Bases XXV Concurso Literario

jueves, 9 de febrero de 2023

Bases XXV Concurso Literario

Con motivo de la publicación de las bases del XXV Concurso Literario del Grupo Leo en el periódico Información que podéis consultar aquí, hemos publicado tres trabajos que fueron premiados en diferentes años, junto con la portada del libro correspondiente. Venga, animaos a participar.

MI HADITA MADRINA

Mi hadita madrina
se esconde detrás de la cortina
a veces no la encuentro
y la busco entre los cuentos.
Lleva un vestido azul clarito
y un hermoso sombrero azul cielo
y con su varita
reparte sonrisas.
Le gusta hacer feliz a la gente
por eso es muy sonriente
si la ves la querrás
y nunca la abandonarás.
Inma Aparicio Gabarrón, 2º EP
Colegio Fomento Altozano, Alicante
2019

MI ABUELA

En la vida hay miles de momentos alegres mas también melancólicos. Yo estoy bien, pero mi abuela no. Es verdad que tenemos cosas en común, como que los dos tenemos una forma de comportarnos similar, infantil. Mi abuela no hace tanto que era como cualquier mujer de su edad. Antes era más gordita, se reía menos y quería mucho a su marido, mi abuelo Ángel. Él ya murió, poco antes de que yo naciera, por eso me pusieron su nombre. Después de eso mi abuela se puso muy triste, pero mi nacimiento la animó. Pocos años después sucedió. Cuando me informaron yo no sabía qué era eso, así que no le di demasiada importancia pero la enfermedad avanzaba y yo notaba los cambios. Mi madre y mis dos tías le dan pastillas que ralentizan la enfermedad, pero no la paran. Ahora las cosas han cambiado, ya no voy tan frecuentemente a su casa, sino al revés, y ahora ya no podré volver a tomar su arroz inigualable, pues ahora que se le ha olvidado cómo cocinar, teje bufandas de todos los colores y así pasa el rato. Me comía el arroz en su terraza al solecito y nos daba a mi hermana y a mí billetes de 20 euros, y como no se acordaba, nos los volvía a dar, hasta que mi madre nos dijo que no los cogiéramos. Ahora nos da monedas de dos euros creyendo que tienen el mismo valor.

Hace poco vi un anuncio que decía algo así: «Mi abuelo y yo estábamos construyendo un cohete de cartón para ir a la Luna, lo teníamos casi terminado, pero me di cuenta de que él ya se había ido».

Lloré, no suelo llorar con facilidad, pero lloré, porque mi abuela tiene la misma enfermedad y yo tenía miedo de que se olvidara de mí, de mi nombre, de sus nietos, de sus hijos, de ella misma. Entre sollozos me levanté del sofá y le pregunté a mi madre si a mi abuela le pasaría lo mismo, y me contestó abrazándome:

-Tarde o temprano tendrá que pasar, pero tardará y mientras tanto todo lo que tienes que hacer es disfrutar de ella.

Esa respuesta no me reconfortó mucho, pero, por otra parte, me dieron ganas de pasar más tiempo con mi abuelita. Y esas ganas no me hicieron falta porque mi abuela es mayor y no quiere estar tanto tiempo sola en su casa, así que mi madre y mis dos tías establecieron turnos en la semana y los fines de semana viene a mi casa. Ahora mi abuela está más delgada y tiembla, pero hay una cosa que no cambia, que la quiero un montón. Dentro de poco empezará a dormir en nuestra casa y la enfermedad avanzará con ella: mi abuela tiene alzheimer.

Ángel Ferrández Sánchez, 5 EP

Colegio Miguel Hernández, Crevillente

2018

RIMES DE L’ESTOIG

L'esborrador,

el retolador,

tot per ser

un bon treballador.

Els llapis

t'obrin el paradís

al món de l'escriptura

pura i dura.