Ayer por la mañana, nos reunimos en el Club Información una serie de colegios e institutos para celebrar el Día Mundial del Libro Infantil. Lo hicimos recitando poesías, cantando y representando pequeñas obras de teatro. Os queremos ofrecer un resumen gráfico de la celebración junto con el cartel y pregón del día.
Los libros
inspiran pausa
“¡Voy con prisa!”, “¡No tengo tiempo!”,
“¡Adiós!”… Expresiones semejantes pueden oírse quizá a diario, no solo en
Lituania —en el centro mismo de Europa—, sino en muchas partes del mundo. Y con
frecuencia parecida se oye decir que vivimos en la edad de la abundancia de
información, la prisa y la precipitación.
Sin embargo, tomas un libro entre las manos y,
de alguna manera, te sientes distinto. Y es que los libros tienen una estupenda
cualidad: te inspiran serenidad. Con un libro abierto y sumergido en sus
tranquilas profundidades, ya no temes que todo te pase de lado a toda
velocidad, sin llegar a apreciar nada. Empiezas a creer que no será preciso
lanzarse como loco a tareas de dudosa urgencia. En un libro todo sucede
sigilosamente, en orden y según una secuencia. ¿Será tal vez porque sus páginas
están numeradas y las hojas al pasar crujen tranquilamente y con un suave
efecto relajante? En un libro los acontecimientos pasados se encuentran
plácidamente con los que han de venir.
El mundo del libro es muy abierto; su realidad
sale al encuentro amistoso con el ingenio y la fantasía, y a veces ya no sabes
muy bien dónde —si en un libro o en la vida— has notado de qué manera tan bella
caen al derretirse las gotas del tejado nevado, o de qué forma tan encantadora
cubre el musgo la cerca del vecino. ¿Ha sido en un libro o en la realidad donde
has experimentado que las bayas del serbal no son sólo bellas, sino amargas?
¿Acaso sucedió en el mundo de los libros, o de verdad estabas tumbado sobre la
yerba en verano, y después sentado con las piernas cruzadas, contemplando las
nubes que surcaban el cielo?
Los libros ayudan a no acelerarse, enseñan a
observar; los libros invitan, incluso obligan a acomodarse, pues casi siempre
los leemos sentados, poniéndolos en la mesa o en el regazo, ¿no es así?
¿Y acaso no habéis experimentado otra maravilla:
que cuando leéis un libro, el libro os lee a vosotros? Sí, sí, los libros
también saben leer. Os leen la frente, las cejas, las comisuras de los labios,
que ahora suben, ahora bajan; sobre todo, por supuesto, os leen los ojos. Y por
los ojos entienden… adivinan… Bueno, ¡vosotros mismos sabéis qué!
No tengo duda de que a los libros les parece muy
interesante estar sobre vuestro regazo, pues una persona que lee —sea niño o
adulto— solo por eso ya es bastante más interesante que la que se resiste a
tomar un libro entre las manos, que la que —siempre con prisa— no llega a
sentarse y no tiene tiempo de fijarse en casi nada. Este es mi deseo para todos
en el día internacional del libro infantil: ¡Que existan libros interesantes
para los lectores y lectores interesantes para los libros!
(Texto original e ilustración: Kęstutis
Kasparavičius. Traducción: Carmen Caro Dugo)
Reportaje gráfico:
Colegio Benalúa
Colegio F. Bonny
Colegio Nazaret
IES Cavanilles
IES Gran Vía
Centro La Tramoia
Vídeos Colegio Benalúa
Gracias,Paco.Tú lo viviste.Fue un acto en el que las palabras fluían entrelazadas con la emoción. Pura poesía creativa.Y es que cuando se vuelca la ilusión el ambiente es mágico. Gracias a todos los centros participantes. Sin ese profesorado implicado nada hubiera sido posible.Pude comprobar que la lectura del pregón apaciguó la sala y se produjo el milagro de quedar envueltos pequeños y grandes en el encato de las lecturas y representaciones.Un orgullo haber contribuido un año más a la celebración del 19 maratón de lectura.Mi agradecimiento.Tengo la seguridad que dejó en lo profundo de nuestro ser una huella que no se olvidará. Gracias.Valió la pena.
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