el pie de la tía Dalia. El susto, el zumo por los aires, papá lanzándose a por la jarra, el agujero en el suelo y los dos globos amarillos mirándome fijamente.
Fui yo quien dio el primer paso: Muy despacio, me senté un poquito más cerca del agujero. Lo hice con cuidado, no quería asustarle. Los globos amarillos seguían parpadeando de vez en cuando; lo hacían muy deprisa, como si no quisieran perderse detalle. Le tiré dos cerezas que habían caído al suelo, junto a la mesa, la jarra y el resto del desayuno.
–¿Por qué le tiraste dos cerezas?
–Igual que entraron en el agujero salieron de él.
–¿Enteras o solo el hueso?
–Enteras, pesado.
Pensé que se había asustado porque ya no conseguí verle en todo el día. Volví de nuevo al agujero antes de comer, a media tarde y cuando ya comenzaba a anochecer, y ni rastro de los dos globos amarillos.
–Y entonces… ¿Así acaba la historia?
–La historia no ha hecho nada más que empezar.
Por si acaso se escapaba lo que allí se escondía, si es que aún estaba dentro, antes de irme a la cama tapé el agujero con una de las macetas de mamá.
–¿Con cuál de ellas?
–Con la del ciprés.
–¡Imposible! ¿Ves? ¡Es todo mentira! El ciprés es enorme, seguro que no puedes levantarlo.
–Cuando todo esto pasó, el ciprés era apenas tan grande como mi brazo, y tú, tú solo eras un bebé mocoso que no paraba de llorar.
Arrastré la maceta hasta el agujero. Quedó totalmente tapado. Pero, cuando ya estaba entrando en casa, desde lo más profundo del agujero emergió un chillido terrible. Un grito como de bestia, de animal salvaje…
–¡Yiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiieeeeeeeeeeeeeeeeeeeaaaaauuuuuu
uuuuuuuu!
–¡Mamáááaáááááááááááaááááááááááááááááááááááaáaáááááááááááááááááááááááááá!

–YA NO volveré a llamar a mamá, te lo prometo.
–No te creo. Además, te asustas con mucha facilidad, y así no me apetece contarte el resto de la historia.
–¡Por favor, por favor, por favor! Te prometo que no volveré a gritar. Si me asusto, apretaré el cojín con los dientes.
–Más te vale.
SI no hubiera sido por el gato del vecino… Lo vi claramente. El gato…

Tomado de: Triscuspascos
Autor: Octavio Ferrero
Ilustraciones de: David Pintor
Editado por: Grupo Anaya



ACTIVIDADES
1.- ¿Qué crees que hizo el gato del vecino? Trata de imaginártelo.
2.- Vuelve a leer el texto y piensa cómo es el aspecto de Triscuspascos. Haz un dibujo de él.
3.-Escribe una historia sobre un ser muy especial que tiene la apariencia de una pelusa y que vive debajo de tu cama, envíala por correo postal, acompañada de un dibujo, con tu nombre, apellidos, curso y nº de teléfono a:
GRUPO LEO
Apartado correos 4042
03080ALICANTE
Podrá ser publicado en nuestro blog: grupoleoalicante.blogspot.com



1 comentario:

DIEGO dijo...

Un ameno cuento que animacion a LA Lectura del libro y a escribir una nueva aventura.Preciosos dibujos.

Grupo Leo