Los libros del mes de mayo 2013 del Grupo Leo
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en La Tiza
Artículo visto en:
Suplemento de Educación Infantil "La Tiza" 22-05-2013
Diario Información de Alicante con el Patrocinio de la Fundación CajaMurcia y COES
Pájaro supersónico
...................................................................Pájaro supersónico
El autor: Juan Kruz Igerabide (Aduna - Guipúzcoa, 1956 -):
Nació en Aduna (Guipúzcoa) el año 1956. Su contacto econ la literatura
infantil comenzó en sus años de profesor de Primaria. Ha recibido el
Premio Baporea y ha sido finalista en varias ocasiones del Premio
Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.
Amezketa, 1983). Estudió Bellas Artes en Lehioa y Barcelona, e Ilustración en la Escola de la Dona.
Reseña:
En el nido de una familia de pájaros carpinteros, ha nacido un pájaro
con el pico torcido. En esta familia eso está muy mal visto, porque el
pájaro no va a poder tocar la batería como lo hace su padre, ni va a
poder ser un preciso carpintero como sus hermanos. El pequeño pájaro es
distinto a todos: vuela de una manera espectacular y sus obras serán
admiradas por muchos. Este pájaro será un artista.
La Tiza de la Lectura. Leo, leo, que me animo a leer.
Un cuento:
UN EXTRAÑO NACIMIENTO
El día que yo nací,
según me contó mi amigo el ruiseñor que vivía cerca, el cielo pintó de color
naranja el bosque, y un templado viento sur cantaba una canción de cuna, que
sonaba: shur shur shur…
Mis padres eran
pájaros carpinteros, y no construían los nidos igual que otras especies, con
ramitas y hierbas, sino taladrando un agujero en el tronco; allí depositaban
hierbas y trozos de corteza, y preparaban una acogedora cuna. En un nido de
estas características nací yo.
Aquella mañana,
me contaría luego el ruiseñor, el suelo del bosque era un laberinto de luces y
sombras donde jugaban a perderse las hojas caídas que correteaban arrastradas
por la brisa.
Acompañando la
música de la brisa, los pájaros y otros animalillos cantaban a coro para dar la
bienvenida al nuevo día. De repente, el canto cesó breves instantes y reinó el
silencio en todo el bosque; al instante, resonó el ritmo de una batería, un
sol:
- ¡Toc,
tocotocotocotoc, toc!
Inmediatamente, todo el bosque volvió a cantar al ritmo de
la batería como una gran orquesta.
El que tocaba la batería era mi padre: con su acerado pico, martilleaba
el tronco de un árbol para expresar su felicidad. Se sentía feliz porque iba a
nacer yo de un momento a otro.
- ¡Toc, tocotocotocotoc, toc!
“ Ya viene, ya llega nuestro
pequeño; será batería como yo”, pensaba mi padre, porque le hubiera gustado que
yo tocara la batería como él.
-¡Toc, tocotocotocotoc, toc! –tocó
aún más fuerte.
El coro del bosque entonó un himno de alegría que duró unos cuantos
segundos. Cantaban de esta guisa:
Para ver el pico, para ver el pico,
para ver el
pico que ha asomado ya…
Una vez celebrado mi nacimiento,
cada cual regresó a sus quehaceres. Mi padre, rebosante de alegría, continuaba
aporreando la batería:
-¡Toc, tocotocotocotoc, toc!
Oí que mi madre daba saltitos por el tronco del árbol, recorriéndolo
hacia arriba y hacia abajo. No la podía ver porque los de mi especie nacemos
ciegos. De vez en cuando, se paraba cerca de mí para comprobar cómo me
encontraba; luego, volvía a recorrer el tronco dando saltitos.
Según me contó más tarde mi amigo el ruiseñor, una de mis hermanas se
acercó volando torpemente, se detuvo a la entrada del nido, batió sus alas para
asustarme, y se marchó.
No le debí gustar mucho, porque se alejó gritando:
-
¡Fea, torpe y tonta! ¡Fea, torpe y tonta!
Mi padre, al
oírlo, aporreó la batería aún más fuerte:
-
¡Toc, tocotocotocotoc, toc!
-
¡Ya basta! –le gritó mi madre-. ¡Me duele la cabeza!
Yo estaba
asombrada, con el pico fuera del huevo. Rompí del todo el cascarón, y me quedé
desnuda, tiritando, porque aún carecía de plumas. Entonces, mi madre saltó
sobre mí y me cubrió con su cuerpo. Fue la única vez que sentí el cuerpo
amoroso de mi madre. Ya no me volvería a abrazar nunca más; esa es la costumbre
de los pájaros carpinteros. Cada cual va a lo suyo.
Mi madre se echó para atrás y me examinó
atentamente.
-
El pico, torcido –murmuró-. Malo.
Me examinó las alas.
-
Bien, bien. Son más fuertes que las de tus hermanos.
Después, observó la cola.
-
Bien, bien.
Me empujó con su pico para que me levantara y
me examinó las patas.
De pronto, dio un grito como un relincho,
porque los pájaros carpinteros relinchamos en lugar de piar. Se apartó de mí,
relinchando cada vez más fuerte, horrorizada.
Mi padre acudió a l oír los relinchos de mi
madre.
-
¿Qué ocurre, querida?
-
¡Míralo tú mismo!
Mi padre también lanzó un relincho de
angustia.
-
El pico, torcido; los pies, torpes. Malo. No sirve para
carpintero. No sirve para batería. Este pájaro no sirve para nada.
Se marchó lejos a tocar la batería con su
acerado pico, pero no de alegría, sino de rabia.
-¡Toc,
tocotocotocotoc, toc!
Yo no supe qué rayos pasaba con mi pico y con
mis patas. No podía vérmelos aún. Ya no me sentía tan contenta por haber
nacido, sino un poco preocupada, después de oír lo que dijeron sobre mí. Sin
embargo, yo quería estar contenta, y me puse a cantar. Mis hermanos se rieron
un poco de mí, y revoloteaban alrededor.
-
Pájaro torpe, pájaro torpe. No vales nada.
Mi madre los riñó.
-
¡Un poco de respeto, criaturas! Bastante tiene con lo
que tiene.
¿Y qué tenía yo de malo? No me dolía nada, no
me sentía triste. Al contrario, estaba contenta de haber nacido y seguí
cantando.
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Fragmento del libro: Pájaro supersónico
Autor: Juan Kruz Igerabide
Ilustraciones: Maite Gurrutxaga
Editorial: Macmillan + 8 años
ISBN: 978-84-15426-19-6
Actividades:
- ¿Qué opinas del comportamiento de los hermanos de la protagonista?
- El nacer con alguna diferencia física con respecto a los de una misma especie, ¿qué problemas puede acarrear?
- Escribe un poema o un cuento acompañado de un dibujo y guárdalo para enviarlo al próximo Concurso Literario del Grupo Leo:
Apartado de correos 3008
03080 Alicante
O por correo
electrónico a la dirección:
grupoleoalicante@gmail.com
grupoleo@terra.es
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