Reseña:
Delicioso
libro de cuentos para mayores de 12 años, aunque no pasa nada, si se lee antes
de esta edad orientativa. Es una mera referencia; las edades en los libros es
algo relativo.
Este
muy hermoso libro reúne información y ficción.
La
esfinge de Guiza, un moáí de la isla de Pascua, una gárgola de la catedral de
Santa María del Mar, las cariatídes de Atenas, un dragón de la Ciudad prohibida
de Pekín…Así hasta siete historias maravillosas llenas de encanto y emoción, y
en la que traemos esta semana a La Tiza, de amor.
Todo
en este libro nos llena de encantamiento.
Cada
uno de los cuentos que configuran el libro se alza de una manera sublime sobre
una de las culturas más representativas de nuestro mundo. Y en cada cuento se combinan los distintos géneros narrativos:
novela negra, leyenda, tragedia, novela amorosa…. Al final de cada historia hay
una detallada información sobre la estatua que inspira el cuento y la cultura a
la que pertenece.
Este
es un libro maravilloso, que te sobrecoge, que te sumerge entre sus líneas y
que te cuesta salir a la superficie cuando finaliza el relato, para arrojarte con emoción dentro de la próxima
historia.
Todo
un acierto de libro por su originalidad en mezclar el arte con la fantasía, la
imaginación con el conocimiento, las sugerentes formas de las ilustraciones de
Impala con la magia de las palabras de Montse Ganges.
Hay
mucha chispa en el trabajo conjunto de estas dos grandes
mujeres y nadie como ellas amasan con la
maestría de un artesano la ciencia, el arte, la historia y la literatura.
Una
vez más Ekaré acierta en su propuesta valiente e innovadora y nos ofrece un libro muy recomendable por su
encanto y hermosura, uno de esos libros, que sin duda alguna, hace lectores.
La autora y la ilustradora:
Montse Ganges,
Malgrat de Mar 1964, escritora.
Imapla,
Barcelona 1964, ilustradora y diseñadora.
Cuando trabajamos
juntas somos La Plaga. Escogemos del arte, la historia, la ciencia, la
literatura..., contenidos que nos conmueven, que creemos que son
imprescindibles, que nos hacen mejores y buscamos el mejor formato para
comunicarlos.
Trabajamos en
el barrio más antiguo de Barcelona. Tenemos una ventana con vistas a las
azoteas más sorprendentes de la ciudad. Un día, nos dimos cuenta de que están
habitadas por unos seres extraordinarios.
OBRA CONJUNTA:
Un dedo al
año; Editorial Thule
Viajeros
Intrépidos; Editorial Bambú
Historias
Increíbles 1 y 2; Editorial Combel
Mi elefante de
los mocos; Editorial Combel
Mi oveja de
los sueños; Editorial Combel
Tú. ¿Qué
quieres ser?; Editorial Libros del Zorro Rojo
Pablo y
Lobito; Editorial Colegio de México
Los pájaros aprenden
idiomas; Ediciones SM
Mamá; Serres
Editorial
El rey del
mar; Editorial Fondo de Cultura Económica
Buenas noches,
mamá; Editorial Océano Travesía
Buenas noches,
papá; Editorial Océano Travesía
EL SABOR DE SUS
CABELLOS
Aquí estamos mis hermanas y yo, custodiando
Santa María del Mar. Me pregunto si, desde abajo, parecemos todas iguales: tan
tiesas y con la boca abierta, como queriendo devorar el vacío o, más imposible
aún, echar a volar. Si es así, quisiera aclarar que no somos para
nada iguales:
Yo soy la única que se dio la vuelta para intentar ver el mar.
Todo
ocurrió en el año de Nuestro Señor de 1400, en este barrio de la Ribera, el más
marinero de la muy mediterránea ciudad de Barcelona. Empezaba el otoño y un
nuevo día cuando Félix salió apresurado de la casa del escribano Bonfante. Una vez
más, las horas se habían volado y las velas consumido sin que él se diese
cuenta, y ahora le tocaba correr: había dos enormes galeras ancladas frente a
la ciudad y su padre, como todos los barqueros, ya estaría en la playa.
Los
barqueros de la Ribera, con sus botes ligeros y rápidos, iban y volvían de la
playa a las galeras, las veces que hiciese falta para cargarlas y descargarlas.
A pesar de tener solo quince años, el aspecto de Félix, piel bronceada y brazos
fuertes, delataba que hacía tiempo que remaba con su padre. Y era feliz
haciéndolo: si no hubiese conocido al viejo Bonfante, éste habría sido el
oficio de su vida.
