martes, 31 de octubre de 2017

Los libros del mes de octubre: "El columpio de Madame Brochet"

Reseña:
¿Quién no ha querido alguna vez tener una segunda oportunidad? ¿Alguien no deseó en algún momento regresar a la infancia y empezar de nuevo? Madame Brochet tiene 90 años y pasión por la vida. A pesar de su edad es una mujer valiente, dulce, joven de espíritu y no piensa, para nada, en morirse. En el polo opuesto encontramos a Gilbert Roux, un niñato insoportable que carece de sensibilidad y se burla de la anciana. Frente a sus casas existe un pequeño jardín con un columpio, una atracción que servirá como nexo de unión entre ambos personajes y que constituye la puerta mágica a un mundo que la mujer creía olvidado. Esa realidad alternativa constituye una simpática lección de empatía que alberga una profunda enseñanza sobre el respeto y los valores fundamentales de la convivencia. El relato está acompañado de una colección de estampas dibujadas por el mago Urberuaga, entre otras muchas cosas Premio Nacional de Ilustración y uno de los nombres fundamentales en las artes plásticas españolas.
Edad recomendada de 9 a 11 años.

La autora:
Beatriz Osés (Madrid 1972) es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, aunque actualmente ejerce la docencia como profesora de Lengua y Literatura en Extremadura. Participa como ponente en Seminarios y actividades de animación a la lectura y escritura creativa. Ha sido galardonada con los premios Joaquín Sama y Giner de los Ríos a la innovación educativa, el premio Lazarillo de Creación Literaria 2006 por su obra Cuentos como pulgas, el Premio Internacional de Poesía para Niños Ciudad de Orihuela 2008 por El secreto del oso hormiguero y el Premio de Novela Juvenil La Brújula 2010 por El Cuentanubes, obra con la que fue finalista del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2011. En Edebé tiene publicadas también la colección juvenil de misterio de Erik Vogler, la novela infantil Un cocodrilo para Laura (Tucán Verde) y Dónde van las tortugas cuando mueren, que fue finalista del Premio Edebé.

El ilustrador:
Emilio Urberuaga (Madrid 1954) trabaja desde hace años en distintos ámbitos de las artes plásticas como pintura, estampación, grabado e ilustración. Creador de personajes gráficos entre los que destacan Manolito Gafotas, Olivia o Hilda, la oveja gigante. Ha colaborado en prensa y revistas, así como en la realización de carteles, cubiertas de libros, etc. Sus libros han sido traducidos a distintos idiomas: francés, italiano, inglés, japonés, coreano, holandés, finés, lituano, alemán… A lo largo de su dilatada carrera ha obtenido numerosos premios como el Premio Nacional de Ilustración 2011, el Ospite d’Onore, el Premio Crítica “Serra d’Or” y el Premio Hospital de Sant Joan de Déu.

EL CUMPLEAÑOS

Madame Brochet no se quería morir. Lo tenía claro. Tan claro como que ese jueves de noviembre le llovían noventa años.
No se quería morir a pesar de que su caja de pastillas fuera un verdadero arsenal y de que las piernas apenas soportaran su peso de cigüeña desgarbada. No se quería morir porque, entre otras cosas, tenía que salir a comprar, como era tradición, una tarta de cumpleaños de chocolate. De chocolate negro y nata. Una de las maravillosas tartas de la pastelería Chocolat Noir a la que acudía desde que era una niña. Así que se ajustó sus gafas de metal, se hizo un moño frente al espejo y descolgó el abrigo rojo que utilizaba en las ocasiones especiales.
Acto seguido, bajó los tres escalones que la separaban de la calle, apoyándose sobre su muleta igual que si descendiera de las cumbres del Himalaya.
Una vez en la acera, tardó casi media hora en recorrer los cien metros que distaban de la pastelería y de su olor a bollos crujientes. Por la calle, esquivó un gato maléfico, varias cagarrutas de paloma y tres hojas de roble dispuestas a estamparse contra su cara. Al llegar al escaparate de la tienda, dejó escapar una enorme sonrisa de satisfacción. Monsieur Claudet, que la había visto desde el mostrador, no tardó en abrirle la antigua puerta de madera.
- ¡Bonjour! –dijo invitándola a entrar con una leve inclinación.
- ¡Bonjour, Marcel! -respondió complacida.
Al fin, calorcito y aroma de croissants.
- ¡Voilà! –exclamó orgulloso mostrándole su delicada creación de chocolate.
- ¡Muchas felicidades, Marie!
- ¡Merci! –contestó sin ocultar su emoción.
Noventa años.
- ¡Y estás como una niña! –la animó. Además de pastelero, era un mentiroso encantador.
- ¡Ojalá lo fuese! –rio ruborizada.-¡Yo te veo muy bien! –insistió Monsieur Claudet envolviendo con delicadeza la tarta.
“Como las momias egipcias”, pensó Madame Brochet.
- Te pongo un nueve y un cero, Marie –le indicó metiendo dos velas rojas en un paquetito de papel celofán.
“Sí, porque si me tuvieras que dar noventa velas…”
- ¡Y no te olvides de pedir un deseo!
- No lo haré.
¿Cómo olvidarlo? No podía hacerlo porque Madame Brochet llevaba ya tiempo pidiendo el mismo deseo. Un sueño imposible, tal vez. Y lo hacía cada vez que cerraba los ojos y soplaba con fuerza las velas de su tarta.

La tarta de chocolate

A pesar de que Monsieur Claudet se ofreció a acompañarla hasta casa, rechazó la ayuda porque no quería molestar. Al igual que el año anterior, apoyada en su muleta, emprendió el regreso en solitario. El pastelero la contempló a través del escaparate de su tienda mientras se alejaba a cámara lenta.. Entre los dedos de la anciana, la cuerda que sujetaba la tarta de chocolate, se balanceaba de un lado a otro igual que un equilibrista.
Todo parecía tranquilo. Sin embargo, cuando Madame Brochet había logrado alcanzar la mitad de su recorrido, sucedió algo espantoso; se llamaba Gilbert Roux y su risa sonaba a hiena podrida.
- Vaya, vaya, ¿qué lleva esta vez la abuelita al bosque? –le preguntó tras saltar la pequeña tapia de un parque.
Aquel bobo le daba arcadas.
- ¿No dices nada? ¿Qué pasa, tienes miedo o te has tragado la dentadura postiza?
Niñato impresentable.
- ¡Venga dime! ¿Qué traes ahí?
Madame Brochet tragó saliva.
- ¡Suéltalo ya, vejestorio! –le ordenó abalanzándose sobre ella -¡No te resistas!
¡Su tarta de cumpleaños, no, por favor!
- ¿Acaso quieres terminar como la última vez? –le escupió en plan amenazante.
- ¿Con un croissant clavado en el moño? Por supuesto que no. ¿Quién iba a querer?
Madame Brochet sintió un nudo en la garganta. ¿Cómo podía ser tan cretino?

Extraído del libro: El columpio de Madame Brochet
Autora: Beatriz Osés
Ilustrador: Emilio  Urberuaga
ACTIVIDADES:
1.- ¿Cuál sería el deseo que llevaba tiempo pidiendo Madame Brochet?
2.- ¿Qué sentimientos te despiertan la actitud de Gilbert Roux con Marie?
3.- ¿Por qué crees que Gilbert Roux se comportaba así?
4.- Escribe un cuento sobre la fiesta sorpresa que unos niños le preparan a su abuelo o abuela por su cumpleaños.

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