“La vida te puede cambiar de pronto y sin avisar. Lo sé
porque a mí me ha ocurrido…”
Paquito y
Socorro son dos niños que viven en España durante la guerra civil. Son muy
distintos entre ellos, pero sobre todo muy distintos a los demás. En este
relato escrito a dos voces, cuentan la historia de sus vidas al terminar la
guerra y la aventura que significó para ellos comenzar de nuevo en otro lugar.
Una
conmovedora historia llena de matices y recuerdos familiares imborrables, muy
bien escrita y con las maravillosas, y muy expresivas ilustraciones de Eva
Sánchez.
La autora:
Mónica Montañés nació en Caracas (Venezuela) en 1966. Ha escrito obras de teatro, series de televisión, novelas y cuentos. La vida le dio muchas vueltas y se mudó de Caracas a Madrid, haciendo el viaje a la inversa que en 1947 tuvo que hacer su abuela, también con sus dos hijos.
La
ilustradora:
Eva Sánchez Gómez nació en Puigcerdà (Girona) en 1986. Estudió Bellas Artes en la Universidad de Barcelona e ilustración en la Escola de la Dona.
Entre otros
premios ha recibido el CCEI de Ilustración Isabel Niño y el Litteratura Ragazzi
di Cento. En 2015 fue seleccionada para el Catálogo Iberoamericano de
Ilustración SM, y en 2019, para la Bienal de Bratislava.
LA NIÑA
QUE NUNCA TENÍA HAMBRE
Odiaba estar en el pueblo. No es que no me gustase el pueblo. Era muy bonito y todos me querían mucho y me trataban bien. Yo ya había vivido allí porque, cuando empezó la guerra, mi padre nos llevó a mi madre, a mi hermano Paquito y a mí, a vivir a ese pueblo en el que todos son familia nuestra, no es una exageración, en cada casa vivía alguien que me llamaba prima o sobrina. Además, se me cayó el primer diente y vi, por primera vez, la barriga de un avión alemán. Pero esta vez era diferente, me habían dejado sola.
Yo quería estar con mi madre. Cerraba los ojos y la veía ahí mismo, a mi lado, como siempre. El día que nos sobrevoló el avión alemán, mi madre nos abrazó duro a Paquito y a mí, cubriéndonos con su cuerpo, temiendo que soltase una bomba. Pero no fue así. El avión siguió de largo y, al cabo de un rato escuchamos un ruido muy fuerte. Yo no supe que era porque nunca había escuchado una explosión.
No nos lo explicaron, a los niños no nos explican nada, pero pude oír a las mujeres comentando en susurros que el avión había soltado una bomba en el pueblo de al lado y que había muerto mucha gente. Así entendí lo que era una guerra y por qué todos los adultos tenían siempre tanto miedo. Bueno, no siempre. A veces sonreían porque la cosecha había estado mejor que otros años o porque el arroz había quedado delicioso.
También allí, por primera vez, comí paella, sin platos. Nos daban a todos un tenedor para que comiésemos directamente de la paella. Me gustó esa idea porque pensé que así nadie se daría cuenta de que yo no comía nada, Pero me equivoqué. Cuando todos terminaban, quedaba una porción intacta, un triángulo exacto de arroz, ahí, delatándome. No es que no me gustase el arroz, lo que no me gustaba era comer. Yo nunca tenía hambre y me regañaban mucho por eso. Pero, apartando las comidas, y el día aquel que nos sobrevoló el avión alemán, lo pasé bien en el pueblo durante la guerra.
Pero la segunda vez que tuve que vivir ahí, la cosa fue muy distinta. Y no solo porque ya yo tenía siete años, sino porque mi madre me había dejado sola, con los tíos y los primos. Yo no lo entendía y me daba mucha rabia. Me explicaban que mi padre se había tenido que ir de España y que mi madre no podía tenerme con ella porque no había comida para todos. Eso me parecía absurdo. ¡Si yo nunca tenía hambre! Más bien, que mi madre no pudiese darme de comer era una razón más para estar allá con ella. Paquito sí comía bien. Sin embargo, a él no lo habían traído al pueblo. Él sí se había podido quedar en nuestra casa porque era un niño y no una niña como yo. Todo me parecía muy injusto.
Las
mujeres del pueblo me venían diciendo:<<Mira lo que te he horneado,
Socorritos, deja de llorar y comételo que está muy bueno, anda>>. Pero yo
no quería comida. Lo único que quería era estar con mi madre.
Tomado de: Los distintos
Autora: Mónica Montañés
Ilustraciones de: Eva Sánchez Gómez
Publicado por: Ediciones Ekaré 2020
ACTIVIDADES
1.- Las guerras son una auténtica desgracia, y
en ellas los niños lo pasan muy mal. ¿Qué le ocurre a la niña protagonista de
esta historia?
2.- Actualmente vienen muchas personas a
nuestro país huyendo de las guerras y del hambre, entre ellos, muchos niños. ¿Cuál crees tú que tiene que ser nuestra actitud hacia ellos? Mantened un debate en
clase y hablad sobre este tema.
3.-Escribe una historia sobre una familia que
llega en una patera a un pueblo costero huyendo de su país que está en guerra,
y envíala por correo postal, acompañada de un dibujo, con vuestro nombre,
apellidos, curso, colegio, y nº de teléfono a:
GRUPO LEO
apartado 4042
03080 ALICANTE
Podrá ser publicada en nuestro blog.
Los alumnos del PAC del IES Gran Vía de Alicante nos cuentan sus conclusiones sobre al libro recomendado. (Activad el audio)
2 comentarios:
Un libro para explicar a pequeños y grandes la historia muy reciente de este país.Un pueblo que olvida su historia puede caer en calamidades del pasado.
Somos el PAC del IES GRAN VÍA.
Nos ha gustado la historia y hemos hablado de la injusticia de la guerra. Todos hemos escuchado historias de nuestros abuelos principalmente.
El dolor más grande de la protagonista es separarse de su madre, tenemos compañeros de muchas nacionalidades y les tratamos como uno más, ya que no nos puede diferenciar las circunstancias de la vida.
Hoy en día nos estamos acostumbrando a ver imágenes de personas que huyen de la guerra, que llegan en pateras, enfermos y medio muertos. Nos hemos dado cuenta de que nos hemos convertido en personas frías, que no valoramos lo que tenemos, que nos sobra y no nos preocupa. Pensaremos en ello.
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