Los libros del mes de octubre de 2014 del
Grupo Leo
EL AUTOR
Leandro Sagristà (Barcelona, 1975) es licenciado en Teoría de
la Literatura y Literatura Comparada y trabaja como profesor de lengua y
literatura en Secundaria. Ha publicado los poemarios Cenit del calendario y Pasaje
hacia la luz. El caso del manuscrito robado, su
primera novela, refleja su pasión por la literatura y el mundo de la educación
en una trama que combina ficción, realidad histórica y juego metaliterario. Sin
duda la lectura de esta novela despertará en el lector juvenil el deseo de
profundizar en el conocimiento de la obra de Gustavo Adolfo Bécquer, escritor y
poeta cuya obra se enmarca en el Romanticismo español.
EL LIBRO
Alguien ha robado el manuscrito de las Rimas, el poemario que
Gustavo Adolfo Bécquer está a punto de publicar. Don Federico Salinas, reputado
investigador privado, y su pupilo Gonzalo reciben el misterioso encargo de
descubrir al ladrón. Pero este caso es diferente a cualquier otro. Para
desenmascarar al culpable, deberán enfrentarse a un juego de enigmas que les
llevará por algunos escenarios determinantes en la obra de Bécquer –como el
monasterio de Fitero y el Monte de las Ánimas, entre otros– y les hará vivir
una aventura sembrada de claves ocultas.
EL CASO DEL MANUSCRITO ROBADO
El manuscrito
Después de una opípara comida con la que don Federico me obsequió
–migas canas de primero, lomo escabechado de segundo y harinados de postre,
buscamos alojamiento y nos retiramos a nuestros cuartos para descansar. Solo
los abandonamos para realizar una frugal cena e intercambiar algunas ideas
sobre la expedición que realizaríamos al cabo de unas horas. A las diez de la
noche ya estábamos en la cama, pero yo apenas pude pegar ojo en toda la noche.
Salimos de nuestro hotel en dirección a El Burgo poco después de las
seis de la mañana. El frío era realmente espantoso y una bruma densa se alzaba
desde las márgenes del Duero confiriendo a las calles, todavía desiertas, un
aspecto fantasmal. En las zonas más altas del Moncayo se divisaba el manto
blanco de la nieve y un denso aroma a naturaleza viva impregnaba el ambiente.
Al igual que Pedro, que ya nos aguardaba en el parador frente a una
aromática taza de café, llegamos puntuales a nuestra cita y, sin demasiada
demora, ensillamos los caballos e iniciamos el ascenso rumbo al Monte de las
Ánimas.
El camino trepaba montaña arriba en un serpenteo sinuoso custodiado
por frondosos árboles cuyas ramas, que se abatían como brazos, debíamos apartar
para evitar arañazos en el rostro. El rumor del río, que discurría en paralelo,
nos acompañaba como una melodía incesante y se escuchaban también gorjeos de
pájaros y ladridos de perros en la lejanía.
Los márgenes del sendero se hallaban cubiertos por finas placas de
hielo sobre las que, a poco que uno se despistase, resbalaban los cascos de los
caballos, de modo que el ascenso, pese a no ser demasiado largo, resultó
dificultoso.
Nos detuvimos cuando llegamos al convento de San Juan de Duero, del
que no quedaban en pie más que su iglesia –una pequeña construcción de estilo
románico de una sola nave con presbiterio y ábside- y el claustro cuadrangular,
magnífico pesa a haber perdido la techumbre. Atamos los caballos en una
arboleda cercana y nos demoramos un par de horas recorriendo el convento y sus
alrededores.
- Este es aproximadamente el lugar donde se sitúan los hechos de la
leyenda – me susurró don Federico, aprovechando que Pedro se había acercado
hasta los caballos para coger algo de comer de las alforjas-. Aunque las
referencias geográficas no sean exactas, es aquí donde espero que el ladrón
deje una nueva pista. Debemos tomar buena nota del recorrido, porque deberemos
volver a realizarlo cuando sea noche cerrada, lo que nos dificultará
enormemente la orientación.
- ¿Quiere decir que vamos a regresar y volver después cuando haya
anochecido? – pregunté incrédulo.
Como vi que el detective cabeceaba afirmativamente, añadí:
- ¿Y no sería más lógico aguardar aquí y sorprenderlo in fraganti? Si, como usted supone, debe
venir a dejar una nueva pista, sería el momento ideal para apresarlo y
recuperar el manuscrito.
- Estás equivocado, Gonzalo –respondió para mi sorpresa-. Nuestra
misión es, en efecto, recuperar el manuscrito pero no nos enfrentamos a un
vulgar ladrón. Nuestro hombre no quiere nada a cambio de él, nada salvo que nos
prestemos a obedecer sus reglas del juego, y estas están bien claras: desafía
nuestra inteligencia, nuestra capacidad para dar solución a los enigmas que va
planteando. De esta manera demuestra su astucia para relacionar las pistas con
las leyendas de Gustavo Adolfo. Si pretendemos detenerlo antes de que complete
su obra, corremos el riesgo de hacerle enfadar y eso no nos conviene. Tal vez
haya dado órdenes de que, si lo detenemos, el manuscrito sea destruido.
- Entiendo –afirmé.
- Recuerda que dejó claro que no quería que la policía se inmiscuyera
en el asunto. A estas alturas ya debe saber que no es Bécquer quien está
resolviendo los enigmas que plantea y, sin embargo, eso no parece importarle o
nos lo habría comunicado. Nos sigue la corriente porque no se siente amenazado.
Somos los peones que va moviendo a su interés por el tablero y, de momento, el
desarrollo de la partida le satisface. Debemos ser cautos y continuar como
hasta ahora. No quiero correr riesgos, al menos por el momento.
Iba a añadir algo, pero se detuvo al ver que Pedro regresaba con las
alforjas a la espalda.
- Prepararé el almuerzo –nos dijo sonriendo-. Vamos a reponer fuerzas
antes de seguir con la excursión.
Autor: Leandro Sagristà
Editorial: Algar
Colección: Algar joven
Actividades:
- El fragmento que acabas de leer pertenece a una novela de misterio. Señala dos características de este subgénero narrativo que se hallen presentes en el texto.
- “- La magia no existe – aseveró don Federico tajante-. Son los hombres quienes dan explicaciones supersticiosas a las cosas que no son capaces de explicar. La ciencia, pequeño amigo, tiene todas las respuestas a nuestras preguntas.” (Pág. 8). ¿Estás de acuerdo con estas palabras de don Federico? Justifica tu respuesta con argumentos a favor o en contra (extensión máxima: 6 líneas).
- Escribe un cuento sobre un manuscrito encontrado que revela un hecho misterioso y envíalo acompañado de un dibujo y de tu nombre, apellidos, curso, colegio y nº de teléfono particular a:
Grupo Leo
Apartado de correos 3008
03080 ALICANTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario