Reseña:
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Inés
nunca pudo imaginar que había estado en la encrucijada de la sabiduría, en el
centro del mundo, envuelta por muros de libros. Su aventura comenzó el día en
que doña Lupe, su vecina del tercero, le pidió que escribiera cartas a su hijo
Lucas que vivía en Tasmania. La niña se divertía y reía con las ocurrencias de
la señora y no podía entender que los demás dijeran que estaba loca. Todo era
porque vestía de forma extravagante y se pintaba como si fuera joven. Pero,
poco a poco, la realidad y la fantasía parecen confundirse en su mente. Inés
descubrirá al final quién era doña Lupe. Un libro que transmite cariño y
respeto por las personas mayores y sus vidas.
Como
confiesa en el prólogo del libro, José Luis Ferris ha escrito este libro en
recuerdo de una vieja y maravillosa vecina que vivía sola en su casa en
compañía de un perro llamado Roldán que conoció en su infancia. “He escrito
este libro para que mi recuerdo de ellos, si alguna vez se apaga, quede
encendido para siempre en el recuerdo de alguien como tú”
El autor:
El
escritor José Luis Ferris (Alicante,
1960) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca y
Doctor en Literatura Española por la Universidad de Alicante y de sobra
conocido por los lectores adultos debido a la calidad de sus obras y al
reconocimiento de su labor literaria por los diversos galardones recibidos
(Premio de la Crítica de la Comunidad Valenciana , accésit del Premio Adonais ,
Premio Azorín 1999)
Es
autor de los relatos infantiles y en este género entramos todos, tengamos la
edad que tengamos; la buena literatura no entiende de edades, La isla de
Tododelrevés (Anaya Infantil, 2007), Las palabras del agua (Sopa de Libros,
Anaya, 2008) y Gacela de amor y nieve (ECU, Alicante, 2008); así como de dos
obras de aproximación biográfica al mundo de Miguel Hernández: Mi primer libro
sobre Miguel Hernández (Madrid, Anaya, 2010) y Miguel Hernández. Pastor de
sueños (Madrid, Anaya, 2010).
José
Luis Ferris tiene un talento especial en conectar con los jóvenes lectores, sus
obras están llenas de hermosura y su prosa poética lo inunda todo.
El ilustrador:
Jordi Sunyer. Vive y trabaja
desde Barcelona. En 1997 comienza a ilustrar para diversas editoriales como
Baula y Edelvives, Ediciones Hipótesis, la Galera, Edebé, Cruïlla, McGraw-Hill
y Oxford University Press, entre otros. Paralelamente desarrolla proyectos de
grafismo para diferentes empresas y entidades, y participa en algunas
exposiciones como pintor.
Los
años 2008 y 2009 trabaja como director de arte de la serie de animación Asha,
coproducida por Cromosoma, Televisió de Catalunya y TVE.
LA ALCOBA DE LOS PRODIGIOS
- No tengas miedo, pequeña- el policía
trataba de ser amable con Inés y alargó la mano para que la tomase sin recelo.
Julia no se despegaba de su hija y
caminó tras de ella, cuando entraron en la vivienda de doña Lupe acompañados de
Tristán.
Contra toda sospecha, la casa parecía
limpia y en orden. El pasillo lucía la armonía de siempre, no faltaba nada. Las
paredes iluminadas con la claridad de siempre. Era la primera vez que la niña
regresaba allí tras la desaparición de la anciana. Se le hacía un mundo
recorrer los espacios andados junto a ella; acceder al salón y encontrar sobre
la mesa, aún intactos, el lápiz, los sobres y los papeles,
- ¿Hay algo que te llame la
atención?-preguntó uno de los agentes-. Eres la única persona que la vio y
parece que frecuentaba regularmente la casa.
Inés trataba de complacer a los
policías con algún descubrimiento de interés, pero sus ojos veían el decorado
de siempre con poderosa exactitud, como si doña Lupe, antes de marcharse,
hubiera asignado su sitio a cada objeto, recuerdo y trozo de su vida.
Quien sí tenía algo que decir, en su
idioma, con sus gestos elocuentes, era Tristán. Él condujo a los agentes con
sus ladridos hasta la puerta de la alcoba. La niña no había atravesado nunca el
umbral de aquel cuarto secreto que la anciana vigilaba y al que solo accedía
para coger uno de los libros que le regalaba al final de la tarde. Siguiendo,
el olfato de Tristán había llegado el momento de hacerlo.- Sin ninguna
consideración los policías derribaron la puerta y se adentraron en aquella
habitación que olía a eucalipto, a niebla húmeda y a moras del bosque.
