miércoles, 4 de diciembre de 2024


Reseña:

Rodolfo Estrafalario expone en el museo. El gran artista abstracto es una persona muy peculiar, igual que sus obras, igual que las personas que visitan su exposición, desde ladrones a estudiantes, limpiadoras o albañiles. ¡Y un chorizo! Una obra de teatro para leer y representar. Un montón de personajes y muchas risas.

La autora:

Nací en Oviedo en 1969. Estudié ciencias físicas en Oviedo y Santander.

Me vine a Madrid en el año 1993 a hacer un máster de Energía Nuclear y desde 1994 hasta el año 2009 estuve trabajando en el Ciemat, un centro de investigaciones.

Estoy casada con Javi (maravilloso) y tengo tres hijas (maravillosas): Marta, Paula y Lucía.

También tengo dos hermanos maravillosos. Uno es poeta. La otra ingeniero. Y amigos. Ah, y un perro: Poe.

En 1998 murió mi madre, me operé de miopía y cayeron dos rayos en el avión en el que viajaba. En enero de 2005 murió mi padre.

En 2010 cogí un avión después del suceso de 1998 y todavía estoy temblando.

Nunca dejé de escribir. Mi primer libro se publicó en 2003, año en que también nació Marta.

Desde entonces tuve más hijas y más libros (afortunadamente más libros que hijas). Y espero no dejar de escribir … ni de publicar (mensaje a editores).

El 1 de octubre de 2009 cogí una excedencia para dedicarme por entero a mi gran pasión: escribir. Y todavía pienso que es una de las mejores decisiones de mi vida.

Las navidades siempre las paso con mis hermanos.

Soy, en líneas generales, feliz. Pero esto es más mérito de mis padres que mío. O de los genes.

El ilustrador:

“Nací en 1966 y siempre he vivido al lado del río y los huertos, cerca de Barcelona. No tengo estudios ni títulos, solo el de patrón de velero. Mi abuelo arreglaba bicicletas, pero para ganar dinero trabajaba en una fábrica. Mi padre cuida un huerto, pero también trabajaba en una fábrica por un sueldo. A mí no me gustan las fábricas, y soy pobre. Pero prefiero pasear por el río, los gatos, la cerveza del atardecer, la luz del sol o navegar a vela. A veces estoy desanimado y a veces estoy contento, y acepto ambas cosas porque son parte de la vida, y la vida me gusta mucho. Soy un explicador, y todo esto es lo que explico dibujando y escribiendo”.

UN DÍA EN EL MUSEO


ACTO 1

ESCENA 1

(El ALBAÑIL entra en escena con un cuadro en los brazos y un palillo en la boca. Es un hombre resuelto y práctico. No entiende de arte ni le importa. La COMISARIA va tras él. Es una mujer nerviosa, estresada, pedante. Considera que el arte es lo más sublime y se da aires de saber mucho.)

 

ALBAÑIL: ¿Y dónde pongo este?

COMISARIA: ¡Este, este, este! Bonita forma de llamar a una obra de arte, a una pieza artística. A un Estrafalario, ni más ni menos.

ALBAÑIL: ¿Un Estra qué?

COMISARIA: Un Estrafalario. Es-tra-fa-la-rio. Una obra de arte de Rodolfo Estrafalario. Bien, mire, ahí. Cuélguelo ahí.

(Va a colgarlo.)

COMISARIA: (Poniendo el grito en el cielo.) ¿pero qué hace, qué hace? ¡Dios mío! Así no. Súbalo un poco más. ¡Pero está loco! Bájelo. No, no. No tanto. Un poco más arriba. A la derecha, a la derecha. No, a la izquierda. Ahora bájelo un poco. Arriba. Abajo. Arriba, abajo…

(Al principio, el ALBAÑIL sube y baje el cuadro. Al final, solo se agacha y se levanta él sin mover el cuadro.)

COMISARIA: ¡Aaah! (Con el grito de la COMISARIA, el ALBAÑIL se asusta.) ¡Perfecto! ¡No se mueva! (Entrecierra los ojos.) Lo tiene, lo tiene. Ese es exactamente su lugar. La luz resalta el tema central iluminando el discurso que da sentido a la obra de arte. Su idea fluye, nos traspasa y podemos comprenderla plenamente.

(La obra es abstracta. El ALBAÑIL la mira y frunce el ceño, sin entender. Aún sujeta el cuadro con los brazos.)

ALBAÑIL: Plenamente, ¿eh? Pues yo… yo como que no lo acabo de comprender, oiga.

COMISARIA: ¿Quiere decirme que no lo aprecia? ¿No le llega de un modo directo, como un golpe en las entrañas, todo lo que está oculto en el cuadro?

ALBAÑIL: (Mirando detrás del cuadro.) Pues si está oculto, cómo quiere que me llegue…

COMISARIA: Le aseguro que ese cuadro expresa lo que quiere expresar de una manera absolutamente expresiva.

ALBAÑIL: (Nada convencido.) Expresarse se expresará, no digo yo que no, pero no lo acabo de pillar.

COMISARIA: ¿Y su YO? ¿Qué me dice de su YO? Destaca de una manera sorprendente.

ALBAÑIL: Claro, es que estoy delante y tapo el cuadro, ¿me entiende?

