Reseña:
En este libro se cuentan cinco leyendas de distinta
procedencia: Japón, Chipre, Praga, Escandinavia y Nueva York, que captan la
atención del lector desde el primer momento.
En La procesión de los mil
fantasmas, un valiente pintor viaja a un templo para pintar un
cuadro que represente a los espectros que allí viven.
En la legendaria historia de Pigmalión y Galatea, descubrimos al rey de Chipre, Pigmalión, que
no ha encontrado a la mujer perfecta para casarse con ella, por lo que esculpe
una estatua de mármol con la imagen de su mujer ideal, a la que llama Galatea.
En El golem de Praga, Isaac,
un rabino de esta ciudad, había dedicado su vida a la lectura y el estudio de
las escrituras religiosas, sin prestar atención a los demás y sin apreciar el
trabajo de su esposa como ama de casa. Pero su vista iba fallando y decidió hacer
un golem, un ser inanimado con poderes mágicos, para que le leyera. Descubrió
que esto solo funcionaba con las personas que eran verdaderamente sabias.
La leyenda Los guerreros más temibles cuenta
la historia de Sorli, un vikingo que vivía en una aldea en la que la fuerza y
el enfrentamiento bélico con otras tribus era sinónimo de valentía. Todos se
reían de él porque dedicaba su tiempo a la pintura pero el ingenio y la
maestría de Sorli salvaron la vida de sus vecinos.
El retrato del medallón se desarrolla en la antigua
ciudad de Nueva York. Allí vivía Saskia, la hija de un rico colono procedente
de Holanda. Este concertó la boda de la joven con el apuesto holandés Johannes,
quien envió a Saskia un medallón con su retrato para que lo conociera. El día
del encuentro ella descubrió que el hombre que tenía delante no era su prometido,
al mirar el retrato, este le habló del engaño.
La autora:
Sofía Rhei (Madrid,
1978) es escritora, poeta experimental y traductora. Es licenciada en Bellas
Artes por la Universidad de Castilla-La Mancha, y DEA por la Universidad
Complutense de Madrid.
Ha publicado los libros de poesía Las
flores de alcohol (La bella
Varsovia), Química (El gaviero), Otra
explicación para el temblor de las hojas (Ayuntamiento
de Granada), y Alicia Volátil (Cangrejo
Pistolero), libro en 3D. En narrativa: la novela juvenil de fantasía Flores
de sombra y el libro infantil Fairy Link, ambos con Alfaguara; las recopilaciones de
relatos Las ciudades reversibles (UCLM)
y Cuentos y leyendas de objetos mágicos (Anaya), y la serie infantil Krippys, con Montena.
Ha recibido diversos premios por su labor
poética y ha aparecido en antologías de poesía española actual como Antolojaja,
Todo es poesía menos la poesía y Aldea
poética III.
El ilustrador:
José María Benítez de Sande es un
ilustrador formado en diseño gráfico, ilustración, grabado y técnicas de
estampación por la Escuela de Gráfica Publicitaria de Madrid. Utiliza desde la
técnica más artesanal y clásica, que es el grabado, al arte digital. Ha
trabajado en agencias de publicidad como diseñador gráfico, en Grey Madrid, Mosaico
Multimedia y Diáthesis, entre otras, y como ilustrador en diferentes
editoriales.
LA PROCESIÓN DE LOS MIL
FANTASMAS
En
Japón, hace muchos años, el pintor Tonsa Mitsunobu estaba viajando para
realizar un cuadro muy especial. Le habían hablado de un lugar mágico y quería
verlo con sus propios ojos,
-
Perdone,
buena mujer, ¿cómo llegar al templo de Shozenji?
La
anciana se puso pálida como una sábana.
-
¡Señor,
no se le ocurra ir a aquel lugar! ¡Es un sitio maldito y está embrujado!
-
Por
eso lo busco. Me han dicho que es el único sitio donde puede verse la procesión
de los mil fantasmas.
-
¡No lo
pronuncie en voz alta ¡Los hyakki yako lo oyen todo!
-
Así
que es verdad que existe tal procesión.
-
Está
bien se lo contaré. Hablo de ello para que no haga ninguna locura. Hace muchos
años, este templo estaba habitado por una comunidad de monjes. Se dedicaban a
rezar, ayudar a los pobres y a los que solicitaban ayuda. Vivían con austeridad
y se alimentaban de rábanos y arroz. Pero en el templo se custodiaba un libro
santo de un valor incalculable.
