Reseña:
Hay viajes maravillosos que nos llevan a mundos desconocidos. Éste es uno
de ellos. Cuando estéis dentro del cuento viajaréis con los silfos y las
sílfides que se transforman en gotitas de agua y se deslizan por las cuevas de
una montaña. Y en su largo viaje hacia la luz del Sol y los paisajes de la
tierra descubrirán cosas maravillosas.
¿Qué mejor manera de aprender contenidos de ciencias que hacerlo a través
de un cuento? Este cuento, cargado de contenido, es un buen ejemplo de ello.
Nos explica, a través de las peripecias de sus gotitas de agua, de una forma
fantástica e imaginativa, el ciclo del agua, desde una perspectiva de respeto a
la naturaleza.
La ilustradora:
Àuria G. Galcerán es maestra de Primaria de la Escuela Waldorf-Steiner el Til·ler de Bellaterra (Barcelona). Fue maestra de Infantil durante muchos años y miembro del equipo fundador de la escuela. Participa habitualmente en cursos de formación para maestros, entre ellos el posgrado en Educación Infantil Waldorf en la Universidad Ramón Llull en La Salle.
Esta maestra recopila
cuentos populares que suelen ser contados en diferentes escuelas y los narra e ilustra
con gran sensibilidad y maestría. Algunos ejemplos son La Fuente, La gallinita
roja, Luna nueva, editados en castellano y en catalán.
LA
FUENTE
<<Estad atentos, este cuento que empieza os mostrará cómo es la naturaleza, si vosotros la cuidáis.>>
Las sílfides son unos seres que viven en el aire, en los bosques y en los campos. Tienen unas alitas transparentes y vuelan entre la luz y los rayos del sol. Ahora bien, si un día llueve, caen al suelo y no vuelven a levantarse hasta que sus alas se secan.
Una vez, en una tormenta de otoño, muchas de estas sílfides del aire perdieron sus alas: con el agua y el viento que soplaba, se deshicieron. Y luego con la lluvia torrencial, y en forma de gotitas, se precipitaron en una alta montaña y fueron deslizándose por las grietas hasta el interior de la tierra. Estaban tan cansadas que se durmieron. Y entonces, se olvidaron de todo lo que habían conocido anteriormente.
Cuando se despertaron, no podían ver dónde estaban ya que la oscuridad invadía el lugar.
- ¿Dónde estamos? – se preguntaban
inquietas.
Y de repente, una voz muy alegre les
dijo:
- (…) ¡Yo sé de dónde venís! – dijo la
pequeña ondina -. Habéis caído del cielo. A lo mejor ahora lo habéis olvidado,
pero algún día lo recordaréis.
- Y ahora venid conmigo. Vosotras me
llevaréis sobre mi hoja de rosal por los sitios más escondidos de esta gran
montaña. ¡Os lo quiero enseñar todo!
Deslizándose por las rocas, llegaron a
una cueva donde una cantidad enorme de gnomos trabajaban las piedras: las
cortaban, las afilaban, las abrillantaban.
Los cristales de colores relucían entre
las rocas como las flores en medio de un prado. Los gnomos, amablemente, les
invitaron a degustar todas las piedras, y ellas, muy sorprendidas, así lo
hicieron. Una de las gotas probó una piedra rosa que tenía un sabor dulce y
suave.
- Esto es cuarzo rosa –explicó el pequeño
gnomo.
- ¿Y cuál es aquella? ¡Sabe a pera! –le
dijo otra gota.
- No es nada extraño –respondió el gnomo.
Es pirita y contiene hierro y azufre.
Los cristales de roca resplandecían como flores de plata y aunque eran más duros que las nueces tenían un sabor muy dulce. ¡Las ágatas también eran muy buenas! Y de esta manera las gotitas de agua iban recibiendo los dones de todas las piedras e iban adquiriendo el sentido del gusto.
Más tarde reanudaron su camino hasta que se detuvieron en otra gran cueva que se adentraba en las profundidades de la montaña. Allí, debajo de la tierra, vivían y trabajaban muchas ondinas y muchos gnomos. Las gotitas miraban impresionadas las grandes placas de pizarra llenas de los mejores dibujos de flores que jamás habían visto.
(…) A otro lado, había un grupo sentado
de silfos y sílfides. Estaban muy atentos porque un gnomo les leía un gran
libro de piedra. Las gotitas se maravillaban cada vez más: ¡los gnomos podían
leer y entender las piedras!
(…) Y con la ondina fueron subiendo por el musgo y las piedras hasta una de las grietas que comunicaba con la luz exterior. Allí se reunieron otros seres que querían salir: silfos, ondinas…
Esperaban en grupo como lo hacen todos los pájaros en otoño antes de emprender su vuelo. Y luego llegó el viejo gnomo con la llave y abrió la pequeña puerta. Había llegado el momento. Las gotitas de agua, muy agradecidas con el gnomo se preparaban para salir cuando éste les dijo:
- Aquí en la montaña habéis aprendido
muchas cosas y también aprenderéis muchas en el exterior. Yo me quedo aquí pero
el año que viene podéis regresar y explicarme todo lo que habéis visto y
aprendido.
(…) El agua que se había formado con
todas las gotitas juntas salía de la roca en forma de fuente. Primero se
acumuló en un pequeño estanque donde se reflejaban el cielo y los árboles.
Desde todos sitios saludaban a nuestras
gotitas.
- ¡Por fin estáis aquí! ¡Ahora podremos
empezar a crecer! -dijeron las plantas.
(…) ¡Y no os podéis imaginar qué vieron
nuestras gotitas!
(…)
Tomado de: La Fuente.
Autor: Cuento anónimo recogido
por las escuelas Waldorf.
Ilustradora: Àuria G. Galcerán.
Editorial: I.N.G. Ediciones.
ACTIVIDADES
1. En este cuento se narra el camino que recorren las gotas de agua en la naturaleza. A ese camino, le llamamos ciclo del agua. Haz un experimento en casa. Coge una bolsa de plástico que tenga cierre hermético. Dibuja en ella con rotulador el ciclo del agua e introduce cuatro cubitos de hielo. Ciérrala bien y pégala con fixo en una ventana que le dé el sol. Espera unos días. ¿Qué es lo que ocurre?
2. Seguro que las gotitas de agua visitaron a muchos más seres fantásticos dentro de la montaña. ¿cuáles imaginas tú que pueden existir?
3. ¿Qué crees que vieron las gotitas de agua cuando salieron por la fuente de la montaña? Dibújalo con todo lujo de detalles.
4. Escribe un cuento o poema, acompañado de alguno de tus dibujos. Añade tu nombre, apellidos, curso, colegio y teléfono y envíalo por correo postal a:
Grupo Leo
Apartado de correos 4042
03080 Alicante
o por Mail: grupoleoalicante@gmail.com.
Podrá ser publicado en nuestro blog.
2 comentarios:
Una preciosa Tiza para usarla todos los miércoles en el aula:Aconsejo al profesorado interesado, a padres y en especial a los componentes del Seminario Grupo Leo realicéis la suscripción rellenando SUSCRIBIRSE con vuestro mail. La recibiréis todos los miércoles. GRACIAS.Solamente hay 30 personas inscritas.Hacé 35 años viene saliendo.Ánimo.Esta actiividad, la primera del Grupo,no debe morir de pena.
Diego GILA COORDOINADOR Grupo Leo
Me alegra que te haya gustado. Suscrita estoy y en el aula la trabajaremos.
Un abrazo.
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