Reseña:
Ya casi a
final del curso pasado, allá por el mes de abril Carles Cano nos sorprendía muy
gratamente con la publicación de su libro “Querida Blanca” y una vez más con su
ingenio y fino humor nos pone en un primer plano el cuento de Blancanieves y
los siete enanitos. El libro trata de lo que pasa después de que Blacanieves se
va con el príncipe y, cómo se verá en su lectura, siempre es mucho tiempo y
todo no es de color de rosa.
Querida
Blanca es una novela en forma epistolar y a través de la correspondencia que
mantienen el enanito Sabio y Blacanieves sabremos como es el discurrir de la
vida de los personajes de esta historia.
Carles
Cano, muy aficionado a las versiones gamberras de los clásicos consigue que los
jóvenes lectores disfruten de lo lindo con su lectura. Es una hermosa e
inteligente manera de explotar los cuentos tradicionales y revestirlos con un
toque mágico de realidad. Para Carles Cano los clásicos no necesitan ser
reinterpretados o reinventados, sencillamente él se aprovecha de ellos, los
exprime y les saca hasta la última gota de jugo, porque en ellos está todo lo
que concierne a la condición humana. Y siempre recomienda que se intente que
las nuevas generaciones conozcan los textos originales.
Este
libro está ilustrado por el artista Chema García que ha sabido captar
perfectamente el tono de humor de toda la historia y en la que ha plasmado una
serie de gracietas y detalles curiosos que hacen todavía más atractiva la
lectura de esta obra.
Aunque
recomendar una edad de lectura siempre es algo muy relativo este hermoso libro
es muy recomendable para niños de 4º y
5º de Educación Primaria, aunque no excluimos otras edades.
El
autor:
Carles Cano (Valencia, 1957) es un
autor de literatura infantil, licenciado en Filología Catalana. Durante más de
20 años trabajó como profesor de lengua y literatura y en múltiples oficios,
además de ser un conocido cuentacuentos.
Autor de Literatura
Infantil y Juvenil, con más de 50 libros publicados en diversas lenguas.
Como narrador oral ha
participado en diversos festivales internacionales como el Maratón de
Guadalajara, el festival internacional de los Silos (Tenerife), Un Madrid de
Cuentos, ‘En Veu alta’ (Vilafranca del Penedés), o en los festivales de
narradores en lengua Catalana de Pont de Suert (Lérida) o Torredembarra
(Tarragona) entre otros. También ha contado por todo el territorio español y ha
actuado en diversas ocasiones en Marruecos, Guinea Ecuatorial, Francia y el
Reino Unido.
Ha recibido diversos
premios, entre ellos el Premio Lazarillo en 1994 por ‘Te pillé Caperucita’ (ed.
Bruño), el Premi Samaruc de los bibliotecarios valencianos en 1996, y el premio
Hospital Sant Joan de Déu de 2008 por ‘Per un botó’. Ha sido seleccionado en la
lista de honor de la C.C.I en los años 1995 y 1998 y su obra ¿En qué se
diferencian el blanco y el negro? (Aura Comunicació) y ‘Te pillé Caperucita’
(Bruño) fueron seleccionadas para los ‘Withe Raven’ por la Jugend Bibliothek de
Munich en 1996.
Se dedica a la poesía
visual y objetual desde el 2000, en que montó una exposición de poesía visual
con sus alumnos de literatura titulada ‘POEMES BROEMES I ALTRES ARTIFICIS’.
El
ilustrador:
“En 1995
dejé la Escuela de Artes y Oficios de Granada para instalarme
en Madrid. Comencé y aprendí mucho en
el oficio de la publicidad, realizando tareas de diseñador, creativo y
dibujante de storyboards.
Como
ilustrador he realizado varios libros para la editorial S.M,
didácticos y de literatura juvenil dentro de la colección El Barco de Vapor y para otras
editoriales, de humor y misterio. En publicaciones, entre otras, dibujé durante
los tres primeros años de la publicación musical Rolling
Stone, en su versión española.
Soy
guionista y dibujante de historietas, en
2000 me nominaron autor revelación en el Salón del Cómic de Barcelona,
qué cosas!!! He colaborado con multitud de publicaciones
y editoriales
También he
realizado otros trabajos "de campo”, como colaborar en cursos, pintar al
aire libre para los turistas en las zonas más pintorescas de Granada, dar la
brasa en charlas, montar exposiciones, crear empresas y trabajar en el cine de la mano de Óscar Aibar.”
Desde
el corazón del bosque
Querida
Blanca:
Esperamos
que te encuentres bien. Nosotros por nuestra parte, para qué mentirte, estamos
fatal. Desde que te fuiste, esto es un desastre: ropa sucia por todas partes,
montañas de platos que se amontonan en el fregadero, camas por hacer, polvo que
se acumula en las estanterías...Y todos, absolutamente todos, nos hemos
apuntado a la moda “la arruga es bella” porque la plancha aquí no la mueven ni
los duendes. Nos ha entrado una alergia planchil, que solo con verla nos salen
sarpullidos. Y eso por no hablar de la comida: gracias a que todavía no se ha
inventado la comida preparada, que si no, estaríamos comiendo pizza cada noche
y las conservas se nos saldrían por las orejas. Esto no puede seguir así.
Gruñón
no para de gruñir. Feliz ya no se ríe tanto, ni todo se lo toma tan a la ligera
como siempre (¡incluso lo he llegado a ver enfadado!). Mocoso, aparte de haber
acabado con todas las existencias de pañuelos, ahora va dejando sus “regalitos”
por debajo de las mesas, de las sillas y en cualquier lugar donde se le ocurre.
