miércoles, 2 de marzo de 2016

Los libros del mes de marzo "Andanzas de don Quijote y Sancho"

El Grupo Leo desea rendir homenaje a don Miguel de Cervantes con motivo de la celebración en 2016 de los 400 años de su fallecimiento.

Por este motivo trae hoy a su blog la adaptación que la escritora Concha López Narváez realiza de El Quijote. Como ella bien dice en la introducción en la que se dirige a los niños: “El Quijote es un libro magnífico; pero también difícil, que solo entienden los mayores y no todos, no vayáis a creer”.


Reseña:
Hace ya cuatrocientos años que el señor don Miguel de Cervantes Saavedra escribió la primera parte de su gran obra: ¡El Quijote!
El Quijote es un libro magnífico; pero también difícil, que solo entienden los mayores y no todos, no vayáis a creer.
Pero veréis, a mí, que escribo para niños, se me ha ocurrido algo que espero que os guste para celebrar esos cuatrocientos años y recordar al señor don Miguel de Cervantes, voy a contaros cosas, cosas de don Quijote y Sancho. Lo mismo que vuestros padres o vuestros abuelos os cuentan cosas de cuando ellos eran pequeños o de otras personas que no habéis conocido.
Contaros cosas de don Quijote y Sancho, sí, eso es lo que yo pienso hacer. Os contaré algunas de sus aventuras, las más sencillas y las más divertidas, aunque también puede que os cuente o diga algo que sea un poquito más triste, porque, como en las vidas de todo el mundo, en las suyas hubo momentos buenos y malos.
Esas cosas que os cuente serán las mismas que contó don Miguel de Cervantes. Unas veces lo haré con sus propias palabras; sin embargo, otras veces tendré que cambiarlas, porque, si no lo hago, no podréis comprenderlas. Hasta puede ocurrir que yo me invente algo. No, no es eso exactamente, no voy a inventar nada; pero sí lo voy a imaginar (…). 
Tenéis que saber que no voy a escribir un resumen de El Quijote, ni tampoco un Quijote para niños; por lo tanto, no creáis que vais a leer El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, que ese es el nombre completo del libro de don Miguel de Cervantes. Eso no puede ser, aún no tenéis edad. Pero os pido un favor, y es que, cuando pasen los años y ya vosotros seáis mujeres y hombres, lo leáis, despacito y con mucha atención, y después penséis en las cosas que hicieron y dijeron el caballero andante don Quijote de la Mancha y Sancho, su escudero.
Concha López Narváez

La autora:

Concha López Narváez nació en Sevilla, donde estudió Filosofía y Letras, licenciándose en Historia de América. Durante toda su niñez vivió en un pueblo blanco, salpicado de huertas, naranjales, olivos y viñedos. Quizá por eso le guste tanto vivir en el campo, entre plantas silvestres y animales libres. Durante algunos años se dedicó a la enseñanza y ahora escribe para niños y jóvenes. En ambas profesiones se ha sentido igualmente contenta. Desde 1987 hasta 1990 fue Presidenta de la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil.
Premios obtenidos
– Lazarillo 1984. "El amigo oculto y los espíritus de la tarde"
- Lista de Honor del IBBY 1986. "La tierra del Sol y la Luna"
- Primer Premio de la CCEI 1986. "La colina de Edeta"
- Primer Premio de la CCEI 1989. "Memorias de una gallina"
 - Primer Premio de la CCEI 1998. "Las horas largas"
- Premio de los Libreros de Alcalá de Henares (Cervantes chico) 1997

El ilustrador:

Juan Ramón Alonso nace en Madrid el 6 de enero de 1951.
Es profesor de Dibujo por la Facultad de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde cursó la especialidad de Pintura.
Publica sus primeros dibujos en las revistas Triunfo, Cuadernos para el diálogo y Cuadernos Hispanoamericanos.
En 1980, con la aparición de la colección Austral Juvenil (Espasa Calpe), publica su primer libro como ilustrador con Tom Sawyer detective de Mark Twain.
A partir de entonces colabora en las colecciones infantiles y juveniles de la mayoría de las editoriales nacionales y de varias extranjeras.

Capítulo I: Don Alonso Quijano

Hace muchos, muchos años, hubo un hombre que pasaba todo su tiempo leyendo.
Leía por la mañana, por la tarde y por la noche.
Se llamaba don Alonso Quijano y no hacía otra cosa que leer. Tanto, tanto, que casi no comía ni bebía.
Don Alonso vivía con una joven sobrina que era su única familia y con una señora que se encargaba de cuidar de la casa: era su ama de llaves.
La sobrina y el ama de llaves estaban muy preocupadas, y hacían lo posible para que don Alonso se alimentara.
- Oídme, señor tío, leer es necesario y bueno; pero también lo es comer. Por lo tanto, dejad ese libro un rato y venid conmigo, que la comida se enfría –decía la sobrina.
Don Alonso la oía como quien oye llover.
-¡Ay, por Dios, cómo os estáis quedando…! –insistía la sobrina-. Vuestros brazos y piernas parecen cuatro palos, y tenéis la piel tan amarilla y arrugada como la de un limón.
Pues sucedió que don Alonso acabó creyendo que lo que leía en los libros, en vez de ser cosas de fantasía, eran verdades de las más verdaderas. Pensando en eso, se puso a hablar consigo mismo, y esto, más o menos, fue lo que se dijo:
“Como en el mundo todavía quedan muchas gentes malvadas que abusan de los más desgraciados y débiles, los caballeros andantes siguen siendo necesarios y, por tanto, yo he de ser uno de ellos”.
-¡Seré caballero andante! –gritó emocionado, y, levantándose de un salto del sillón, extendió su brazo derecho y lo agitó en el aire con rápidos movimientos, como si en la mano tuviera una afilada espada.
Luego siguió gritando, cada vez más alto, sin dejar de agitar la espada imaginaria:
-¡Temed, temed, enormes gigantes, fieros dragones, terribles magos, gentes malvadas…! ¡Temblad, porque os tengo que vencer, a todos juntos o a uno por uno, porque con todos se atreve la espada que aquí veis… ¡Huid, cobardes…! ¡Pero, por muy lejos que lleguéis, por mucho que os escondáis, acabaré encontrándoos! ¡Y vosotras, princesas encantadas, damas cautivas, tristes huérfanos y viudas, esperad, que voy en vuestra ayuda” ¡No lloréis más porque, desde este momento, tenéis quien os defienda! ¡No gimáis, pobres, que salgo a socorreros!
Tanto gritaba don Alonso que los huesos de su alta y flaca figura chocaban los unos con los otros.
-¡Ya vooooooy…! –vociferó corriendo hacia la puerta como si, en ese momento, una princesa encantada o una dama cautiva estuvieran pidiendo su socorro. (…)

Capítulo IV: En busca de aventuras

A don Quijote se le figuró que Sancho Panza podía ser buen escudero, de modo que se fue a hablar con él, y, más o menos, esto fue lo que le dijo:
-Escucha, Sancho amigo, has de saber que me he hecho caballero andante, y dentro de pocos días marcharé en busca de aventuras. También he de decirte que necesito un escudero, al que, cuando yo gane un reino, que lo ganaré, porque muchos caballeros andantes lo ganaron, como, por ejemplo, lo ganó el Cid Campeador, lo haré gobernador de algún territorio o de una isla… Y había pensado, Sacho, que tú bien podías ser ese escudero.
Sancho Panza, que nunca había oído hablar de caballeros andantes, se echó las manos a la cabeza y miró a don Quijote con la boca abierta y los ojos redondos como platos.
Pero el caballero comenzó a darle tantas razones, y a hablarle con tan hermosas palabras de eso de ser gobernador de una isla, que Sancho, aunque buen hombre era algo simple, acabó dando vueltas a todo eso en su cabeza:
 “El caso es que, si yo gobernara una isla, dejaría de levantarme a las cinco de la mañana, y no tendría que trabajar de sol a sol; comería perdices en vez de sopas de ajo; vestiría de pieles o de seda, según hiciera frío o calor… Mi mujer, Teresa Panza, sería gobernadora, a mi hija Sanchica la casaría con un conde y a mi hijo lo haría arzobispo”.
Mientras hacía estas reflexiones, don Quijote seguía insistiendo, de modo que Sancho acabó diciéndole que sí, que sería su escudero.
El caballero andante se puso más contento que unas pascuas; pero enseguida le advirtió que guardara el secreto:
-Sé prudente, Sancho, y de esto que hemos decidido, ni una palabra a nadie, porque si tu familia o la mía llegaran a enterarse de que pensamos marchar, nos harían la vida imposible.
-¡Seguro! –exclamó Sancho.
En secreto marcharon don Quijote y su escudero cierta noche de julio…

Ilustrador: Juan Ramón Alonso
Editorial: Bruño
 


ACTIVIDADES:
1. Si pudieras hablar con don Quijote, ¿qué le dirías acerca de la lectura? ¿te gusta leer? ¿qué tipo de libros prefieres?

2. A lo largo de la novela, don Quijote y Sancho se comportan como verdaderos amigos. ¿Crees que es importante tener amigos? ¿Por qué?

3. Imagínate que don Quijote te invita a que lo acompañes en una aventura junto a su fiel escudero Sancho Panza. La acción debe transcurrir en el siglo XXI. Escríbela en forma de cuento y envíalo por correo postal acompañado de un dibujo, tu nombre, apellidos, curso, colegio y nº de teléfono particular y e-mail de tus padres a:

Concurso literario Grupo Leo
Apartado 3008
03080 Alicante

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