La penumbra impedía contemplar la
plenitud de la estancia y revelar el perfil de las cosas. La paz del lugar
invitaba a guardar silencio y a convertir cualquier palabra y murmullo
involuntario, en una profanación. El aire dormía los sentidos y trasmitía un
delicioso estado de calma y sosiego. Tuvo que ser uno de los policías, un tipo
estirado y afable, quien abrió de par en par las ventanas.
En cuanto escampó la niebla, Inés se
tapó la boca para sofocar el grito de asombro que salió de su alma. Su madre
parecía igual de perpleja. Se encontraban en el centro del mundo, en la
encrucijada de la sabiduría, envueltas por muros de libros que cubrían paredes,
quedando libre la chimenea que presidía la alcoba y sobre cuya superficie se
apilaban decenas de fotografías...
La niña se giró hacia los agentes,
miró a su madre y a Tristán, y se encogió de hombros. Nada sabía de aquella
cripta secreta que guardaba tantos miles de obras.
Inés avanzó hacia un ala del cuarto y
comprobó que en ella se apilaban cuentos y novelas cuyos títulos se repetían
verticalmente en los estantes. Todos eran de la misma autora: Emilia Aldecoa.
El hecho no despertó su atención, pero sí el curioso fenómeno de que todos los
títulos encerraban el nombre de LUCAS. La niña los fue sacando y llegó a contar
más de treinta. En todos, el nombre de Lucas. Todos bellamente encuadernados.
Tristán se había sentado a sus pies
con la cabeza apoyada en el suelo entarimado- Levantaba de vez en cuando sus
cejas para observar a la niña e interpretar sus muecas de asombro, de
desconcierto o de perplejidad. Pero la respuesta a aquel hallazgo la tenía a su
espalda, sobre el mueble de la chimenea.
-¡Acércate, Inés! -exclamó su madre-
mira bien estas fotos.
La niña fue asimilando aquella
revelación. En todas se veía a doña Lupe en plena juventud, bella y elegante,
luciendo vestidos de auténtica princesa. En muchas aparecía junto a reyes o
mandatarios recogiendo un premio y en otras, junto afamados actores de cine.
Aunque quizá la imagen que borró
cualquier duda sobre el enigmático pasado de la anciana fue la portada de una
revista de moda, encuadrada en un marco dorado, en la que se leía: Emilia
Aldecoa gana el premio Nacional de Literatura Infantil 1960.
-¿Sabes algo de estas cartas?- El
inspector policía señalaba el interior de un armario oculto entre los estantes.
Todas eran para Lucas y tenían un
sello sobre el ángulo derecho. Todas con la letra pulcra de Inés
-Supongo que no encontraron su
destino-aclaró la niña-.O puede que Lucas nunca saliera de casa,
-Ahora resulta que la vieja además de
saber leer fue una extraordinaria escritora- apuntó con retintín uno de los
policías.
-Lo fue, pero todos dejamos de ser
algo alguna vez, queramos o no, el olvido está al acecho de cualquiera- dijo la
madre de Inés.
¿Qué quiere decir?- inquirió el inspector.
Lo que ha oído: que Emilia Aldecoa no
dejó escribir por voluntad. Lo hizo cuando las palabras se empezaron a borrar
de su cabeza y de su mano.
-Entonces apareció Inés, ¿no es así?-
el agente presumió de astucia.
-Puedes estar orgullosa, a tus nueve
años has sido la voz, la mano y hasta los ojos de una magnífica escritora. Esas
cartas son un verdadero tesoro.
Inés sintió que una íntima alegría le
trepaba por la garganta.
Si antes admiraba a doña Lupe, ahora
lo hacía emocionada y con una ternura más honda.
¿Cuánto hace que vienes por esta
casa?- preguntó el inspector.
Inés miró con risa a Tristán. Acarició
su cabeza peluda con cariño, sabiendo que lo cuidaría para siempre. Luego se
volvió hacia el policía y trató de responderle con exactitud:
-Hace por lo menos, cinco ratones que
escribo cartas para doña Lupe.
Tomado
y adaptado de libro:
Cinco ratones
Autor: José Luis Ferris
Ilustrador:
Jordi Sunyer
Editorial: ANAYA
ACTIVIDADES:
1.- ¿Quién era Lucas, que aparecía como protagonista de
unos treinta libros? Haz un dibujo de La alcoba de los prodigios.
2.- ¿Quién crees que era Inés para que
la policía le preguntara cosas sobre doña Lupe?
3.- Busca información de quien fue
Emilia Aldecoa.
4.- Escribe un cuento en el que un
ratón sea el protagonista del mismo.
Envíalo por correo postal con un
dibujo y acompañado de tus datos personales: nombre, apellidos, colegio, curso,
teléfono y una dirección de correo electrónico a:
Concurso
literario Grupo Leo
Apartado
de correos 3008
03080
Alicante
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