Dormilón
ronca; sí, ya sé que antes también roncaba, pero ahora es una máquina de
ronquidos y con ese ruido, que parece el de un jabalí enfurecido, no hay quien
duerma.
Tímido
se ha vuelto un descarado y contesta por todo. ¿Te acuerdas de que antes se
ponía rojo por cualquier cosa? Pues ahora es él el que nos pone rojos a los
demás, pero de ira; a la mínima que le dices, te suelta una fresca.
Mudito
sigue mudo, eso sí, pero ha aprendido, no sé de dónde, una serie de gestos que
casi sería mejor que hablara. Y yo Sabio, que se supone que era un tío listo y que
controlaba el asunto, no tengo ni idea de qué hacer ni cómo gobernar esta
situación.
En
el trabajo, las cosas no van mucho mejor; el capataz de la mina ya nos ha
advertido de que si esto continúa así no sabe qué hará, que es su fina manera
de decirnos que de una patada iremos los siete a la calle. Nos ve distraídos,
dice. ¿Distraídos? ¡Ja! Lo que estamos es en las nubes. El otro día, Feliz se
puso a picar un tronco de los que apuntalan la galería y por poco se nos cae el
túnel encima a todos. ¡Y eso que tenía una veta de oro bien gorda delante de
sus ojos! No la veía. Antes volvíamos contentos después del trabajo cantando
nuestra canción:
¡Aibó,
aibó, a casa a descansar! Tralará-lará, tralará-lará, aibó, aibó, aibó, aibó...
Que ya sé que era una cancioncilla tonta, y desde el punto de vista musical
tampoco era gran cosa, pero nos daba marcha y andábamos marcando el paso
alegremente. Ahora volvemos en silencio, arrastrando los pies con desgana y
llegamos hechos polvo a casa, donde nadie ni nada nos espera.
El
desánimo cunde entre los muchachos, Blanca, y nos pasamos la vida repitiendo: ”Si
estuviera aquí Blanca, no habría pasado esto; seguro que no te atreverías a
decir eso con Blanca delante; ¡Se lo voy a contar a Blanca en cuanto la vea!“.
Sin pensar que tú ya no estás entre nosotros. Seguro que te lo estás pasando de
miedo con tu apuesto príncipe, con tu amorcito rubio de ojos azules, de baile
en baile, y de fiesta en fiesta, pero aquí haces mucha falta. Tú revolucionaste
nuestro mundo, que antes de que llegaras era un poco aburrido, eso sí, pero
limpio y ordenadito, y si no te lo crees, léete el cuento que escribieron los
hermanos alemanes esos. Y nos acostumbraste mal, pues de tener que hacer todas
las tareas y dejarlo todo preparado antes de salir a la mina, pasamos a
levantarnos y tener las tostaditas a punto, el café calentito y la mantequilla
y la mermelada de arándanos recién hechas. De una cosa a otra hay un mundo, y
ahora no nos adaptamos. La tristeza se ha apoderado de esta casa y ya tenemos
cita con el doctor Segismundo, un médico de la cabeza muy bueno que nos ha
recomendado Brunilda, una bruja con doble personalidad a la que de vez en
cuando le entran ataques de bondad.
Además,
antes nuestra vida tenía emociones fuertes, lo mismo llegábamos un día a casa y
te encontrábamos con el corpiño tan apretado que parecía que te habías ahogado,
o con un peine emponzoñado clavado en la cabeza, o con un trozo de manzana
envenenada en la garganta. Todo regalitos de tu madrastra, la del espejito.
Volvíamos a casa con el corazón en un puño, y cuando no te había pasado nada,
nuestro alivio era tremendo; y si te había pasado algo y conseguíamos
recuperarte, volverte a la vida, la alegría todavía era mayor. Era como si
hubiéramos ganado el concurso de tiro con arco del bosque. Nunca hemos sido tan
felices como cuando estabas entre nosotros. Hemos ido descubriendo (lo hemos
ido confesando, mejor dicho) que todos estábamos enamorados secretamente de ti.
Era un amor ideal, platónico, porque tú estabas allá arriba y nosotros aquí
abajo, nunca mejor dicho, pero al menos te veíamos cada día; así que te puedes
imaginar las pestes que echamos del príncipe que se llevó a nuestra diosa, que
eras tú.
¿Y
ahora qué? Una vida de aburrimiento, sin esperanza ni horizontes. Somos
conscientes de que el paraíso se ha ido y no volverá, pero no podemos seguir en
este infierno. Nos haría mucho bien si pudieras venir a visitarnos y
aconsejarnos algo. Yo he perdido toda autoridad, he extraviado el rumbo y no sé
cómo enderezar esta nave.
Tuyos afectísimos:
Sabio y los otros seis enanos
Tomado
de: Querida Blanca
Autor:
Carles Cano
Ilustraciones
de: Chema García
Editorial: Anaya
ACTIVIDADES:
1.- ¿Quiénes
son los hermanos alemanes esos a que se refiere Sabio en su carta?
2.- Con la
colaboración de tu equipo de trabajo, repartiros los papeles y dramatizad este
texto, ¡Puede ser muy divertido!
3.- Trata de
imaginártela y haz un dibujo de la bruja Brunilda.
4.- Imagínate
que eres Blancanieves , escribe una carta respondiendo a la de Sabio y mándala
acompañada de un dibujo a Concurso Literario del Grupo Leo, Apartado de Correos
3.008, 03080 Alicante