LA HISTORIA DEL RATONCITO PÉREZ
Lo que os vengo a contar hoy es la historia del ratoncito Pérez.
Había una vez, en el mar, una ostra que
lloraba, pasó por allí un caballito de mar y le preguntó: - ¿Por qué lloras,
que haces aquí tan solita?
- He perdido mi única perla. Entonces el
caballito de mar se fue a buscarla, pero no la encontró; fue a preguntarle a
una sardina que pasaba por allí, -oye sardina ¿tú has visto alguna perla? –no,
contestó la sardina. Entonces la sardina fue a buscar a un cangrejo que se
encontraba en la orilla del mar, - ¿has visto una perla?, -no, contestó. Así
que el caballito de mar se fue a preguntarle a un ratón que se paseaba por la
orilla, pero tampoco había visto nada. El ratoncito decidió ayudarlo y
buscando, buscando, encontró una moneda y decidió llevársela; más tarde
encontró una piedra blanca, pero no brillaba, así que la dejó.
Se hizo muy tarde y entró en una casa,
vio una niña durmiendo y subió a su cama.
¿Y sabes lo que encontró debajo de la
almohada? ¡Un diente! Pensó que se parecía a una perla y decidió llevárselo. A
cambio le dejó la moneda.
El ratón le entregó el diente al
cangrejo; el cangrejo a la sardina; la sardina al caballito de mar y por
último, el caballito de mar a la ostra. Así fue como la ostra recuperó su
perla, aunque no era exactamente una perla.
Desde entonces, el ratoncito Pérez se
lleva los dientes, que dejan los niños y niñas debajo de sus almohadas y les
deja una moneda.
Carla García Pardo
EL DRAGÓN
Y LA BICICLETA
Había una vez un dragón que no sabía
volar, por más que lo intentaba no podía y todos los dragones se reían de él.
Harto de caídas y burlas decidió irse de
casa. Había oído hablar de un hechicero que conseguía lo imposible y fue en su
búsqueda. Cuando lo encontró le contó lo que le pasaba.
- ¿Podrías enseñarme a volar?, -
preguntó el dragón.
El hechicero probó todas sus pócimas,
hechizos y trucos, pero no consiguió nada. Entonces, le dijo que fuese a ver a
un amigo suyo que era inventor, que no perdía nada con intentarlo.
Cuando el dragón llegó donde estaba el
inventor, este le dijo que era un caso nunca visto. Le aconsejó subir en una bicicleta
y pedalear.
Siguió el consejo, se dio cuenta de que
se elevaba del suelo al comenzar a pedalear, poco a poco fue aprendiendo a
volar, se puso muy feliz.
El dragón fue a ver a su familia y amigos, todos se alegraron mucho de que pudiese volar. Nunca más se volvieron a burlar de él. Se hizo famoso por conseguir lo que parecía imposible, aprender a volar montando en bicicleta.
Jose Enrique Juan Catalán
NOS VAMOS AL INSTITUTO
La moraleja de esta historia es que
tenemos que disfrutar del tiempo que nos queda de estar juntos.
Es por la mañana, todos estamos en
clase, son nuestros últimos días en el colegio. Cuando suena la música, todos
mis amigos y yo salimos corriendo con una sonrisa en la cara, pensando que este
verano tiene que ser inolvidable.
- ¡Qué ganas del viaje de fin de curso!
-dice Laura emocionada.
- ¡Sí, lo vamos a pasar de cine! -dice
Marta.
- Chicas, sabéis que después del viaje
de fin de curso nos vamos al instituto.
- ¡Whoa! Es verdad.
- Sí, ya no estaremos todos juntos, nos
separarán en clases distintas.
- Sí, pero nos veremos en el patio y
seguro que algunas tardes quedaremos.
- Ya, pero no es lo mismo. -Dice un poco
decepcionada.
- ¡Bah! Chicas, no estéis tristes por el
curso que viene, disfrutemos el tiempo que pasemos en el viaje y en las
vacaciones.
- Es verdad, tenemos que disfrutar del
tiempo que aún nos queda de estar juntos y no pensar en el mañana.
Adriana Martínez Merino
ACTIVIDAD
Escribe un cuento o poema con dibujo y envíalo por Correo postal
a:
GRUPO LEO
Apartado 4042
03080 ALICANTE
o por email a grupoleoalicante@gmail.com
No olvides poner tu nombre y apellidos, curso, colegio. Podría
ser publicado en nuestro BLOG.