Reseña:
Una noche muy oscura, bajan tres brujos a la ciudad
de Mesoneta, momento en el que desaparece un tesoro muy especial, Chloé,
Coletas y Pequitas, de ser niños sonrientes y sociables, pasarán a ser niños
replegados en sí mismos y llenos de tristeza.
Por suerte, unos gatos se unen a unos búhos muy
sensibles, y juntos harán lo imposible por desvelar el misterio para ayudar a
estos tres niños a recuperar lo perdido. ¿Podrán lograrlo?
Esta historia, pone en evidencia como muchas de
nuestras penas o problemáticas surgen de actos involuntarios, sin
intencionalidad de maldad alguna, pero su solución no es fácil, y para su
curación se necesitan ayudas que estén llenas de generosidad, solidaridad,
creatividad y sabiduría. La recuperación de la felicidad es esencial en
nuestras vidas ya que nos procura bienestar, nos hace sentir vivos,
equilibrados y nos procura una sensación expansiva que nos invita a compartirla
con los demás.
Edad
recomendada: a partir de 7 años
La autora:
Clara
Granara nació en Buenos Aires en 1965.
Logopeda y Psicomotricista argentina. Reside en Francia, en donde enseña su
cultura y su lengua a niños, adolescentes y adultos, después de haber realizado
estudios de Literatura, Lengua y Civilización Hispánica en la Universidad de
Paris X.
La
ilustradora:
Clara
Harrington nos cuenta de ella misma:Nací en la Ciudad
de Buenos Aires, Argentina. Desde pequeña estuve rodeada por el arte. Tanto mi
madre como mis tías siempre tenían un espacio lleno de pinceles, lápices,
papeles y todo tipo de herramientas. Crecí en contacto con la naturaleza, y sin
darme cuenta, cultivé mi inspiración en esta.
Como carrera
terciaria, elegí la Fonoaudiología, la cual ejercí durante trece años. Mi
elección fue pensando en el trabajo con los niños. Al pasar el tiempo me fui
alejando de mi profesión para darle más espacio al arte. Actualmente estoy en
un taller trabajando el papel, el color, el collage y la escultura.
UN ROBO DESPIADADO
En nuestra querida ciudad, sucedió lo impensable.
En Mesoneta, una ciudad muy bonita, con casas y
edificios preciosos, plazas llenas de niños, panaderías que olían a pan recién
horneado y calles repletas de gente que iba y venía en bicicleta. Una ciudad en
donde circulaba una energía tan positiva que hasta los topos se veían obligados
a salir de sus túneles subterráneos; y el cementerio, en lugar de albergar
muertos, parecía alojar bajo sus lápidas tambores africanos, tambores
brasileños que empujaban con sus ritmos hasta los pies más perezosos.
Una noche, una noche como cualquier otra, en la que
según el servicio meteorológico la Luna debería estar llena, redonda y
brillante, nuestra querida ciudad sufrió el más oscuro de los apagones
celestiales. La Luna no estaba por ninguna parte, y el cielo se cubrió de negro
carbón. Los niños, los primeros en darse cuenta de su ausencia, fueron
asustados y desesperados a buscarla en sus libros de cuentos. ¿Cómo iban a
hacer para dormirse, sin su poquito de luz de luna que iluminara sus sueños?
Esa noche del 3 de julio del año 2013, en medio de
una oscuridad impenetrable, bajaron tres brujos tan negros como la noche, y
robaron un tesoro en tres ciudades diferentes. Uno de ellos, en nuestra
Mesoneta.
Solo los gatos y los búhos pudieron verlos bajar y
volver a subir, gracias a su vista privilegiada que les permitía hacer la
diferencia entre negro-noche y negrísimo-brujos, pero no pudieron ver aquello
que habían robado. En todo caso debía tratarse de algo pequeño, pero quizás muy
valioso.
A la mañana siguiente, todos se despertaron como
siempre. Los bebés, los primeros, listos para mamar. Los niños apenas tuvieron
tiempo de decir buenos días, cogieron sus mochilas y se prepararon para ir a la
escuela. Los padres, con dos bolsas de patatas debajo de los ojos, tuvieron que
lavarse la cara varias veces antes de ir a trabajar. Los viejitos, despiertos
desde temprano, nadaban en la cama moviendo a cámara lenta una pierna primero,
y después otra. Tras una hora de precalentamiento lograron incorporarse con lo
poco que les quedaba en sus articulaciones para ir al médico, no sin antes
ponerse una mantilla que les cubriera los hombros.
Nadie en todo Mesoneta notó nada raro, nadie excepto
la mamá de Chloé. Una mujer delgada, elegante y bonita se sorprendió mucho al
ver a su hija, que siempre se levantaba cantando y de buen humor, protestando
como una viejita rezongona.
-
¡Qué feo está el
día…! ¡Uff! ¡No encuentro mi camiseta roja por ninguna parte…! ¡Qué caliente
está la leche! – dijo Chloé.
Su madre se preguntaba qué bicho le habría picado, y
se decía a sí misma que estaba rara.
Chloé se destacaba por sus piernas largas y finas, y
sus preciosos ojos verdes, capaces algunas veces de reflejar la paz del campo,
y en otras, de ser chispitas fugaces. Ese día en la escuela, se cambió de
asiento y se sentó delante, pegada a la maestra.
Hasta a sus compañeros les pareció extraño, pero se
sorprendieron aún más cuando Chloé en el recreo se apartó para leer un libro.
Nunca la habían visto hacer eso, y fue una nueva sorpresa cuando la invitaron a
jugar a la rayuela y ella respondió:
-
¡Qué aburrido!
Prefiero quedarme aquí, tranquila.
A la hora del almuerzo, se sentó en la mesa con uno
de los profesores y habló con mucha propiedad de temas culturales, pero también
protestó por lo feo que era vivir en Mesoneta, porque desde su cuarto se oían
muchos ruidos de niños jugando, y añadió que al cruzar las calles, las bicis
pasaban muy rápido y esto la atemorizaba. Finalmente dijo que, apenas tuviera
dieciocho años, se iba a mudar.
Así pasaron los días y fue acentuándose el cambio de
Chloé, que pasó de ser una niña alegre, divertida, juguetona y sociable, como
lo era nuestra querida ciudad, a ser una niña seria, a la que cada vez le
costaba más integrarse y jugar normalmente con sus compañeros. Incluso sus
ojitos resplandecientes se habían vuelto más opacos.
(…)
Extraído
de: Chloé, la niña aquien le robaron la alegría
Autora:
Clara Granara
Ilustradora:
Clara Harrington
Editorial:
Babidi-bú
ACTIVIDADES
1. ¿Por qué crees que la luz de la
Luna ayuda a calmar a los niños? ¿Cómo serían las noches fuera de la ciudad si
no existiera la Luna?
2. En esta historia aparecen estos
personajes, ¿crees que consiguieron ayudar a Chloé a recuperar su alegría?
3. Imagina cómo termina esta historia.
¿Tendrá un final feliz o triste? Escribe un final, acompañado de alguno de tus
dibujos dibujo y envíalo por email a:
grupoleoalicante@gmail.com
No olvides poner tu nombre y
apellidos, curso, y colegio. Será
publicado en nuestro BLOG y en el suplemento La Tiza del Periódico Información.