COMISARIA: No, hombre, no. Su YO, no. Estoy hablando del YO del artista, de Rafael Estrafalario. De su concepción del arte. De su ego, de su mirada penetrante y sutil.

ALBAÑIL: (Para sí.) Estrafalario es un buen trago, sí. Y esta señora también. (A la COMISARIA) ¿Puedo colgarlo ya, entonces, que me estoy acalambrando?

COMISARIA: ¡Sí, por favor!

(El ALBAÑIL cuelga el cuadro mucho más abajo cuando la comisaria no le ve y le hace un gesto de “chincha rabiña”. La COMISARIA está inspeccionando los otros cuadros ya colgados. A alguno le da un toquecito como para enderezarlo, apenas un roce, y asiente satisfecha. El ALBAÑIL menea la cabeza, cuelga el cuadro y se va.)

 

ESCENA 2

(Entra en escena el PINTOR. Viste de manera estrafalaria, como su nombre, y camina dándose grandes aires, con una carpeta en la mano. Detrás de él entra su AYUDANTE, que, por el contrario, es tímida, apocada. Viste de forma muy discreta y clásica. Parece que quisiera ser invisible.)

PINTOR: (Alzando los brazos y mostrándose a sí mismo ufano.) (A la COMISARIA.) Voilà! ¡Ya estamos aquí!

COMISARIA: (Con fingida alegría.) ¡Rodolfo Estrafalario, mi artista preferido!

PINTOR: (Girando sobre sí mismo.) ¡El mismo que viste y calza!

AYUDANTE: (Ácida.) Y que pinta. Sobre todo, que pinta.

COMISARIA: (Ignorando a la ayudante.) No te esperábamos tan pronto.

PINTOR: Me encanta sorprender.

AYUDANTE: ¡Y lo consigue!

(El PINTOR y la COMISARIA se besan en las mejillas con gran afectación. La COMISARIA parece advertir entonces que ha venido acompañada de la AYUDANTE. La mira entre sorprendida y curiosa, sin saber si debe tratarla con distinción o con desprecio.)

COMISARIA: (Al PINTOR, señalando a la AYUDANTE.) ¿Y esta?

PINTOR: (Despectiva.) ¿Esta? Nada, es mi ayudante.

AYUDANTE (Tendiéndole la mano.) Encantada, soy…

COMISARIA: (Ignorándola y cogiendo del brazo al PINTOR.) Qué clásica, ¿no?

PINTOR: De la escuela tradicional, la pobre. Pero está aprendiendo muchísimo conmigo. No sabía nada de nada del mundo de las exposiciones, las subastas, la crítica…

AYUDANTE: (Para sí.) Y mejor no saberlo.

(El PINTOR y la COMISARIA se han vuelto hacia los cuadros, ignorándola y hablando entre ellos.)

PINTOR: ¡Ha quedado todo divino! El espacio es perfecto para sacar la espiritualidad del posmodernismo en mi arte.

COMISARIA: Ya sabes que estamos pendientes siempre hasta del menor detalle, querido. Buscamos lo sublime, la subjetividad, el simbolismo…

PINTOR: (Cortándola.) Sí, sí, sí… Todo eso. Yo soy muy así. Muy de lo que te haga falta con tal de que me expongas.

AYUDANTE: (Para sí.) ¡Lo que le hace falta es pintar!

(La COMISARIA, impaciente, mira la hora.)

COMISARIA: Rodolfo, cariño, te dejo a solas con tus obras para que las disfrutes. Ya sabes el lío que tengo. Cuando llega el día de la inauguración, siempre surgen problemas. Ahora resulta que se nos ha puesto enfermo el guía. Y encima el alcalde no puede venir hasta la tarde. Así que retrasamos la inauguración. Pero tenemos que abrir al público unas horas, es un compromiso que habíamos adquirido, y mira cómo está todo. No sé dónde están las limpiadoras. No pasa nada: todo va a salir bien. (Respira hondo y habla para sí con los ojos cerrados.) Me siento feliz y saludable.

PINTOR: ¡Por supuesto, querida” Gracias, de verdad, está todo divino. Muy posconceptual, muy transvanguardista, muy neo… neopreno.

AYUDANTE: (Irónica.) Divino, divino.

(La COMISARIA se encamina a la salida y, mientras está ahí, el PINTOR es todo sonrisas. Ambos se miran varias veces y se saludan con la mano para despedirse. En cuanto el PINTOR y la AYUDANTE se quedan solos, el primero tira la carpeta al suelo y grita.)

 Extraído de: Un día en el Museo

Autora: Mónica Rodríguez Suárez

Ilustrador: Gabriel Salvadó

Editorial: SM (El barco de vapor)


Actividades

1. Tras la lectura de las dos escenas anteriores, ¿qué te ha parecido más disparatado, gracioso o inverosímil?, ¿qué te ha llamado más la atención?

2. ¿Has asistido a la representación de alguna obra de teatro? ¿cuál? ¿te gustaría participar en la puesta en escena de una obra? ¿qué papel desearías representar?

3. Escribe un cuento o poema con un dibujo y envíalo por email a: grupoleoalicante@gmail.com    

►No olvides poner tu nombre y apellidos, curso, colegio. Podría ser publicado en nuestro BLOG y en el suplemento La Tiza del periódico INFORMACIÓN.

 

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