Reseña:
Semillas de papel narra la trayectoria
de dos niñas, Eyla y Naia, que viven en un bosque.
Eyla se ha instalado en el mismo con la pretensión de escribir, pero,
como no lo logra, tala y tala los árboles para convertirlos en papel que luego
arruga y echa a la papelera. El equilibrio del bosque se ha roto y hay que
hacer algo por restablecerlo. Naia acude en auxilio de los animales y, con las
hojas inservibles, construye unas hermosas figuras a imagen de los animales que
han debido huir del bosque. Cuando Eyla ve que esas hojas convertidas en
animales regresan al bosque, se da cuenta de su error y no sabe qué hacer.
Decide, entonces, sembrar las hojas que el quedan con la esperanza de que
broten de nuevo los árboles que ella destruyó. Y es así como germinan las
semillas de papel.
El libro, un precioso álbum ilustrado, se puede leer en diversos
idiomas, catalán, gallego y francés y se recomienda a lectores de 6 a 8 años. Es una delicada obra de
arte que, de forma metafórica, trata de concienciar a los pequeños lectores de
la importancia de respetar el equilibrio de la naturaleza. En esta ocasión, las
semillas de papel han dado sus frutos, pero, por desgracia, en el mundo real
esto no sucede.
Semillas de papel es un título
simbólico que recrea, de forma armoniosa, con un texto suave y tierno, un tema
actual. Las ilustraciones destacan por la abundancia de detalles y por los
matices que recogen. Los ojos de Eyla, por ejemplo, cuando descubre su error,
nos conmueven por la profundidad de la mirada y la tristeza que desprenden.
La magia, la ternura, la comprensión son cualidades que se desprenden
del relato, que bien se podría calificar de fábula moderna.
Con estas semillas tan especiales, niños y mayores, comprenderán que los
pequeños gestos son importantes y que cada uno, en su parcela, puede contribuir
a mejorar el mundo en el que vivimos. Eyla solo pensó en ella misma, no quiso
hacer ningún mal y, sin embargo, lo hizo, aunque después lo pudo enmendar.
Quizá sea mejor pensar antes en las consecuencias, nos vienen a decir la
autoras. Cada uno de nosotros puede plantar una semilla, sin duda.
Uno de los más importantes mensajes de este libro es que con amigos y
con determinación todo se puede conseguir, y que las actitudes que han causado
daño, se pueden rectificar en cualquier momento. Debemos transmitir a los niños
que, para tener un futuro adecuado, es imprescindible respetar el equilibrio de
la naturaleza en nuestro quehacer diario.
Este libro nos hace
partícipes del respeto por la naturaleza, un valor que recorre sus páginas, por
supuesto, impresas –como todos los libros de Algar Editorial– en papel
ecológico y con el certificado FSC, garantía máxima de la gestión forestal
sostenible. El resultado es esta fábula bellísima y conmovedora que nos invita
a plantar nuestra propia semilla para proteger los tesoros vivos con los que
compartimos la Tierra.
Las
autoras:
Las creadoras de esta historia, Bea y Silvia Gil, son dos
hermanas que se dedican a la ilustración y lo hacen con unos dibujos muy
especiales, cuidando mucho el detalle, trabajados para crear diferentes
texturas, con colores algo oscuros, jugando con las sombras para crear
ambiente, mostrando figuras muy imaginativas y personajes peculiares en los que
resalta la expresión facial, sobre todo por el gran tamaño de sus ojos.
Bea Gil, licenciada
en Bellas Artes, profesora de Animación Audiovisual en la Escola d’Art Serra i
Abella desde 2001. Actualmente centra su trabajo en la ilustración.
Silvia Gil, arquitecta,
ha trabajado desde 2001 hasta 2012 en el estudio de arquitectura de Herzog
& de Meuron. Actualmente centra su trabajo en la ilustración.
SEMILLAS
DE PAPEL
Los
árboles y los animales aún dormían.
Una suave
brisa hacía caer las últimas hojas de otoño.
La
tranquilidad reinaba en el bosque, como cada mañana.
Pero aquel
día, en la fábrica abandonada, una humareda espesa teñía el cielo de gris.
Una
joven llamada Eyla se había instalado en el viejo edificio, junto con su
escarabajo leñador. Aquella mañana se adentraban ruidosamente en lo más
profundo de la arboleda, sin pensar en los animales que todavía descansaban.
Eyla no se
fijaba en nada a su alrededor, solo pensaba en su propósito.
El fuerte
estruendo que provocaron la joven y su escarabajo al empezar a cortar árboles
sobresaltó a los animales.
-¿Qué está
pasando? ¡Rápido huyamos! –se escuchaba.
Jerboa,
el viejo roedor, llevaba muchos años viviendo en uno de los árboles que habían
sido derribados.
Desolado,
pensó que debía ir en busca de ayuda.
Corrió
hasta la casa del tejado rojo, donde vivía su amiga Naia, una chica que siempre
se había ocupado de proteger el bosque.
Iba muy
nervioso, pensando en cómo explicarle lo que estaba sucediendo.
-¡Na-Naia!
¡Ti-ti-tienes que ve-venir!
¡E-e-el
bo-bosque corre pe-peligro!
¡A-a-alguien
e-está, está derri-derribando los ár-árboles!
-explicó
Jerboa con un hillillo de voz.
Naia,
sin tiempo ni para ponerse los zapatos, montó sobre Prisci, su veloz caracol,
para llegar al corazón del bosque.
Cautelosos
fueron siguiendo los pasos de Eyla.
Estaban
muy intrigados:¿para qué necesitaría todos esos árboles cortados?
¿Qué
hacen aquí esos pangolines? Al tener unas escamas tan afiladas, ¡Eyla los
utilizaba para separar la corteza de los troncos!
Una
máquina absorbía la madera que extraían, y la trituraba hasta convertirla en
serrín para hacer pasta de papel.
Tras un
laborioso trabajo, obtenía un rollo de papel blanco de grandes dimensiones.
El
escarabajo leñador lo iba cortando en pequeñas cuartillas –¡tris-tras!,
¡tris-tras!- y las amontonaba.
Finalmente,
descubrieron que Eyla intentaba escribir algo en aquellas hojas, pero una y
otra vez las arrugaba y las tiraba. Su empeño y su falta de inspiración le
impedían ver el daño que estaba causando al bosque y a sus habitantes.
Naia y
Jerboa idearon un plan.
Tomado del libro: Semillas de papel
Texto e ilustraciones: Bea y Silvia Gil
Editorial: Algar
ACTIVIDADES:
1.-Pensad la
manera de aprovechar el papel que usamos habitualmente en clase para, así, hacer
un mejor uso del mismo.
2.-Además
de hacer un buen uso del papel, ¿qué más cosas podemos hacer para respetar el
equilibrio de la Naturaleza?
3.-Escribe
un cuento de unos niños que viven cerca de un bosque en el que se divierten
mucho y también lo cuidan y protegen de personas irresponsables. Envíalo por
correo postal acompañado de un dibujo y tus datos personales (nombre,
apellidos, Colegio, teléfono y una dirección de correo electrónico) a:
Concurso
literario Grupo Leo
Apartado
de correos 3008
03080
ALICANTE
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