Reseña:
Dejarse llevar por
la magia de una simple cinta azul, sobrevivir a un sueño casi eterno o guardar
un único pero maravilloso recuerdo después de navegar por cien mares son
algunas de las fantásticas historias de este libro, lleno de valores como la
convivencia o la familia.
Edad recomendada: + 8 años.
El autor:
Juan Farias, el escritor-marinero,
nos regala nueve cuentos (Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil) que
cautivan al lector por su tono poético y llegan directamente al corazón, no
sólo de los niños.
Nadie mejor que él para presentarse.
“Nací en Galicia, a la orilla del
mar. Fui tripulante de uno de los últimos grandes barcos de vela y vagabundo de
a pie, de ir viendo puestas de sol, vendimias, torres, cigüeñas en las torres y
cosas así. Quise ser bailarín porque el baile es una forma de volar, pero
finalmente, un día, dejé de caminar, volví a casa y me senté a escribir. Tengo
cinco hijos, algún que otro premio por mis libros y una manía: seguir
vagabundeando. Lo que pasa es que ahora lo hago por los libros y las ideas, que
también merecen la pena.”
La ilustradora:
María Guitart nació en Barcelona en
1978. Es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona y
técnica superior en ilustración por la Escola Massana. Escribe, edita e ilustra
libros. Su animal favorito es el cocodrilo.
LA LARGA SIESTA DE PAPÁ
No sé si el cuento
que ha venido a entristecerme es para niños; puede ser un cuento de niños para
padres o para que un padre y su hijo lo escuchen cogidos de la mano.
Empieza
así:
Hace
muchos, muchos, muchos años, en la antigua China, en una ciudad de papel y
barro, blanca de caolín, entre plantas de arroz y té, un niño, igual que todos
los niños, volaba su cometa.
No
recuerdo si la cometa era un dragón verde de papel pinocho o una caja de tres colores,
cada uno dedicado a un espíritu bueno, o la sonrisa de un niño, una sonrisa
amplia, de oreja a oreja y aún más.
Un
niño y su cometa al viento.
El
viento se sentía feliz y el niño también lo era, lo era tanto que sintió la
necesidad de compartirlo con alguien, por ejemplo, con su padre.
El
niño, como casi todos los niños, pensaba que su padre era lo más importante del
mundo, más que el viento, la cometa o un gran plato de arroz con la flor de la
miel.
Pero
el padre, como muchos padres, prefería dormir la siesta o tomar el té con los
amigos que perder el tiempo con cosas de niños.
El
niño invitó a su padre a jugar con la cometa, a reír con el viento.
El
padre, como harían casi todos los padres, respondió:
–Tengo
cosas más serias que hacer. Déjame dormir tranquilo, ¿quieres?
El
niño se puso triste y el viento se enfadó.
Sí,
el viento se enfadó y, como era amigo de todos los espíritus de la antigua
China, fue a pedirles ayuda.
Y
habló con el espíritu del tiempo, que es largo y llega desde el principio hasta
el fin de casi todas las cosas.
Y el
espíritu del tiempo consultó con el espíritu del sueño, que es redondo, se
repliega sobre sí mismo y runrunea.
El
viento, el sueño y el tiempo tomaron una decisión, y el padre se quedó dormido
un día y otro, una semana, un mes y otro mes, un año y otro año y otro año.
La
cometa del niño se fue haciendo pedazos.
El
niño creció, fue hombre, tuvo hijos y les hizo cometas que también se hicieron
pedazos.
Y
mientras tanto el padre dormía.
Cuando
el tiempo, el viento y el sueño decidieron que era suficiente, mandaron un
enorme moscardón de bambú, de tres colores y muy ruidoso, a que se posase sobre
la nariz del padre.
Tomado de: Algunos niños, tres perros y más cosas
Autor: Juan Farias
Ilustraciones: María Guitart
Editorial: Planetalector
ACTIVIDADES
1. ¿Qué te parece la decisión que tomaron el viento, el sueño y el tiempo? Cuando
pensaron que ya había dormido suficiente, ¿qué crees que ocurrió con el padre y
el hijo?
2. Elevar una cometa es una de las actividades más divertidas en los días
de viento. ¿Te apetece construir una? Coloca dos palos en forma de cruz y
átalos con firmeza cruzando una cuerda. Haz la estructura de tu cometa con
papel de seda, reforzando los bordes, y pégala a los palos. Amarra dos trozos
de cuerda a los extremos laterales y únelos en un trozo central. Añade en el
extremo inferior la cola de la cometa con bonitos lazos de colores. Ya tienes
lista tu cometa, ¡no olvides disfrutarla en familia!
3. Escribe un cuento o poema
y envíalo por correo postal acompañado de un dibujo con tu nombre, apellidos,
curso, colegio y teléfono a:
Grupo Leo
Apartado de Correos 4042
03080 Alicante
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