Los alumnos de 1º de la ESO del IES
Gran Vía tenían que enfrentarse al reto de escribir un cuento a partir de este
comienzo.
Era agosto de 2015 cuando Toño,
un chico de doce años, llegó con sus padres a una pequeña y retirada aldea de
montaña. Allí pasarían las vacaciones que, por lo que se temía, iban a ser
terriblemente aburridas. Solo las ruinas de una antigua torre, que se alzaba
sobre una escarpada ladera, parecieron despertar en el muchacho cierto interés.
«Algo es algo», pensó.
Julia Asensio. 1º ESO E
Decidió ir a investigar la torre. Subió hasta llegar a la cima y, al entrar, descubrió unas escaleras que llevaban hacia abajo, hacia lo que parecía un sótano. Sintió mucha curiosidad por bajar y ver qué había allí. Empezó a descender y notó que las escaleras estaban oxidadas, las paredes desgastadas y las lámparas rotas. Cuando llegó al final, encontró una puerta pequeña y vieja. Como estaba deteriorada, no le costó mucho abrirla. Al entrar, encontró una habitación muy antigua, con paredes descoloridas y un escritorio. Se acercó al escritorio y vio un libro muy viejo. Su curiosidad creció, tomó el libro y lo abrió. En una de las páginas había algo escrito y, cuando lo leyó, decía: “Feliz cumpleaños”. ¡Toño se había olvidado por completo de que era su cumpleaños! Entonces aparecieron sus padres, amigos y abuelos, y entendió que no importa dónde estés, algo bueno siempre llegará.
Arina Chekmareva. 1º ESO
E
Toño entró en la cabaña donde se alojaría ese verano. Era grande y muy bonita, toda de madera y muy aireada. Decidió entrar a ver su habitación y dentro había una litera con un escritorio en la parte baja y, al lado, un armario enorme. Dejó su maleta y se fue a explorar los alrededores. Decidió que iría al castillo a cotillear mientras su padre deshacía las maletas. Cinco minutos después ya había llegado al castillo. El castillo tenía un puente levadizo con un enorme foso lleno de pececitos de todos los colores. Al entrar dentro del castillo, escuchó un grito y se dispuso a ver qué era. Salió corriendo hacia la habitación donde había escuchado el chillido y al llegar... ¡había una princesa atada a la cama! Sorprendido, la desató y, en cuanto la soltó, la princesa se fue corriendo. Toño intentó seguirla lo más rápido que pudo, pero la princesa desapareció. Atónito, se fue a su cabaña y, cuando abrió la puerta, gritó del susto. ¡La princesa estaba en la cabaña con su padre! Y, de repente, se despertó de golpe. Al despertar, Toño vio que todavía estaban en el coche, pero, al mirar por la ventana, le asustó ver que el paisaje era el de su sueño.
Mar Cano. 1º ESO E
-¿Quiénes sois y qué hacéis aquí?-les
preguntó.
Las tres figuras, que al parecer eran tres jóvenes
marcianas, dijeron:
-Hola, somos MAR-Y1, MAR-Y2 y MAR-Y3.
Estábamos celebrando nuestro decimotercer cumpleaños en nuestra nave hasta que
un meteorito nos chocó y caímos en este extraño planeta.
- ¿Nos podrías ayudar a arreglar
nuestra nave?- preguntaron.
Toño, al ver su situación, decidió
ayudarlas. Por suerte, el padre de Toño era mecánico y le había enseñado sus
habilidades. Después de varias horas, Toño terminó la nave, las marcianas se lo
agradecieron y pudieron llegar a su planeta.
Ouassim Tighilt-Ferhat. 1º ESO E
ACTIVIDAD
Acaba el cuento de Toño, escribe uno nuevo o un poema con dibujo y
envíalo por email a:
No olvides poner tu nombre y apellidos, curso, y colegio. Será publicado en nuestro BLOG y en el
suplemento La Tiza del Periódico Información.
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