Pero
el escribano llegó de algún lugar de Italia y se instaló en el barrio para
ofrecer sus servicios a la gente de mar: copiaba cartas, testamentos, los
relatos de sus aventuras, dibujaba mapas…
El
resultado era tan extraordinario que pronto hasta la nobleza demandó sus
servicios. Pero quizás fue Félix quien cayó más rotundamente fascinado ante las
letras, los pigmentos y los pliegos de papel; deseó con toda su alma aprender a
leer, a escribir, a ilustrar…, y no paró hasta conseguir ser el aprendiz del escribano.
Su padre le dio permiso siempre y cuando no descuidase la barca, pero, aunque
Félix se esforzaba en cumplir la condición, cuanto más aprendía de Bonfante más
rápido pasaba el tiempo en el taller. Por eso, cuando aquella madrugada de
otoño lo vi salir de la casa del escribano, pensé: “corre Félix”, porque sabía
que su padre ya había echado los remos al agua.
A
ella, en cambio, no la vi venir: ¡quién iba a pensar que la heredera de los
Pinós huiría de aquella manera! Pero el hecho es que Marina de Pinós salió de
su palacio tan rápido como el sigilo lo permite. Si quería evitar esa boda
obligada, tenía que llegar hasta la puerta trasera de Santa María del Mar,
donde la esperaba un enviado de su tía Ágata, la abadesa del monasterio de las
clarisas. Pero, al pasar bajo mi sombra, vio aparecer a su prometido a los
lejos y creyó morir; ¿dónde podía esconderse? Solo había un lugar.
Félix
caminaba arrimado al muro de Santa María con la cabeza aún llena de letras. De
repente, alguien se lanzó a sus brazos y escondió la cara en su cuello. Él solo
dudó un segundo; sin saber cómo, supo lo que ella quería: cerró sus brazos y
hundió su rostro en el pelo de la muchacha. El abrazo les convirtió en una sola
cosa: imposible distinguir a los que eran un instante antes:
Víctor
Terrados pasó sin percatarse de que su prometida formaba parte de aquel hermoso
bulto. Jamás habría creído que aquella jovencita modosa, de solo quince años,
fuese capaz de lanzarse a los brazos de un desconocido. Así pues, pasó de largo
y entró en el palacio de los Pinós como si ya fuese suyo.
Félix
y Marina siguieron abrazados. Cuando por fin se separaron, se miraron
sorprendidos. Hasta que Marina sonrió y acercó una mano a la cara de Félix. El
muchacho tembló esperando la caricia, pero lo que ella hizo fue tirar de un
mechón de su melena que había quedado retenido en la boca de su salvador.
Marina tiró con suavidad y el mechón se deslizó poco a poco entre los labios de
Félix, hasta quedar liberado. En aquel momento se oyó un silbido y ella salió corriendo,
dejándolo a él tan petrificado como yo.
Tras
la iglesia, Marina agarró las riendas que le tendía el enviado de su tía, montó
de un salto y salió al galope: la melena al viento con un mechón ardiendo.
Cuando por fin consiguió moverse, Félix estaba solo. No sabía si aquello había
pasado de verdad o había sido un sueño. Pero sus dudas se desvanecieron en
seguida: en su boca conservaba el sabor de sus cabellos.
Yo soy una gárgola de
Santa María del Mar
Las
gárgolas son un elemento característico
de la arquitectura medieval, de los esbeltos templos construidos en estilo
gótico. Podríamos decir que son sus protectoras y guardianas.
En
su función práctica, las gárgolas protegen
los muros del templo de los ataques del agua: actúan como canales de
desagüe, recogen el agua de la lluvia que se desliza por los tejados y la hacen
caer directamente desde las alturas a la calle, sin que resbale por los muros y
los dañe.
En
su función mágica, las gárgolas protegen el templo de los espíritus malignos.
Todas
las gárgolas, pues, son alargadas para separarse del muro, y tienen las bocas
abiertas para expulsar el agua cuando llueve, lo cual les da un aspecto de
grito feroz, desesperado o estupefacto.
Nuestra
gárgola está en la basílica mayor de Santa María del Mar, en Barcelona,
Cataluña, España. Este templo gótico fue construido entre los años 1324 y 1383 del siglo XIV. Es una iglesia
nacida de la voluntad y el esfuerzo de la gente del barrio que la rodea.
Tomado de: Lo que cuentan las
estatuas del mundo
“El sabor de
sus cabellos”
ACTIVIDADES:
- ¿Quién crees
tú que cuenta la historia? Puedes consultar el blog del grupo LEO
(grupoleoalicante.blogspot.com)
- ¿Qué es lo
que cambió la vida de Félix y que le interesó mucho más que su oficio de
barquero?
- Busca
información en internet y elabora un pequeño informe sobre Santa María del Mar.
Adjunta alguna ilustración.
- Escribe
una historia de amor sobre alguien que obligan a casarse a la fuerza y envíala
acompañada de un dibujo y vuestro nombre, apellidos, curso, colegio y número de teléfono particular a:
Concurso literario Grupo Leo
Apartado de correos 3008
(03080 ALICANTE)