Reseña:
Carmen Gil, autora dedicada en cuerpo y alma
a la literatura infantil nos trae una nueva aventura con el dragón Filiberto.
Filiberto es un dragón diferente. Para
empezar es rosa y cocinero de pizzas. Nada que ver con los temibles dragones
verdes y escamosos que comen pócimas extrañas y asquerosas y que se dedican a
luchar contra caballeros, secuestrar princesas y servir de cabalgadura para
brujas. Filiberto se siente diferente y todos a su alrededor le señalan y
hablan mal de él. Por ello decide intentar convertirse en el dragón más dragón
de todos.
A medida que la historia avanza Filiberto
intenta todas y cada una de las hazañas que realizaría cualquier dragón sin
ningún éxito. Sintiéndose fracasado vuelve a su reino ante la inminente llegada
del rey de los dragones con su nieta.
Un final feliz es lo que le espera a
Filiberto, gracias precisamente a lo que le hace diferente.
La autora ha sabido fusionar el cuento con
versos, intercalando adivinanzas y acertijos en cada aventura y propiciando una
motivación extra para el lector.
El toque que propone de atención a la
diversidad como trasfondo de toda la historia con un final que busca empatizar
con el prójimo y mejorar las relaciones sociales no hace sino añadir valor a
una aventura que es de por sí animada y divertida.
Como maestra que es ha sabido orientar la
lectura en varias direcciones, ya sea la animación a la misma, la ampliación de
vocabulario, el aprender a pensar con cada acertijo y adivinanza y la
tolerancia a lo diferente como valor predominante.
Un acierto tanto para el aula como para casa recomendado a partir de 8 años.
La autora:
Carmen
Gil escritora española (Cádiz, 1962) especializada
en literatura infantil, labor que comparte con la enseñanza y la animación
cultural para niños, ha realizado proyectos de teatro, títeres, cuentacuentos,
talleres de danza... Imparte cursos de poesía en colegios de Educación Primaria
y da charlas de animación a la lectura para padres y maestros.
Comenzó a publicar en 2003, fecha desde la cual se han
editado más de 80 obras suyas, muchas de ellas traducidas a diversos idiomas,
aparte de todos los del territorio español.
En 2011 la Junta de Andalucía le concedió la Medalla de Oro
al Mérito en Educación por su labor de animación a la lectura.
El ilustrador:
Marc Bou es Licenciado en Bellas Artes por la Universitat Politècnica de
València.
Ha trabajado en ámbitos diversos, desde muralista y diseñador
a ilustrador de carátulas de discos i storyboards. En el ámbito editorial ha ilustrado
el libro de cuentos de próxima publicación del escritor José Miguel Vilar Bou.
Recientemente ha ganado el I premio en el concurso de relatos
e ilustración de Literatura Z, así como ha ilustrado el libro-CD de Bertomeu “7
d’Estellés”. También ha participado como ilustrador en el último número de la
revista literaria “Bolsa de pipas”.
UN
DRAGÓN ROSA CHILLÓN
Todos los dragones del
mundo nacen de huevos monocolor: Huevos amarillos, huevos naranja, huevos
verdes… Filiberto nació de un huevo de lunares que dejó a sus padres
boquiabiertos.
A todos los dragones del
mundo les encanta ensayar potentes rugidos. Suben a la cima de la montaña,
respiran hondo y dejan salir el aire por sus fauces abiertas lanzando bramidos
enormes. Filiberto se pasaba la vida cocinando pizzas cuatro quesos con el
fuego de su nariz, adivinando acertijos divertidos y colgándose todos los
adornos brillantes que lograba encontrar.
Y, por si esto fuera
poco, todos los dragones del mundo son verdes, igual que un pimiento, un helado
de pistacho o la melena del hada del bosque. Filiberto, sin embargo, era un
dragón rosa chillón.
Por eso, en Dragolandia
miraban a Filiberto con desconfianza:
-
Es más raro que una rana con flequillo –decían unos.
-
O que un huevo con cejas –añadían otros.
Filiberto procuraba no
hacer caso y seguía buscando orégano para sus pizzas, admirando su collar de
cristales de colores o intentando adivinar el último acertijo que había
encontrado:
Con un estrellado velo,
se pasea por el cielo
esta señora elegante,
llena, creciente o
menguante.
Mas lo cierto es que los
comentarios de sus compañeros se le clavaban en el corazón y le hacían mucho,
pero que mucho daño.
Además de lanzar rugidos
huracanados, los dragones tenían varias misiones importantes en la vida:
secuestrar princesas, enfrentarse con valientes caballeros, servir de
cabalgadura a brujas terribles, custodiar un tesoro y no dejar, por nada del
mundo, que un hada los convirtiera en príncipes.
A Filiberto ninguna de
estas tareas le entusiasmaba, para qué nos vamos a engañar. Pero, como quería
ser un dragón popular al que todos apreciaran, tomó una decisión:
- Me voy a
convertir en el mejor dragón del mundo –afirmó.
Y para eso no tenía más
que imitar a los demás.
Secuestrar a una princesa.
Una mañana de sol,
Filiberto dejó horneada una pizza tan grande como la rueda de un carro, se colgó
su mejor collar hecho de estrellas de mar y se puso a darle vueltas a una de
sus adivinanzas:
Las dibujan coloradas
y con manchas amarillas.
Todos los duendes y hadas
las usan como sombrillas.
Y, después de atarse sus
zapatos rojos, salió volando.
Filiberto la buscó entre
las nubes algodonosas del amanecer, encima del monte nevado, en el fondo del
lago sereno, detrás del roble centenario… Pero nada.
-
No encuentro princesas por ningún lado –se lamentó-. ¿Qué voy a hacer ahora?
-
Pues buscarla en la torre de un castillo, que es donde viven las princesas –refunfuñó
un cuervo que revoloteaba sobre su cabeza. –Eso lo saben todos los dragones.
Filiberto lo miró con
cara de asombro y el ave siguió hablando.
-
Allí la encontrarás, peinándose su larga melena con un peine de oro o entonando
una bella canción.
-
¡¡¡Gracias!!! –exclamó Filiberto. Y sin perder un segundo, voló hasta el
castillo más cercano.
Tomado de: Filiberto el dragón
Autora: Carmen Gil
Ilustrador: Marc Bou
Editorial: Algar
Colección: Calcetín Amarillo
ACTIVIDADES:
1.- ¿Te gustan las adivinanzas?
Cada uno de vosotros puede traer de casa algunas para leerlas en clase y jugar
a adivinarlas. También es muy divertido inventar otras nuevas sobre animales,
plantas, alimentos…
2.- A Filiberto no le
entusiasmaba lo que hacían los otros dragones, pero quería imitarlos para ser
más popular. ¿Qué opinas de esto? ¿Conoces a niños que actúen así?
3.-Escribe un cuento o un
poema pensando en un amigo tuyo y envíalo acompañado de tus datos personales y
un dibujo a:
grupoleoalicante@gmail.com
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