La
anciana hizo una pausa. El viajero estaba impaciente por conocer la historia.
-
¿Y qué
sucedió?
-
El templo fue atacado por los ladrones. De
noche, con crueldad mataron a todos los monjes, se llevaron el libro y huyeron
hacia el norte,
-
¿Cómo
se sabe hacia dónde huyeron?
-
Porque
días después los encontraron a todos muertos en un bosque. Otros ladrones los
mataron para apropiarse del libro sagrado.
El
viajero respiró hondo.
-
Vaya.
Es una terrible historia,
-
Después
de la matanza de los monjes el libro está maldito. Cada vez que alguien lo roba
está destinado a morir. Lo mismo pasa con el templo. Jamás han venido más
monjes.
-
Entonces
el edificio está encantado por los fantasmas de los monjes,...
-
Así es.
Muchas noches se les oye chillar, llorar y gemir. Todo en vano
El
pintor era valiente, pero la historia le estaba inquietando.
-
Me han
dicho que los fantasmas son algo digno de verse. Quisiera hacerles un retrato.
a
anciana se llevó las manos a la cabeza.
-
¡Qué locura!
¿Cómo va a resistir la visión de unas almas en pena?
El
pintor estaba decidido y después de discutir consiguió que la anciana le dijera
el camino del templo.
Cuando
por fin llegó al templo de madera, estaba cayendo la noche. El lugar se hallaba
desierto. El silencio era absoluto. No se oía ni el ruido de los grillos.
El
pintor se escondió en una esquina, se cubrió con una manta, empezó a rezar
mientras esperaba a que llegara la procesión de los mil fantasmas: los hyakki
yaho,
El
sol se puso completamente y hacía cada vez más frío. O eso, o el pintor
temblaba de miedo pensando en las cosas terribles que podía contemplar en aquel
maldito lugar. Tenía preparado un papel y un pincel para dibujar lo que viera,
aunque dudaba de que fuera a tener el valor suficiente.
De
repente, vio un rostro terrible que se acercaba. Temió que le atacara, pero
estaba tan quieto que el pintor se atrevió a trazar sus contornos en silencio.
Otra
figura aterradora se unió a la primera, pero estaba inmóvil como la otra. La
dibujó también. Apareció un tercer fantasma y un cuarto. Ambos grotescos. El
pintor se apiadó de las almas en pena y pensó que sufrirían mucho al estar tan
corrompidas.
Toda
la noche dibujando aquellos terribles espectros. Algunos con patas de araña,
otros con cuerpo de cabra y otros en forma de larva. Los había sin nariz o con
ojos rojos. Había miradas burlonas que ponían la piel de gallina, y bocas como
para masticar insectos.
Cuando
empezó a amanecer, el pintor estaba agotado. No había dormido en toda la noche.
Y cuando la luz pareció espantar los fantasmas se quedó dormido.
Despertó
sobresaltado, cuando el sol se hallaba alto en el horizonte. Abrió todas las
puertas y ventanas, iluminando cada rincón del templo.
Vio
que las paredes del edificio abandonado, estaban cubiertas de verdín, mohos y
hongos que trazaban caprichosos dibujos en la pared. Eran las siluetas
misteriosas que el pintor había
confundido con los mil fantasmas.
Aquel
día Tosa Mitsunobu aprendió que la imaginación puede brotar de las emociones,
de los accidentes y de las casualidades imprevistas. Comprobó que los
fantasmas, si es que existen, no tienen muchas ganas de dejarse retratar.
Tomado del Libro: Leyendas con poderes mágicos
Selección y adaptación: Sofía Rhei
Ilustraciones: José Mª. Benítez
Editorial: Alfaguara Infantil
ACTIVIDADES:
1 -¿ Qué quería
ver el pintor por sus propios ojos? ¿Qué nombre tenía el lugar que buscaba?
2- ¿Cómo les
llamaban a los fantasmas que aparecían?
3-¿Qué había
ocurrido en aquel lugar?
4- Escribe un
cuento en el que aparezcan fantasmas.
Envía por correo postal con un dibujo y acompañado de tus datos
personales (nombre, apellidos, colegio, curso, teléfono y dirección de correo
electrónico) a:
Concurso
literario Grupo Leo
Apartado de
correos 3008
0308ALICANTE
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